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El nuevo escenario colombiano

Fuentes: Resumen Latinoamericano

La guerrilla más antigua y resiliente de nuestra américa acaba de dejar las armas, dejan escrita una página de 53 años de insurgencia que empieza hacerse historia, para salir por la puerta grande de la guerra. Una guerra empantanada en medio de los bombardeos y la intervención tecnológica contrainsurgente de los estados Unidos; golpeada pero […]

La guerrilla más antigua y resiliente de nuestra américa acaba de dejar las armas, dejan escrita una página de 53 años de insurgencia que empieza hacerse historia, para salir por la puerta grande de la guerra. Una guerra empantanada en medio de los bombardeos y la intervención tecnológica contrainsurgente de los estados Unidos; golpeada pero no vencida, la guerrilla resistía en el fango del paramilitarismo, narcotráfico y diversas amenazas de descomposición. Las FARC EP han sabido en menos de 4 años salir de los Caños y Esteros en los que literalmente la guerra iba pudriéndose hacia un escenario de enorme dimensión histórica para Colombia, página de la historia que además enmarca su reingeniería y transformación a partido político legal.

Las FARC EP pueden celebraban un Acuerdo en el que aseguran su participación política, representación parlamentaria, amnistía para sus presos políticos entre otros aspectos de su particular interés, pero celebra también que estos acuerdos abordan aspectos medulares de la reforma del campo colombiano, un escenario en que los niveles de concentración, desplazamientos forzados de campesinos, masacres paramilitares superan las cifras de la guerra en Guatemala que ya creíamos irremontables. Hace unos días la Universidad Nacional entregó los resultados de un censo integral desarrollado sobre más de 10 mil guerrilleros constando que el 66% de la insurgencia es de origen campesino, el 81% de los y las combatientes provienen de actividades vinculadas al campo, más de medio siglo en que el establishment colombiano negaba la raíz campesina y agraria de esta problemática, una guerrilla campesina que hoy pone nuevamente el debate sobre un campo pauperizado por el neoliberalismo. Colombia importa más de 12 millones de toneladas de alimentos anuales. Un campo que ha visto en estas décadas acentuarse la concentración, la desaparición de cultivos de alimentos para priorizar los monocultivos para biocombustibles, la asociación mafiosa entre grupos paramilitares, políticos y empresarios mafiosos que asolaron el campo colombiano generando 7 millones de desplazados entre otras cifras.

Los Acuerdos de Paz se concretan en una serie de dispositivos legales que prevén la reinserción económica de los guerrilleros mediante cooperativas, superan en este aspecto también los acuerdos en Centroamérica donde los desmovilizados quedaron en el desamparo y hasta hoy bloquean vías para demandar reconocimiento. La derecha colombiana acusa de gollerías a las FARC EP los acuerdos conseguidos en La Habana, la economía que les generaba la guerra, el sostenimiento de un modelo económico que tiene a Colombia como el país de mayor inequidad en nuestro continente y las responsabilidades que hoy tendrán que enfrentar ante la justica especial alientan esa campaña que encabeza Alvaro Uribe para «hacer trizas el acuerdo».

Sin embargo, las FARC EP pueden haber surcado mares procelosos para venir ahogarse en la playa de la paz, y es que el escenario tampoco les viene resultando ni llano ni sabanero. En estos momentos el otrora ejército del pueblo acusa un proceso de desvinculación de su fuerza, la guerrillerada de base enfrenta una paz que hasta hoy no lo provee de útiles de aseo, de atención médica, de vestido que antes le resolvía la comandancia, la reciente ceremonia de dejación final de armas con el Secretariado guerrillero en pleno y el Presidente Juan Manuel Santos se desarrolló en el campamento de transición de Mesetas en el Departamento del Meta donde la construcción de habitaciones, servicios higiénicos no están ni siquiera al 10% de su construcción, la paz para miles de guerrilleros sólo viene significándoles haber perdido las armas, han perdido la movilidad constante y se han quedado sólo con la incertidumbre y desconfianza constante hacia un estado que sienten no les cumplen, el que aun porten uniforme en todas las Zonas Veredales no obedece a nostalgia sino a que en términos concretos el Estado colombiano no viene cumpliendo cuestiones elementales que generan malestares que no atienden razones históricas como la paz. Si a esto se le añade los esfuerzos a los que no renuncian sectores militares para quebrar la cohesión de la ex guerrilla con estímulos individuales a la deserción. En ese sentido es que se sostienen los operativos de la Armada colombiana que mantienen una ofensiva sobre los puntos de concentración guerrillera, mediante el reciente acceso a las redes y los smarthphones los ex combatientes reciben una constante invitación para acogerse a la desmovilización que ofrecen los militares, hace una semanas un puesto de guardia guerrillera en el Guaviare tuvo un intercambio de tiros y capturó un capitán de inteligencia que se acercaba a la zona veredal buscando extraer una guerrillera. Un tema que ambas partes convinieron manejar discretamente pero que nos recuerda que los Acuerdos están lejos de marcar un postconflicto. Por otro lado a nivel unánime de la base guerrillera se parte por reconocer también un autocritico descuido de la formación política; en el terreno de los cuadros intermedios, las correas de transmisión que conducían con maestría el combate irregular, vienen tomando tiempo para adecuarse a las nuevas necesidades de tránsito y también a las nuevas formas de relacionamiento en una agrupación que acaba de dejar la verticalidad, la paz en ese sentido reaviva la noción de democracia en la base guerrillera que hoy elige sus responsables y direcciones. Las FARC EP tienen hoy el reto de sostener su cohesión, la que se estremecerá conforme el mundo real de las urgencias vanas fluya entre sus columnas, frente a los nuevos vientos y los viejos odios.

