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Guatemala: Entrevista al Profesor Carlos Guzmán Böckler

El movimiento maya en la actualidad

Fuentes: Argenpress

Carlos Guzmán Böckler, abogado por la Universidad San Carlos de Guatemala y doctorado en sociología en La Sorbona, París, es hoy, con sus 77 años muy bien llevados, uno de los más agudos intelectuales y analistas de la situación guatemalteca. Poseedor de una sólida formación marxista, hace ya largas décadas tuvo la valentía intelectual de […]

Carlos Guzmán Böckler, abogado por la Universidad San Carlos de Guatemala y doctorado en sociología en La Sorbona, París, es hoy, con sus 77 años muy bien llevados, uno de los más agudos intelectuales y analistas de la situación guatemalteca. Poseedor de una sólida formación marxista, hace ya largas décadas tuvo la valentía intelectual de propiciar una interpretación de la realidad social de su país, por cierto extensible a toda Latinoamérica, que sin prescindir del marxismo y de la lectura de la historia en términos de lucha de clases, incorporara el elemento étnico (el racismo) a la dinámica de nuestras sociedades. Ello le valió la persecución por la derecha local, dadas sus posiciones socialistas y su activa militancia en el campo revolucionario. Pero también, y esto es lo más curioso, en su momento fue atacado por la izquierda por esa «osadía» teórica de presentar el tema indígena como elemento de primera importancia en nuestra historia, contrariando las tesis de una visión eurocéntrica del socialismo donde la etnicidad no contaba. Hoy por hoy no es (habría que agregar: todavía) un autor todo lo reconocido que debería ser en América Latina, muy probablemente por provenir de un país por lo habitual invisibilizado, igual que toda la región centroamericana. (¿Cuántos saben que en Guatemala hubo una guerra interna entre el ejército y la segunda guerrilla más antigua de Latinoamérica en las pasadas décadas con un saldo de más de 200.000 muertos, indígenas mayas en su gran mayoría? ¿Cuántos saben que hasta mediados del siglo pasado allí se vendían las fincas «con todo lo clavado y plantado, indios incluidos»?) Pero su obra, al igual que la del peruano José Carlos Mariátegui, constituye un imprescindible aporte para la relectura del marxismo en nuestra realidad continental. De hecho Guatemala, su país natal, tiene el porcentaje de población indígena más alto de todo el continente: 65 %; desconocer eso en el análisis y la práctica política sería escamotear un dato fundamental.

En Guatemala acaba de asumir la administración del Estado un nuevo equipo encabezado por el presidente Alvaro Colom (un no-indígena). Argenpress dialogó con el Profesor Guzmán Böckler para analizar esta nueva situación que se abre.

«Echamos por la borda las teorías racistas y/o paternalistas que, con distinto nombre y en épocas sucesivas, presentaban a las poblaciones indígenas de Guatemala, en particular, y de América, en general, como un problema irresoluto al que había que darle una solución definitiva, por el exterminio o por el mestizaje programado, amén de la proletarización que exigían los pensadores estalinistas de las izquierdas ortodoxas para limpiar el camino que conduciría a la revolución. (…) Sin embargo, en el último tercio del siglo XX todas esas teorías fueron perdiendo terreno ante un hecho real: «la indiada» no sólo no se acababa sino había crecido en número y en la toma de conciencia de su situación. Alzó la voz, participó en los movimientos revolucionarios y exigió derechos, respeto y participación activa en la vida social global».

Carlos Guzmán Böckler

«Al racismo de los que desprecian al indio porque creen en la superioridad absoluta y permanente de la raza blanca, sería insensato y peligroso oponer el racismo de los que superestiman al indio, con fe mesiánica en su misión como raza en el renacimiento americano».

José Mariátegui. Perú, 1929

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Argenpress: Profesor Guzmán Böckler, usted es un estudioso y profundo conocedor de los pueblos mayas de Guatemala. Con la asunción del nuevo presidente, Alvaro Colom, ¿cómo ve el panorama para los mayas actuales, que constituyen aproximadamente dos tercios de la población del país? Por lo pronto, en todo el nuevo gabinete hay un solo representante maya. ¿Qué escenario puede vislumbrarse entonces?

