Cuando el país vive momentos difíciles por el agravamiento de la guerra con sus trágicos hechos de muerte y sangre, se configuran importantes eventos políticos que van a contribuir al sostenimiento de los diálogos de paz de La Habana con avances en los temas que aún están pendientes de ser tratados en los términos de […]
Cuando el país vive momentos difíciles por el agravamiento de la guerra con sus trágicos hechos de muerte y sangre, se configuran importantes eventos políticos que van a contribuir al sostenimiento de los diálogos de paz de La Habana con avances en los temas que aún están pendientes de ser tratados en los términos de la Agenda pactada desde el año 2012 y poder llegar así a un acuerdo final de terminación de la guerra.
Se posesiona como Ministro de la Defensa el doctor Luis Carlos Villegas, la justicia acelera sus decisiones respecto de las investigaciones contra prominentes generales comprometidos en decenas de «falsos Positivos» que acabaron con la vida de inocentes ciudadanos y surgen nuevas propuestas de cese al fuego bilateral.
Se fue Pinzón, el belicoso burócrata de confianza de Santos que con su altisonante retorica perturbo las conversaciones con las Farc durante 30 meses, funcionando como auténtica bisagra con el sabotaje uribista infiltrado masivamente en los aparatos armados oficiales. Ingresa Luis Carlos Villegas al gabinete ministerial y su discurso ciertamente establece un nuevo clima. Para resaltar su advertencia a los militares en el sentido de estar dispuesto a no permitir la politización (en clara referencia al uribismo) de las fuerzas militares, más cuando se acercan las elecciones regionales. «Así como yo no haré las operaciones y los operativos, espero que ellos (los militares) no hagan política. Desde la política defenderé las fuerzas (armadas) para que puedan dedicarse a su oficio sin que se dejen usar o influir malintencionadamente. Sobre todo de la política electoral» (http://bit.ly/1fyREeU). Conocemos los antecedentes de coyunturas electorales pasadas en que altos oficiales se colocaron al lado del movimiento uribista para afectar los diálogos con las Farc.
Villegas, un importante empresario y líder del gremio cafetero, a quien vimos gestionando correctamente el Forec, entidad creada para la reconstrucción del Eje Cafetero, después del espantoso terremoto de 1999, en Armenia (Quindío), ha señalado que su compromiso es con la paz y con la democracia, ojala sea con la ampliada que se pacto ya en La Habana, contenida en un trascendental texto político que debería ser promovido por las partes en vez de la pervertida reforma del equilibrio de poderes. De igual manera ha advertido que cortara los vínculos de militares y policías con las Bandas criminales y grupos paramilitares, responsables del exterminio de centenares de activistas de derechos humanos.
Propósito reforzado con la determinación de la Fiscalía de llamar a indagatoria a los generales Mario Montoya Uribe, Jaime Augusto Bernal Mendiola, Jorge Arturo Salgado Restrepo y Henry William Torres Escalante, acusados de ser los autores, en años recientes, de miles de «falsos positivos» con los que se dio muerte a inocentes y humildes personas para recibir como pago las millonarias recompensas ordenadas desde el Ministerio de Defensa.
Se trata de dos hechos favorables para la paz a los que debería agregarse avances en materia de un cese bilateral al fuego, respecto del cual se han planteado medidas parciales como treguas de semanas o meses y suspensión de hostilidades regionales verificadas por actores imparciales escogidos en La Mesa de La Habana.
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