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El nuevo cartel de los sapos

Fuentes: Rebelión

Cada día que pasa crece la ignominia de Timochenko quien todavía cree que sigue siendo el “líder colombiano de la implementación del acuerdo de la Habana 2016”; cuando no pasa de ser el jefe de un pequeño grupo de compinches: Un moscón verde y cabezón de la variedad coprófaga y excremental de la “Chrysomya megacephala”, a quien ni siquiera sus ex compañeros no quieren cazar para no untarse.

En la imaginación de los colombianos; la lengua larga y pegajosa de los batracios ha servido para igualar a un chivato delator o soplón ante las autoridades y llamarlo en lenguaje popular “sapo”. No es nada peyorativo, es simplemente una palabra más de nuestra realidad abrumadora que tiene sus orígenes en el sin número de guerras civiles de los siglos 19 y 20, cuando el ganador, ya con el Poder del Estado, exigía al gamonal o hacendado perdedor de la guerra que, a cambio de darles ventajas y concederle privilegios, impunidades  y co gobiernos, señalara a sus subalternos y aliados, colaboradores o compañeros de armas para “caerles”, llevarlos a la cárcel y expropiarles sus tierras, ganados o cualquier otra propiedad.  Es una larga experiencia; “una tecnología del poder” largamente usada y probada con éxito durante siglos por el bloque oligárquico-dependiente de burgueses y terratenientes en el Poder en Colombia.

Los casos emblemáticos bastante conocidos son: Uno, la cooptación de los guerrilleros liberales de los Llanos orientales compañeros de Guadalupe Salcedo, al finalizar el conflicto bipartidista del medio siglo 20, que fueron incorporados dentro del pavoroso Servicio de Inteligencia Colombiano rural, que más tarde se convertiría en el sanguinario e implacable DAS rural, el mismo que exterminaría casi totalmente, uno por uno, a sus antiguos compañeros.

Dos, en los 90s, cuando el proceso de paz con el EPL y otros grupos guerrilleros menores, un grueso contingente de tropas guerrilleras del maoísta Ejército Popular de Liberación pasó directamente a ponerse al servicio de Carlos Castaño dentro de las AUC, y otro contingente de intelectuales fueron cooptados en ONGs financiadas por EEUU para adelantar estudios sobre “la paz y reconciliación” en Colombia.

Tres: Y Luego, en la guerracontra las drogas de los 90, cuando el Estado integró a dos antiguos sicarios de Pablo Escobar en Antioquia: a Carlos Castaño y a Don Berna para conformar la estructura informal contrainsurgente de los PEPES, perseguidos por Pablo Escobar, logrando enfrentarlos a su antiguo jefe y mediante un gran sistema de delaciones cazarlo y darle de baja. Lo que en la memoria colectiva colombiana quedó como “el cartel de los sapos”.     

¿Qué de extraño tiene entonces, que el presidente Duque, haya vuelto a echar mano a esta probada y productiva tecnología de la gobernanza con el fin de continuar la guerra contrainsurgente actual en Colombia y conformar un nuevo cartel de los sapos a semejanza de los Pepes?

La reunión secreta del presidente Duque y sus más cercanos asesores políticos de la contrainsurgencia, con los otrora jefes guerrilleros Timochenko Londoño y Alape Lascarro, venía fraguándose silenciosamente en la oscuridad. Pero como dice la biblia: el pecado nocturno en la oscuridad, después aparece en el vientre y sale a la luz. Los asistentes al pacto secreto tuvieron que reconocer su furtivo encuentro clandestino y lo peor, tener que explicar en público en la revista Semana (13.03.2021) para dejar en claro sus múltiples objetivos:

A cambio de seguridad para los moscones verdes y algunos otras prebendas en la “implementación”  del Acuerdo de la Habana, estos se comprometen a dar toda la información sobre sus antiguos compañeros, sitios de ubicación, responsables, numero, trochas, armamento, etc, que venía recopilando desde 2017 el grupo de “inteligencia interna” montado por los jefes Alape y Lozada, dentro de los ex guerrilleros reinsertados, con el fin de ubicar disidentes y opositores a su línea para después expulsarlos como sucedió con muchos de ellos, cuando no darles de baja como en enero del 2020, con el montaje policiaco y mediático de los ex guerrilleros que Timochenko acusó de que lo iban a matar, y después se supo fueron torturados y quemados por la policía que cuidaba al jefe guerrillero.    

