Es evidente que estamos entrando a una nueva etapa en el desarrollo de nuestra lucha y para poder llevar delante de mejor forma esa lucha tenemos que entender a fondo los cambios que se están produciendo y que inevitablemente se van a producir en el mundo entero. Me parece que una conclusión política de fondo […]
Es evidente que estamos entrando a una nueva etapa en el desarrollo de nuestra lucha y para poder llevar delante de mejor forma esa lucha tenemos que entender a fondo los cambios que se están produciendo y que inevitablemente se van a producir en el mundo entero.
Me parece que una conclusión política de fondo que debemos sacar es que el mundo no va a ser igual después de esta crisis, que el neoliberalismo está en bancarrota. Ya no podemos seguir con este modelo adelante, hay que cambiarlo.
Nos habíamos acostumbrado, desde el derrumbe del socialismo europeo, a tener una gran potencia, Estados Unidos, que dominaba al mundo con un poder que parecía incontrarrestable. Lo que tenemos que decir hoy día es que efectivamente Estados Unidos sigue siendo una gran potencia pero que, después de esta crisis, y lo que ha ocurrido en el propio Estados Unidos ya no va a ser este poder incontrarrestable, o pudiera no serlo, si es que el resto del mundo se pusiera de acuerdo en una nueva forma de desarrollo de la economía a nivel mundial, porque es tan grave la crisis que hace imposible que Estados Unidos, por sí sólo pueda salir de la crisis, tiene que tener presente lo que hagan otros países y hemos llegado a la paradoja que en el grupo de los 20 todos aquellos países, incluso esos que se llaman socialistas, acuerden contribuir a salvar al mundo de la crisis económica, darle agüita, darle posibilidades para que siga funcionando la economía. Pero eso no quiere decir que estos países estén pensando en reproducir el sistema económico que hasta ahora ha sido preponderante en el mundo, hay una fuerte corriente que cree que esto debe cambiar.
Desde el punto de vista estratégico mundial, ya Estados Unidos en el próximo periodo no va a poder actuar en el mundo como quisiera. Incluso algunos ponen como término de esta preponderancia norteamericana la intervención en Osetia del sur, mejor dicho la reacción que tuvo Rusia a la intervención norteamericana en Georgia y otros países de la región, cuando interviene Rusia en Osetia para oponerse a la invasión de Georgia hacia Osetia. Porque allí, dicen, se produce o mejor dicho se devela el hecho de que de nuevo se ha reproducido un empate técnico a nivel estratégico militar.
Es decir, Estados Unidos ya no se pude imponer al mundo por la fuerza de las armas o la intervención armada, que lo va a tratar de seguir haciendo es un hecho de la causa, Obama acaba de enviar al Congreso de Estados Unidos el mayor presupuesto militar de la historia de los Estados Unidos, ¿Con qué intención? Intervenir en Afganistán, es decir, fortalecer allí la presencia norteamericana, intervenir desde Afganistán hacia Pakistán, intervenir hacia Irán. ¿Por qué razones? Porque ve que su futuro depende de lo que pase con China, con la India, lo que pase con Rusia. Entonces, toda esta línea de intervenciones que llevaba adelante era para apropiarse de territorios con alta existencia de productos energéticos -gas o petróleo- Por ejemplo, ¿Por qué le interesa Pakistán? Porque allí está la única salida de China hacia el mar Mediterráneo, que ha hecho grandes inversiones en un puerto. Si hay conflicto en Pakistán le van a traer problemas a China ¿Por qué quiere intervenir en Cachemira, en la disputa entre Pakistán y la India? Porque la India es otro monstruo que viene desarrollándose aceleradamente. ¿Por qué incentiva la guerra entre Israel y Gaza? Porque frente a Gaza está la mayor reserva de gas de Europa y porque, además, es la salida natural para el petróleo desde el Caucazo y que podría ser entonces controlada por EEUU.
Pero ese programa que estaba hecho y que lo recibe Obama de Busch aparece en realidad como casi irrealizable por más que hayan ahora definido uno de los más altos presupuestos militares. Ya EEUU no puede imponerse, no puede poner de rodillas a estos países para que le entreguen petróleo.