Las FARC EP vienen desarrollando un previsor ejercicio interno de evaluación previo a su Congreso de agosto que dará a luz su nueva agrupación política, en este las 26 Zonas Veredales en las que se encuentran concentrados miles a lo largo del país evalúan su situación, las fortalezas con las que ingresan a este periodo, sus debilidades, así como los factores que la amenazan. Decíamos que su cohesión y número son hoy factor sujeto a evaluarse tras el avance del proceso. Sin embargo, su rol en el tablero político cuenta aún con la experiencia de una dirección que hasta el momento viene conduciendo con relativo éxito el proceso, la paz ha hecho parte del discurso fariano desde Marquetalia en los orígenes mismos cuando apenas dejaban de ser una guerrilla nacida del liberalismo y hoy la diligencia en los plazos y acciones comunicativas de las FARC EP frente al acuerdo viene siendo reconocida como coherente. La partidocracia colombiana presencia el ingreso de un actor que aun sin ser partido legal ya supera la aceptación de la ciudadanía. No obstante el rechazo del común de los colombianos a las FARC EP sigue siendo enorme, la paradoja radica en que igual hay enormes expectativas respecto a cómo contribuirá a revitalizar una alternativa de izquierda que quiebre el bipartidismo oligárquico colombiano, hay expectativa respecto a un actor que no ha pertenecido a las castas tradicionales de la clase política. Cabe señalar que podría ser el mismo entusiasmo que en su momento generó el M19 en su paz con Virgilio Barco, el que generó la ANAPO en los 70……el país ya antes ha traducido su expectativa por el cambio apoyando electoralmente a los otrora perseguidos, así como también ya ha visto antes como el saco y corbata reemplazaron el verde olivo y como la componenda y otras mañas acabaron por devorarse la rebeldía de los comandantes hechos senadores.

La solida oligarquía colombiana que varias décadas viene consensuando el neoliberalismo y una economía reprimarizada hoy presenta fracturas frente al tema de la paz, los sectores vinculados a la ganadería extensiva, el poder terrateniente y hoy la iglesia evangélica se enfrenta a otro que ve en la paz oportunidad de negocios con la agroexportación y el monocultivo, que aspira a que ese 50% del gasto público que absorbía la guerra pueda orientarse a otros sectores, el capital financiero colombiano se frota las manos por los territorios que hoy dejan militarmente las FARC EP. Estas semanas los ex guerrilleros presos políticos desarrollan una huelga de hambre exigiendo la amnistía que se pactó en el Acuerdo; esta vez el realismo mágico lo ponen los militares y policías en prisión por delitos durante el conflicto exigiendo la implementación del Acuerdo denunciando a las fuerzas oscuras que alientan la guerra y el odio (sic). Si bien un sector rechazó el plebiscito de los acuerdos es real también que son muchos más y con mayor incidencia aquellos que desde diversos sectores sociales le apuestan a la paz, y esta ha generado fisuras en el consenso dominante.

Con el acompañamiento internacional, con un Acuerdo que diseña un país más moderno asumido por amplios sectores del país, una dirección colectiva venerada por la joven base guerrillera, la ex insurgencia tiene colosal oportunidad.

El ejercicio introspectivo fariano naturalmente arroja también preocupaciones y además de la incierta cohesión de la militancia están tomando muy en cuenta las amenazas que representa el paramilitarismo criminal que alcanzó la cúspide de la barbarie con el gobierno de Álvaro Uribe y que en estos meses, señala Defensoría del Pueblo, continúa evidenciándose vigente con el asesinato de 156 líderes comunales en pleno desarrollo del Acuerdo. En el mismo sentido no son insólitos hoy los procesos judiciales que atraviesan empresas que se hicieron de enormes extensiones para la agroexportación en asociación con estas fuerzas mercenarias, no son extraños los casos de congresistas, alcaldes y gobernadores regionales encarcelados por su asociación con estas organizaciones criminales, el paramilitarismo innegablemente asociado al poder amenaza el proceso mientras el estado se muestra débil frente a uno de sus componentes represivos, sobre el que ha perdido parte de control. La modesta expectativa que a nivel del país genera la paz se explica también por la conciencia generalizada de que la violencia continuará en tanto todas las regiones que la insurgencia ha dejado vienen siendo cubiertas por paramilitarismo y diversas formas criminales.