Carlos Guzmán Böckler: Con la asunción del presidente Alvaro Colom el panorama para los mayas actuales es bastante restringido. Además del ministro de Cultura y Deportes (cuyo despacho cuenta con un presupuesto bastante limitado) no hay otra persona Maya en el gabinete. Me parece que hay aproximadamente cuatro o cinco viceministros Mayas y alguna otra persona de rango inferior que podría ser nombrada en estos días. El escenario que puede vislumbrarse no es muy favorable para los grupos Mayas, a pesar de que el voto de éstos en los departamentos de la república, sobre todo en las áreas rurales, fue decisivo para la llegada de este señor a la presidencia. Me parece que en el equipo de gobierno que ha formado, en el cual prevalecen elementos conocidos de la derecha y del centro derecha no hay mucho espacio para las personas Mayas. Un punto álgido es el ministerio de Educación, ya que no habiendo representantes Mayas es muy difícil prever un avance en el ya restringido campo de la educación bilingüe y multicultural.

Argenpress: Y en términos generales, ¿cómo visualiza el panorama para el país, considerando que ya han pasado más de 10 años del fin de la guerra civil y recientemente ha firmado el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos? ¿Qué escenario cree usted que se dibuja en estos momentos?

Carlos Guzmán Böckler: El panorama del país 10 años después de la firma de los acuerdos de paz y a un año de la entrada en vigor del TLC con Estados Unidos presagia que el incumplimiento de los puntos medulares de dichos acuerdos se mantendrá; y por otra parte, que los beneficiarios con los Estados Unidos son los exportadores de azúcar y de carne, en primer término. A considerable distancia irán verduras, frutas y artesanías cuyos porcentajes en el total son bastantes reducidos. Dada la conformación del equipo de gobierno el avance en el cumplimiento de tales acuerdos será lento y dificultoso.

Argenpress: El movimiento guerrillero, desmovilizado años atrás y transformado en fuerza política dentro de los cánones de la democracia representativa que vive el país desde hace ya un par de décadas, ha ido perdiendo presencia. En las pasadas elecciones obtuvo un muy bajo caudal de votos. ¿Por qué? ¿Qué pasa con las propuestas de izquierda hoy en Guatemala? ¿Representa la ex guerrilla a los mayas?

Carlos Guzmán Böckler: Una verdad muy dura es la que se saca de los resultados electorales de septiembre y noviembre del 2007. La izquierda, o las izquierdas, ya que no hay unidad en ellas, sufrieron un revés muy fuerte y quedó demostrado que el discurso de sus dirigentes no solo perdió eco entre las personas que vivieron y sufrieron el conflicto armado sino que no tuvieron impacto en la juventud. Las izquierdas actuales no tienen propuestas adecuadas a la época y se contentan con tomar el hilo interrumpido en junio de 1954, cuando el golpe de Estado del general Castillo Armas que sacó del poder al presidente electo Jacobo Arbenz con apoyo directo de la CIA. Hay una ruptura en las comunicaciones con los sectores populares y las clases medias, tanto en el campo como en las ciudades. La ex guerrilla está muy silente y no se sabe si consideran sus miembros que representan a los Mayas. Muchos Mayas que pertenecieron a la guerrilla evitan recordar ese pasado inmediato. Todo parece demostrar que la desarticulación es real y que no hubo fuerzas capaces de amalgamar a los excombatientes y de transformarlos en caudal de votos.

Argenpress: La Premio Nobel de la Paz, la maya-quiché Rigoberta Menchú ¿puede ser un polo político-social-cultural importante para los próximos años? ¿De qué manera? ¿O, en general, el movimiento maya empezará a tener otra presencia en el diálogo intersectorial del país? ¿Vamos hacia un fortalecimiento de ese movimiento?