Hay que tener en cuenta que EEUU depende en mas de un 66% de la energía que se produce fuera de los EEUU, entonces es un problema muy grave que, además, se une al hecho del gran déficit- mil millones de millones de dólares- que tiene EEUU. La única fortaleza que se dice tiene, es que posee el dólar, la moneda dura con la cual se hace el 68% del intercambio mundial de comercio y que es otro lío que tienen las grandes potencias mundiales, porque las mayores reservas de dólares hoy día están en China, en la India, en Rusia, en Brasil. Pero con un problema extraordinariamente serio: si China, por ejemplo, quisiera lanzar al mercado 500 mil millones de dólares, se desploma la economía norteamericana pero desgraciadamente no sólo ella, si no que se desploma también la china, la rusa, se cae todo el mundo.
Lo que si es nuevo es que con esa cantidad de reserva de dólares que tienen precisamente China, Brasil, India, Rusia, estos países empiezan a condicionar la situación también en EEUU y ya no puede actuar libremente, no puede imponer sus condiciones económicas y monetarias como lo hacía hasta ahora, es prácticamente imposible.
Todo esto nos indica que empieza a cambiar el mundo entero. Además, la Unión Europea, que podría haber impuesto el euro como la moneda de intercambio, está con tanto o más graves problemas que los EEUU. Hay países, potencias que están trabajando en cambiar esto, la propia China ha dicho que está de acuerdo con buscar o intentar tener una moneda de intercambio comercial distinta, Rusia se ha manifestado más o menos por lo mismo. Lo que está por verse es si realmente estos países tendrán la capacidad en adelante para imponer una nueva moneda, si eso llegara a ser, EEUU todavía vería mucho más limitada su posibilidad de seguir siendo la gran potencia mundial.
Lo que es un hecho es que EEUU ya no va a ser la gran potencia mundial que fue, es muy difícil que vuelva a serlo. Eso abre la perspectiva de que se van a ir fortaleciendo regiones, de carácter geopolítico o geoestratégicas, geoenergéticas, genoeconómicas. Una será EEUU, que va a tener que competir con la Unión Europea, que está con muchos problemas. Surge China como la nueva gran potencia económica, surge Rusia, surge la India allí también hay derivaciones hacia Asia, Africa, se están produciendo ordenaciones diferentes. Los únicos que vamos quedando atrás somos los países latinoamericanos que hemos dado sólo los primeros pasos tímidamente, con UNASUR, el Grupo de Río se ha fortalecido pero los especialistas afirman que la única manera que tenemos los países latinoamericanos d superar la crisis es que lleguemos a la integración, ojalá desde México hasta la Patagonia, no hay otra salida. Ningún país nuestro, por sí mismo, va a superar la crisis de tal manera que pueda proponerse ser un país desarrollado.
Todo lo que nos han estado planteando de que mediante esta forma de desarrollo que hemos tenido hasta hoy día, mediante el neoliberalismo, íbamos a llegar a ser un país desarrollado es una mentira, eso también se vino abajo, hoy día aparece casi como una tontera porque no es posible. La única manera que los países latinoamericanos puedan pensar , y sobre todo países como el nuestro, en que podamos ser desarrollados o alcanzar en algún nivel a los países desarrollados, es mediante la integración. Eso es posible y afortunadamente, la mayoría de los países latinoamericanos hoy día con Brasil a la cabeza, que es la potencia en América del Sur, están pensando seriamente en la integración.
Esto tendría que acelerarse. Existe el Tratado de Libre Comercio entre EEUU, Canadá y México que se presentó en algún momento como el gran acuerdo económico en este continente. México tuvo un crecimiento de -4.9 % en el último trimestre, es el país que menos crece, tiene las más altas tasas de cesantía, 25 millones de mexicanos están en EEUU y tampoco a EEUU le ha ido bien con este tratado, se han aprovechado, le han quitado muchas prerrogativas a México, pero sin embargo lo que dicen es que ahora EEUU se quiere salir de ese TLC, o sea es tan malo el resultado que se quiere salir. En México la situación va para que se produzca un cambio político de fondo, se está produciendo la unidad de todas las fuerzas que están, de alguna manera, por contrarrestar la influencia norteamericana en México, se está desarrollando una especie de nacionalismo que está mirando hacia América Latina, hacia América del Sur, hacia América Central y todos propenden a desahuciar ese tratado con EEUU y a buscar de manera afanosa el Tratado con América del Sur.