Pero dejemos que sea el mismo Consejero para la Paz del gobierno Duque, Emilio Archila, quien con toda la legalidad y legitimidad de su alto cargo lo informe en extenso:

“El presidente puso sobre la mesa la relevancia de que tengamos la información que las Farc posean sobre las bandas de narcotraficantes”, dijo Archila señalando que esta sería clave para evitar que sigan asesinando a exmiembros de las Farc “eso ayudaría mucho, para nosotros ir y encontrarlos y meterlos a la cárcel siendo que representan más del 75 % de los ataques que se han dado a los excombatientes”, recalcó.

Según Archila el presidente se comprometió a que la información que ellos entreguen sobre esas bandas del narcotráfico (miembros, clientes, rutas, aliados, etc) será manejada bajo reserva “Ese es un tema muy sensible, y requiere de todo el cuidado y sigilo de la confidencialidad y las garantías que se necesitan”, señaló el alto consejero.

Según lo establecido en la reunión Duque fue muy explícito al decir que era importante que pudieran tener la confianza en Miguel Ceballos, alto Comisionado Para La Paz y Archila para que sean los encargados de recopilar la información que pueda ser suministrada. “Que eso lo manejáramos en el formato que fuera apropiado para el tipo de información”, señaló Archila.

Quienes asistieron al encuentro que fue liderado por Duque aseguran que la conversación entre los excombatientes se realizó de una manera muy cordial. “Es histórica la reunión, fenomenal”, así la calificó Archila.

En el diálogo que se adelantó el pasado 10 de marzo se reiteraron por parte del Gobierno nacional las medidas de protección que se han diseñado y encaminado para los excombatientes de las extintas Farc, también, se abordaron las intervenciones para llevar la agricultura por contrato y las medidas de seguridad contempladas en la política Paz con legalidad.

Luego de que se conociera este encuentro, Timochenko se pronunció en sus redes sociales y aseguró que los firmantes del acuerdo de paz pactaron acciones para avanzar en la implementación integral de lo que se pactó en La Habana: “Agradecemos a Naciones Unidas por haber propiciado este encuentro con el presidente Duque, un encuentro que fue cordial, respetuoso y muy humano que nos permitió expresarle las preocupaciones de los firmantes del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y las Farc”.

También agregó que tuvieron la oportunidad de hablar sobre posibles acuerdos para continuar con lo estipulado en ese documento: “A la vez proyectar acciones en función de la implementación de lo acordado. Finalmente, hizo una única petición a todo el país: “Llamamos al pueblo colombiano de la comunidad internacional a seguir apoyando este proceso”.

El presidente Iván Duque, en su programa habitual Prevención y Acción, dio detalles de la reunión con Timochenko, en la cual manifestó que se abordaron las intervenciones para llevar la agricultura por contrato y las medidas de seguridad contempladas en la política Paz con legalidad.

“Esta política está llegando a distintos territorios y justamente esta semana, hace exactamente dos días, tuvimos una muy importante reunión que fue convocada por la oficina de observación de Naciones Unidas en nuestro país. Ahí me acompañaron el alto comisionado para la paz, Miguel

Ceballos; el consejero para la estabilización, el doctor Emilio Archila, [y] la jefe de gabinete de la Casa Nariño, María Paula Correa”, sostuvo Duque.

El presidente además agregó que: “Nos encontramos también con dirigentes tanto del Partido Comunes [y] con personas que están trabajando en el proceso de reincorporación. ¿Con qué idea?, con la de acelerar y mostrar el avance en distintos frentes en los centros de titulación en las obras (PDET) y hablar de manera muy particular de todas las intervenciones que se están haciendo para llevar la agricultura por contratos a distintos lugares del país”. https://www.semana.com/nacion/articulo/la-informacion-que-le-pidio-duque-con-compromiso-de-reserva-a-timochenko-y-pastor-alape/202142/

Sintiéndose desnudo y utilizado por el gobierno y el Estado en su plan contrainsurgente para negar el extermino diario de líderes sociales y ex combatientes, y atribuir el genocidio diario a una “ guerra entre bandas de narcotraficantes por rutas y territorios”, el jefe de los moscones verdes, recurre al cascarón político que ha montado con su rosca, el Partido Comunes, que no es partido y mucho menos común sino más bien especial, para negar en su canal (https://twitter.com/comunescol) una evidencia tan grande como la presentada por el consejero Archila.

Pero primero cae un mentiroso que un cojo. Ya nada, ni nadie podrá rescatar la imagen pública de Timochenko y sus compinches, de la indignidad y la descomposición moral en la que han caído, y menos darles algún crédito o legitimidad para presentarse como el jefe de un proceso de paz en Colombia cada día más envolatado. Hay que dejarlo como el repulsivo moscón verde que es, revolcándose en su propia mermelada.