Una consecuencia de lo anterior, el arrasado tejido social y movimiento popular en el que toda la izquierda colombiana viene naufragando, un país abatido por los planes Colombia, Patriota, Espada de Honor que como es típico en nuestro continente buscaron quitarle agua al pez con represión en comunidades y veredas. Las FARC EP tendrán representación parlamentaria automática durante dos periodos congresales de forma automática en tanto participe en los procesos electorales convocados, panorama difícil para quien busque la construcción de una alternativa electoral que no se centre en las ciudades, ahí donde las FARC EP tienen el mayor rechazo e inexperiencia política. La conciencia de estos factores hace que en las Tesis Preparatorias a su Congreso la guerrilla de plano asuma con pragmatismo que su mayor aspiración para el periodo radica fundamentalmente en la implementación de los acuerdos, un norte que puede hacerlos parte de una coalición de sectores que van denominando Bloque Popular Alternativo en el que las FARC EP apuestan a ser una fuerza más.

Alguien decía que los acuerdos de paz, si nos fijamos en la experiencia centroamericana, son el escenario en el que busca ganarse en la mesa lo que no se logró en el campo, la apuesta del estado viene siendo un cumplimiento formal de parte de la normatividad comprometida, por su paso lento más bien parece que apostasen a que la vida y sus urgencias menudas hagan mella en la unidad política de la ex insurgencia. No es casual que Rodrigo Londoño, Timo, venga alertando en interno los peligros que se ciernen en sus filas que ya vienen resintiendo el inexorable arribo del mercado, la propiedad personal, entre el guerrillero que tiene ventilador, o televisor respecto al resto, y es que la misma clase dominante sabe del poder disolvente de su cultura y sistema, lo que no alcanzaron con el presupuesto norteamericano y sus bases militares creen pueden lograrlo por medio de la simple miseria de la vida cotidiana y su poder fragmentador e individualista. Por muchos premios nobeles de la paz la oligarquía colombiana no deja de temer el arribo de un actor de izquierda numeroso y con voluntad política. Ahí apunta el desgaste.

El giro de las FARC EP la ubica en posición expectante en el tablero político de uno de los países de nuestro continente donde lo conservador y reaccionario ha caracterizado a sus elites económicas, estos sectores anuncian que el próximo escenario electoral del 2018 será una batalla contra el Acuerdo de Paz, la paz se convierte así en un tema político de campaña con su consiguiente riesgo. Las FARC EP exponen una voluntad de paz y cumplimiento que hasta ahora les genera simpatías, la cohesión (maltrecha) de sus filas aun es de considerarse, un ejército volcado a la política legal puede levantar nuevos vientos para las alternativas que hoy se revitalizan con un nuevo miembro entre sus filas. Los colectivos universitarios, las comunidades LGTBI, las agrupaciones campesinas y un sin número de actores se acercan diariamente a las Zonas Veredales de Transición y Normalización, grupos ecologistas, colectivos de artesanos etc. buscando articulación, referente o sencillamente buscando a sus hijos extraviados durante la guerra. Presenciar uno de estos encuentros políticos esperanza la voluntad de articulación de esa coalición alternativa que se alza en el horizonte inmediato, presenciar los reencuentros familiares estremece por la manera como se abrazan el dolor, la alegría de una nueva oportunidad de vida, la oportunidad que sin duda merece todo el pueblo colombiano.

 

Notas:

«Se trata de recuperar y potenciar procesos ya existentes en campos y ciudades de democracia directa, asamblearia y comunitaria. Nuestro partido deberá ser al mismo tiempo partido de la movilización, de la lucha y la producción de poder social «desde abajo» y partido por la disputa del poder y la institucionalidad del Estado» Tesis 50. TESIS PREPARATORIAS – Congreso Fundacional de las FARC EP.

«La facción minoritaria, militarista y de ultraderecha es liderada política e ideológicamente por el Centro Democrático, aunque extiende sus influencias a sectores del Partido Conservador y de las iglesias pentecostales, entre otros; expresa los intereses del gran latifundio ganadero y de sectores empresariales de la agricultura de plantación. Esta facción se ha opuesto férreamente primero al proceso, luego al Acuerdo y ahora a la Implementación.» Tesis 16. TESIS PREPARATORIAS – Congreso Fundacional de las FARC EP.

«Siempre hemos señalado que el desistimiento del alzamiento armado contra el Estado no conduce en momento alguno al fin de nuestras aspiraciones históricas de transformación revolucionaria del orden social capitalista vigente en el país, sino que conduce más bien a la continuidad de nuestra lucha por la vía exclusivamente política. El Acuerdo Final lo hemos concebido en término de los mínimos necesarios para desatar un proceso de democratización política, económica, social y cultural e iniciar el proceso de construcción de una paz estable y duradera…» Tesis 46. TESIS PREPARATORIAS Congreso Fundacional del Partido de las FARC EP.

Fuente original: http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/07/27/el-nuevo-escenario-colombiano/