Tenemos a la superpotencia debilitada, obligatoriamente tienen que surgir estos Estados regionales que tienen que compartir muchos países, muchas zonas económicas o geopolíticas y por tanto nosotros, acá en Chile, tenemos que obligatoriamente mirar y empujar a la integración como uno de los elementos fundamentales para la salida de la crisis.
¿Qué es lo que pasa en Chile? Aquí se produjo un consenso en el poder para desarrollar el modelo neoliberal. En el año 1985 ese acuerdo se produjo entre la derecha, la Concertación, el gobierno norteamericano de la época y los militares, para excluir a fuerzas como el PC, atomizar el movimiento sindical, despojar de derechos al movimiento sindical, para despejar el camino para instalar el sistema neoliberal en Chile.
Acordémonos que hubo un programa de la Concertación que era bastante progresista, cuando votamos por el No, cuando después votamos por Patricio Aylwin, un programa que planteaba el cambio de Constitución, revisar las privatizaciones, una nueva política respecto del cobre, reforma tributaria, derechos de los trabajadores, sin embargo a los pocos meses eso se dejó atrás y empezó a funcionar el consenso en el poder en Chile para imponer el sistema neoliberal que fue a la par después con el consenso de Washington y otros acuerdos que se tomaron y que impusieron este modelo en América Latina.
Alternativa al neoliberalismo
Desgraciadamente este consenso en el poder en Chile ha funcionado hasta hoy día y aquí es donde yo quiero entroncar con la política que nosotros hoy día estamos proponiendo para Chile. Desde hace tiempo estamos proponiendo una alternativa al neoliberalismo, estamos proponiendo cambios sustanciales, transformaciones de fondo, estructurales incluso el cambio de la Constitución. Pero hemos visto, durante todo este tiempo como nos estrellamos contra una especie de muro porque, le hacemos empeño, vamos a las elecciones, se desarrolla la lucha sindical, llegamos hasta allí y no pasamos ¿por qué? Porque se nos impone este consenso que existe entre la derecha y la Concertación y que subsiste hasta hoy.
No hemos sido capaces de romper ese consenso a pesar de las contradicciones que se ha ido produciendo en el seno de la Concertación, porque hay una crisis larvada, hay salida de gente hacia la derecha, gente que ha salido hacia la izquierda, otros que quieren tener una posición intermedia, pero ¿por qué? Porque dentro de la Concertación hay sectores que ya se dan cuenta de que las cosas no pueden seguir como están en Chile. Esta crisis deja todavía mucho más en claro que las cosas no pueden seguir así.
La Concertación ve el peligro de perder el gobierno si mantienen las cosas iguales, hay muchos que se dan cuenta de eso, les interesa defender el gobierno, pero hay otros que miran mucho más adelante y que se dan cuenta que en Chile hay que cambiar muchas cosas y que hay que retomar lo que fue, por ejemplo, aquel programa que hizo la Concertación cuando recién comenzó la transición.
En la reciente proclamación del compañero Cristián Cuevas como candidato a parlamentario, con todos los que conversábamos, dirigentes de los partidos de la Concertación, iban mucho más lejos. Dirigentes sindicales de la DC y el PPD, por ejemplo, decían que habían estado releyendo las 40 medidas de Salvador Allende y que se daban cuenta que allí estaban expuestas, adelantadas, muchas de las cosas que se debían hacer hoy día.
Nosotros sabemos que evidentemente Allende significa un avance, su gobierno es una base muy sólida de todo lo que estamos planteando hacia delante pero es indudable que los tiempos han cambiado y lo interesante es este sentimiento que se está produciendo de que las cosas tienen que cambiar en este país.
La duda que francamente tengo es que si entre nosotros está tan afincada esta conciencia de que las cosas no pueden seguir como están y que es el momento de apurar el tranco para cambiarlas, porque ninguna cosa va a cambiar por si sola, si ese pensamiento está entre todos nosotros. Es un asunto que quiero dejar sentado.