Carlos Guzmán Böckler: La señora Rigoberta Menchú había edificado su campaña sobre bases endebles y optimistas por lo que en este momento es difícil saber si se podrá recuperar y llegar a ser en un futuro cercano un polo político-social-cultural importante. En primer término, no dispuso del capital suficiente para competir con las millonarias campañas de los partidos que contendieron; y en segundo término no logró unificar criterios ni personajes Mayas que le dieran la fuerza suficiente para ganar, sobre todo en las áreas rurales que son aquellas de las que ella proviene. Más parecería que su prestigio es mucho más fuerte en el exterior que dentro del país. En éste último tienen más fuerza los liderazgos femeninos salidos literalmente del campo y compuestos por mujeres que fueron víctimas, al igual que sus familiares, de los abusos y crímenes del ejército. Como ejemplo hay que citar a Rosalina Tuyuc, que aunque ya no tiene la militancia y visibilidad de hace algunos años, ha podido impulsar movimientos femeninos Mayas que indudablemente proporcionarán una nueva dirigencia en los próximos años. Por el momento es difícil hablar de movimiento Maya porque hay muchos grupos, numerosos unos, pequeños los otros, que tratan de destacar y asumir un papel de dirección, lo cual los hace entre chocarse permanentemente, desgastarse y retardar la unidad que podría hacerles avanzar. Todos los dirigentes de estos grupos quieren serlo de la totalidad; y, por otra parte, no faltan los dirigentes Mayas que reales o autodesignados son cooptados por los gobiernos neoliberales y por éste para fines propagandísticos de los cooptantes y enriquecimiento personal de los cooptados. En tanto nos se superen esas rencillas por una nueva generación de líderes más jóvenes y mejor formados, no se verá un avance real.

Argenpress: Según la prospectiva que elabora la inteligencia de Washington, la geopolítica de Estados Unidos para Latinoamérica encuentra en los movimientos sociales espontáneos su peor enemigo (los «sin tierra», los piqueteros, los movimientos de resistencia campesina a los TLC, etc.) Entre esos movimientos, a quien más temen es a los movimientos indígenas. ¿Cómo ve eso? ¿Qué puede verse a futuro en todo ello?

Carlos Guzmán Böckler: Indudablemente la visión estadounidense geopolítica para América Latina podría cambiar si hubiera un giro en la política interna y personajes como Obama llegaran a dirigir la unión americana. No puede esperarse mucho, pero sin duda un gobierno presidido por él será más sensible a los prejuicios racistas y anti-indios seculares en la política norteamericana. Por mucho que me he preguntado por qué los políticos gringos ven en las poblaciones indígenas de América Latina a enemigos que hay que erradicar, no encuentro la respuesta adecuada. Ha sido una constante desde que elaboraron el destino manifiesto y su hegemonía en nuestro hemisferio. Quizás tendría algún sentido que desconfíen de los movimientos espontáneos porque son, aunque desordenados, peligrosos para la precaria estabilidad de los regímenes que apoyan los Estados Unidos; es decir, puede que teman a las conmociones sociales que pueden llegar a suceder en momentos de angustia, desesperación y unidad de quienes no tienen nada que perder. Basta recordar el Caracazo.

Argenpress: El movimiento zapatista, en el sur de México, de raigambre maya, ya tiene más de una década de existencia. ¿Cómo analiza usted eso? ¿Qué significado tiene eso, en perspectiva histórica, en términos políticos y sociales?

Carlos Guzmán Böckler: Lamentablemente, el movimiento Zapatista del sur de México, de raigambre Maya, después de más de una década de existencia ha ido perdiendo fuerza política y social más allá de los pocos municipios que aún controla. La política de los gobiernos mexicanos ha consistido en cercarlos sin agredirlos físicamente, en quitarles las posibles comunicaciones que puedan tener hacia el resto del país y en ignorar su presencia ante la población global mexicana. Hay que recordar que como guerrilla tuvo muy pocas horas de combate y que la contribución de Marcos a la difusión hacia el extranjero fue el novedoso uso de INTERNET, con lo cual creó una audiencia numerosa e interesada inversamente proporcional a la que el movimiento tuvo dentro de México. La mayoría de los mexicanos se preocupó mucho más de las contiendas políticas entre mestizos con repercusión nacional y olvidó, racismo de por medio, al Zapatismo desprovisto de proyección hacia afuera y de indefensión en sus propios lugares de origen. Sin duda fue un movimiento guerrillero extemporáneo. Los otros movimientos que estaban concluyendo cuando el primero comenzó, gozaron de aporte externos importantes y, para el caso de Guatemala, de un corredor de abastecimientos de todo tipo vía México. A la inversa esto no podía funcionar igual. El aislamiento de una facción guerrera, sea cual sea, es el preámbulo de su anulación. Si no se encuentran los caminos políticos a través de un diálogo difícil y espinoso, los zapatista se irán extinguiendo junto con la selva chiapaneca y sin sucesores. Por triste que esto parezca, no es pesimista, pero tampoco es fatal. Siempre habrá salidas, sobre todo en los momentos más difíciles.