El gobierno de Chile hizo este viernes un llamado a las fuerzas políticas en busca de salidas a la crisis de la enseñanza, mientras el movimiento estudiantil convocó a una huelga nacional para el martes próximo tras sucesivas jornadas de protestas callejeras y choques con la policía. El conflicto que enfrenta la presidenta Michelle Bachelet, […]
El gobierno de Chile hizo este viernes un llamado a las fuerzas políticas en busca de salidas a la crisis de la enseñanza, mientras el movimiento estudiantil convocó a una huelga nacional para el martes próximo tras sucesivas jornadas de protestas callejeras y choques con la policía.
El conflicto que enfrenta la presidenta Michelle Bachelet, a menos de tres meses de iniciado su mandato, está catalogado como la mayor crisis en la educación chilena desde que el 11 de marzo de 1990 se restableciera la democracia en el país, al término de la dictadura de casi 17 años del general Augusto Pinochet (1973-1990).
Uno de los puntos medulares de las demandas estudiantiles es precisamente la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de Educación (LOCE), que Pinochet promulgó el 10 de marzo de 1990, un día antes de entregar el gobierno, y que consagró los fundamentos de un sistema evaluado hoy como discriminatorio e ineficiente.
Bachelet anunció el jueves su disposición a estudiar reformas a la LOCE, pero los estudiantes de la enseñanza básica y media reclaman directamente su anulación, para que los colegios traspasados durante el régimen dictatorial a la administración de los municipios vuelvan a depender del Estado nacional.
La presidenta se mostró igualmente dispuesta a evaluar la aplicación de la jornada escolar completa, establecida bajo el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), de permanencia de los escolares en sus establecimientos en jornadas de mañana y tarde, cuya aplicación es también objeto de críticas evaluaciones.
La agitación estudiantil, que ya completa dos semanas, comenzó en algunos establecimientos de enseñanza media de Santiago con reclamos de gratuidad de la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y del transporte para los estudiantes en los autobuses y en Metro (ferrocarril metropolitano).
El movimiento, que tuvo su arranque en algunos emblemáticos colegios estatales y municipales, se extendió desde el jueves también a establecimientos privados, para completar un total de 37 locales ocupados por los estudiantes y otros 17 en huelga, en esta capital y en otras seis ciudades.
La Federación de Estudiantes Secundarios llamó a una huelga «pacífica y de reflexión» para este martes, no obstante que continuaron este viernes episodios de enfrentamiento de escolares con la policía antimotines de Carabineros a raíz de manifestaciones callejeras no autorizadas.
Alrededor de 200 estudiantes secundarios, niñas y niños, irrumpieron en horas de la tarde en los terrenos del campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile, la principal casa estatal de estudios superiores del país, para escapar de las bombas lacrimógenas y carros hidrantes de Carabineros en tareas de represión de una manifestación.
Las directivas de las federaciones de estudiantes de esa universidad y de la Universidad Católica, al igual que el Colegio de Profesores, que cuenta con unos 80.000 afiliados, analizaban la posibilidad de sumarse a la paralización de actividades del martes próximo.
Tanto la comunidad de las universidades estatales como los profesores de la enseñanza media y básica han sido permanentes detractores de la LOCE, como un cuerpo legal que bajo la consigna de la libertad de educación estimuló la enseñanza privada y redujo a su mínima expresión la intervención directa del Estado en este campo.
En la educación superior, la LOCE facilitó la creación de universidades privadas, cuyo número supera hoy al de las estatales, mientras que en la instrucción básica y media además de municipalizar a los colegios estatales creó la figura de los colegios particulares con subvención del Estado.
«Hemos transitado durante todo este tiempo en un sistema educativo cada vez más desigual y fragmentado, ya que las reformas educativas desarrolladas por los gobiernos de la Concertación (la gobernante coalición de centroizquierda), sin duda importantes, siguen estando enmarcadas en los ejes estructurantes que se heredaron del régimen militar», dijo a IPS Jorge Pavez, presidente del Colegio de Profesores.
Estos ejes, «son el rol subsidiario del Estado en Educación y el financiamiento (de los colegios municipales y privados) vía subvención por alumno asistente», dijo el dirigente, quien añadió que «las demandas estudiantiles son absolutamente justas y las hacemos por lo tanto nuestras».
En una carta a la presidenta, Pavez propuso «una agenda de debate público, serio y plural», de amplia participación ciudadana, que incluya como temas «la derogación de la LOCE, la evaluación del proceso de municipalización de la educación y la jornada escolar completa».
El ministro de Educación, Martín Zilic, sostuvo este viernes una reunión con parlamentarios de los partidos Socialista, Demócrata Cristiano y Por la Democracia, tres de las fuerzas de la gobernante coalición de centroizquierda, en la cual participa también el Partido Radical Socialdemócrata.
Al término del encuentro, Zilic hizo un llamado a un amplio diálogo político, en que participen también los partidos de la oposición de derecha, la Unión Demócrata Independiente y Renovación Nacional, que han criticado la actuación oficial ante esta crisis.
El ministro tiene también la intención de dialogar el lunes con los dirigentes del movimiento de estudiantes secundarios, pero algunos de los líderes más radicalizados señalaron que no quieren ya «más mesas de diálogo, sino instancias resolutivas».
Los estudiantes se negaron igualmente a deponer las huelgas y «tomas» (ocupaciones) de colegios, que fue el requisito que Bachelet planteó hace una semana para dialogar sobre sus demandas.
«Ya estamos cansados de soluciones parciales. Queremos compromisos serios del gobierno porque lo que se está jugando aquí es si en el futuro tendremos una educación democrática y si seguiremos con el modelo de la dictadura», dijo a IPS una estudiante identificada como Paulina, mientras huía de los gases lacrimógenos en el campus Juan Gómez Millas.