Es muy profunda la crisis, nos está diciendo que las cosas no siguen igual ni a nivel mundial ni a nivel local, que este es el momento de empujar por los cambios, pero ¿tenemos conciencia que el camino se ha ido desbrozando y que hoy día si están las condiciones para esto? ¿Nos damos cuenta de esto?
Yo percibo que en el mundo del trabajo se ha avanzado bastante, pero todavía no lo suficiente y me temo que en mi propio Partido esto todavía no se ha hecho carne y no nos provoca la determinación de luchar con todas nuestras fuerzas, teniendo claro que ahora sí se está abriendo una brecha. Cuando nosotros planteamos terminar con la exclusión y un pacto instrumental para romperla, ¿qué es lo que estamos diciendo en el fondo? Golpeemos, rompamos las trabas, ese es el objetivo de este pacto. No se trata sólo de elegir parlamentarios sino que se trata de ir creando las condiciones, tener una fuerza que pueda aspirar legítimamente a llegar al poder en este país o a asumir posiciones de poder.
De lo contrario se pueden dar varias salidas a esta crisis. Una de las salidas es que la cosas traten de llevarlas por el mismo camino que lo han hecho hasta ahora, por ejemplo no vislumbro ningún cambio respecto a la necesidad de que los trabajadores tengan derechos, no lo observo en el gobierno, en la Presidenta de la República, no hay ninguna voluntad de producir ese cambio y vamos a pasar esta crisis sin que se le hayan devuelto los derechos a los trabajadores. No sé si conocen el proyecto de reformas laborales, por algo se está plateando el paro para el 16 de abril, porque no nos conforma esta forma de tratar a los trabajadores sobre todo en esta crisis.
Es absolutamente necesario comprender este nuevo momento que estamos viviendo porque si somos capaces de romper este consenso, o por lo menos abrir una brecha en él, si somos capaces de tener un candidato único a la Presidencia, si hay un Programa – probablemente no vamos a llegar a la presidencia hoy día- pero vamos a dejar establecido un programa, tanto para la lucha electoral presidencial como parlamentaria, y también para la lucha no electoral, un programa para la discusión política, para la lucha ideológica, para ganar conciencia y al mismo tiempo, elegimos parlamentarios y somos capaces de fortalecer el movimiento sindical, el movimiento social y nutrirlo, ser capaces de transmitir que hay una posibilidad nueva en nuestro país, creo que en corto plazo podemos aspirar a seguir la senda que se está abriendo en otros países de América Latina.
Chile no tiene por qué ser una isla y una excepción respecto de lo que está pasando en América Latina. Muchos se preguntan y qué cosas podemos plantear nosotros para adelante. ¿Qué es lo que planteamos? Ese es un desafío a nivel mundial. Ante una crisis que ya se dice que no es sólo financiera, es crisis económica, es crisis energética, alimentaria, medioambiental, algunos hablan de crisis de la civilización, se hace imprescindible imponer incluso un nuevo padrón cultural en el mundo.
¿Qué es lo que nosotros proponemos en nuestro país? Es un desafío grande, tenemos un programa que va en ese sentido, pero tenemos que ser capaces de convencer, de encantar a la gente, además de convencerla de que esto es posible realizar, porque podemos tener muy buenas ideas, buenas intenciones, pero si no somos capaces de convencer y decir esto es posible, la verdad es que no vamos a llegar muy lejos.
Algunos dicen que estamos volviendo al pensamiento del economista John Maynard Keynes, a valorizar el papel del Estado, pero ¿qué Estado?, por ejemplo, ¿el Estado de Chile? Este Estado con todas sus imperfecciones, tampoco, hay que valorizar a un Estado que dé más garantías a todos los ciudadanos. ¿Es la hora del socialismo? Entonces la pregunta también es si, la salida tiene que ser el socialismo, pero ¿cómo llegamos a eso? y ¿ a qué tipo de socialismo? Lo que plantean muchos como un elemento a meditar, a tener en cuenta, es que el siglo XX fue un siglo extraordinario en que se produjeron hechos que marcaron a la humanidad, hubo dos guerras mundiales con 60 millones de muertos, la gran depresión del año 29, un siglo de grandes revoluciones, la Revolución Rusa no fue una cosa baladí, se instaló un sistema socialista que después cayó. Con el estudio de todo lo que ocurrió podemos sacar las experiencias para hacer propuestas de lo que se tiene que hace en este siglo XXI.
Muchos dicen, hay que buscar entre lo que la humanidad fue capaz de hacer, todo aquello que realmente sirva porque hay cosas que indudablemente no se pueden repetir, hay cuestiones del capitalismo que no se pueden repetir y también cuestiones del socialismo. Hay que hacerlas con un nuevo prisma y no es que estemos renunciando ni a los principios ni a la teoría del marxismo ni nada de eso, ni que estemos renunciando al socialismo. Se trata de que ahora tenemos que aprovechar todo ese conocimiento para un nuevo impulso. Sería lo mismo que si en Chile, al pensar en el futuro, en lo que vamos a construir, nosotros no pensáramos en toda la experiencia que tuvimos con el Gobierno Popular, tanto en su triunfo como en su derrota.
Otros países latinoamericanos fijan mucho su atención en lo que pasó en Chile, estudian profundamente lo que ocurrió para tratar de no cometer los mismos errores y para tratar de enfrentar mejor todos los intentos por echar abajo a gobiernos progresistas, democráticos de nuevo tipo y también para buscar las soluciones a los problemas sociales, económicos de sus países teniendo en cuenta muchas de las propuestas que hizo y que trató de desarrollar el gobierno de Salvador Allende, que aparecen plenamente vigentes hoy.
Es indudable que si hemos estado tanto tiempo nadando contra la corriente y si sabíamos nadar a favor de la corriente, ahora tenemos que nadar más fuerte porque la corriente está de nuestro lado, pero también la marea y las olas pueden pasar por sobre nosotros y nos podemos ahogar en el intento. La cosa es no sólo seguir a flote, sino avanzar más rápido o avanzar con esta marea gigantesca que se nos viene encima. Porque me parece que los diagnósticos de cómo va a seguir la crisis son todavía más negros.
Acuerdo electoral
Estos días en que hemos estado hablando del acuerdo parlamentario instrumental, algunos personeros de la Concertación miran el panorama para adelante con bastante desesperación, porque si ganan de nuevo el gobierno la verdad es que la ven negra, pues se ahonda la crisis, crece el conflicto social y ven que no hay salida todavía. Ya algunos están hablando incluso de ir a un gobierno de unidad nacional, que gente de derecha y de izquierda formen parte de este gobierno. Son cosas que no se pueden desconsiderar porque, a la vuelta de la esquina, pueden haber sorpresas del punto de vista político que tengan una connotación mucho más profunda de la que nosotros estamos mirando. Ahora, si gana la derecha, la situación se pone más negra. Tenemos que pensar qué vamos hacer. De todas formas no es lo mismo un gobierno de derecha en medio de una crisis, es totalmente distinto.
Me parece que estamos en un momento crucial en que debemos dar un vuelco en este país, tenemos que ser capaces de dar este vuelco y todas las cosas dependen de nosotros, tenemos que unirnos mucho más. Tenemos que dar la discusión, tiene que haber discusión ideológica, política, profunda, pero con elementos clave en la mesa y muy claros, conocer de la realidad y podemos tener diferencias, pero lo que no podemos hacer es romper con la unidad de la izquierda, marrar la posibilidad que tenemos por delante, porque si nosotros no nos unimos, no buscamos terminar con toda una atomización que existe en nuestro sector, tampoco vamos a pasar adelante, también tenemos que dejar de lado los prejuicios. Cuando uno tiene fortalezas respecto de lo que está planteando, sus principios, sus objetivos, no tiene que tener temor de conversar, ni de pactar o hacer movimientos tácticos, el tema es mantener siempre la independencia para hacer los movimientos, que sean precisos en momentos oportunos y que ayuden a conseguir lo que uno se ha propuesto estratégicamente y si eso no lo tenemos claro nos vamos a enredar para siempre. Y nos vamos a quedar marcando el paso y no vamos a salir del pantano en que nos tienen metido, pero en el que a veces nos metemos nosotros mismos.
El alcalde de Quilicura, en uno de sus discursos contra la exclusión, decía que la exclusión a veces está en nosotros mismos, porque tenemos miedo a conversar, a unirnos, a unir fuerzas precisamente tras esos objetivos y tiene toda la razón. Yo creo que incluso nosotros con cierto temor, a veces por el qué dirán, vamos a hacer un pacto instrumental, qué van a decir de nosotros, que nos estamos vendiendo a la Concertación. No, nos estamos vendiendo para nada. Algunos dicen que hay una contradicción, que seremos la salvación a la Concertación, pero no, no vamos a salvar a la Concertación, porque ésta ni va a perder parlamentarios, porque lo que estamos jugando es al doblaje, lo que vamos hacer con el pacto instrumental es que vamos a doblar o a hacer todo el esfuerzo por doblar para elegir nuevos parlamentarios que a lo mejor conformen una correlación de fuerzas distintas en el parlamento, que no se va a poner automáticamente a dictar leyes que favorezcan al pueblo.
Va a instalarse una fracción del Parlamento, que estará dispuesta a llevar las cosas tan adelante, que eso unido a la unidad y a la fuerza que tenga el movimiento social, sea capaz de arrastrar a gran parte del Parlamento a tomar decisiones distintas. En momentos de crisis como éste que estamos viviendo, es evidente que también se pueden producir vuelcos en el Parlamento, pero si hay decisión y si hay presencia, porque desde afuera es muy difícil, o sólo desde afuera. No digo que sea imposible, pero muy difícil. La experiencia de todos los pueblos latinoamericanos que han llegado al gobierno es que los parlamentos han jugado un papel previo a las elecciones presidenciales. Miren Bolivia, Ecuador, Venezuela, con un gran papel del Parlamento. Se han establecido las asambleas constituyentes, han logrado, después de confrontaciones muy duras, tener nuevas constituciones, pero los parlamentos han jugado un papel vital. Y Chile no es ninguna excepción.
Si miramos la historia de Chile en los momentos de auge, de presencia parlamentaria de la izquierda, unida con el movimiento sindical y con presencia incluso de trabajadores en el parlamento, han sido los momentos de auge en los cuales nosotros hemos sido capaces de construir correlaciones de fuerza suficientes para llegar al gobierno.
Recabarren, por algo, fundó el Partido Obrero Socialista, fue el padre el movimiento obrero chileno, del movimiento sindical. Por algo empezó por la lucha electoral parlamentaria y el mismo llegó al Parlamento con una alianza con el partido liberal de la época. Nosotros tenemos un precedente, desde la fundación misma de nuestro partido, de que para llegar al Parlamento se necesitan de las alianzas electorales y estoy seguro que el pensamiento de Recabarren no tenía nada que ver con el pensamiento de ese partido liberal y que no tenía ningún pacto de gobernabilidad y que cada uno siguió su camino, pero juntando las fuerzas dieron origen en este país a lo que ha sido una impronta del desarrollo de la lucha política.
El economista chileno Orlando Caputto dice que el origen de la crisis está desde el momento mismo que se instala el neoliberalismo, en la ganancia excesiva de las transnacionales que acumulan el capital que después no saben cómo gastarlo y comienzan a gastar especulativamente o a invertir especulativamente. Y la especulación más grade que se conoce que es la que provoca la crisis subprime, es decir los préstamos que no tenían respaldo en Estados Unidos ni en ninguna parte del mundo que lo convierten en bonos que después los venden al mercado sobre preciados o con alto intereses y que cuando llega el momento de los qui `ubos, no tenía respaldo de ningún tipo.
Creo que sería necesario escuchar a Orlando Caputto, también a Hugo Fazio y a otros compañeros. En nuestra candidatura tenemos a un grupo importante de economistas que están trabajando en esto, que están trabajando en el programa, pero creo que, junto con el desarrollo de la lucha, es cada vez más necesario que nosotros nos preparemos a fondo para enfrentar las futuras batallas.