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El pan y la dependencia

Fuentes: Rebelión

Sin necesidad de crisis el capitalismo mantiene 780 millones de personas en el mundo que no tienen suficiente para comer y el hambre mata 12 millones de niños. En Chile la importancia relativa del pan en la vida cotidiana de los trabajadores tiene la misma importancia que el cobre. Uno y otro les permiten comer […]

Sin necesidad de crisis el capitalismo mantiene 780 millones de personas en el mundo que no tienen suficiente para comer y el hambre mata 12 millones de niños.

En Chile la importancia relativa del pan en la vida cotidiana de los trabajadores tiene la misma importancia que el cobre. Uno y otro les permiten comer todos los días. Entre los pueblos latinoamericanos los chilenos son los que más pan consumen, con 97 kg. per cápita anuales.

Se plantan 419 mil hectáreas destinadas a la producción de trigo representando el principal cultivo anual, lo que significa que ocupa el 47 % de la superficie destinado a este tipo de cultivos. (Censo agropecuario 1997). Estas superficies de cultivos anuales son relativamente pequeñas en comparación con los grandes países exportadores. Y no sólo eso sino que la producción nacional es insuficiente. Si en el año 2000 se importaban 416 mil toneladas por un valor de US $ 54 millones en el 2006 se importaron 950 mil toneladas por un valor de US $ 160 millones y el 2007, 931 mil toneladas a un valor (CIF) de US $ 236 millones. (Fuente: ODEPA) De estas cifras se desprende que somos cada vez más dependientes de las importaciones y como se ve entre el 2006 – 2007 a pesar que se compró menos se pagó más. ¿Cuánto más? Casi un 50 % más. Mientras en el 2006 el principal proveedor con un 57 % del total fue Argentina en el 2007 este lugar fue ocupado por Estados Unidos con un 52 % del total importado.

Estas cifras son preocupantes. Gracias al alto precio del cobre el país cuenta con reservas para resolver este tipo de problemas, Pero todos sabemos, o debiéramos saber que los ciclos del cobre son altamente inestables en el modo de producción capitalista.

La producción de trigo como toda la estructura agro productiva requiere de profundos cambios. El programa de desgravación pactado con USA se iniciará el 2008 lo que agudizará la situación de la producción triguera dado que los productores nacionales no pueden resistir, por una parte la importación de trigo subsidiado tanto de Argentina como de Estados Unidos como la mala calidad de la producción nacional. Esta producción nacional entrega un trigo no diferenciado y de baja calidad que obtiene precios significativamente inferiores en el mercado internacional. Esto porque debe competir con un trigo clasificado, homogéneo, consistente y de escalas productivas muy superiores a la producción de los «orgullosos» señores feudales de la Sociedad Nacional de Agricultura.

Los altos precios del trigo se mantendrán con alta probabilidad de seguir al alza por una serie de factores concomitantes en desarrollo:

Primero el calentamiento global que ya ha mostrado sus efectos devastadores en las diversas economías, sobre todo en zonas de Asia endémicamente deficitarias. Las proyecciones para la próxima temporada comercial muestran una nueva caída en los inventarios mundiales, inventarios que bajaron un 26 % en las dos últimas temporadas. La sequía en desarrollo, provocada por un déficit de 44 % en las aguas lluvias, que ha significado un 30 % de mermas en la producción de trigo, maíz y arroz.

La fuerte subida de los insumos agrícolas, incluido el petróleo. En Chile los fertilizantes son de alto costo y representan un 40 % del costo de producción. Esto naturalmente por la falta de desarrollo tecnológico nacional en esta área dominada por transnacionales agroquímicas, siendo Chile poseedor de significativos yacimientos de salitre y guano naturalmente hoy en manos privadas. A esto se agrega que los organismos de investigación como el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) y las Universidades, que en el pasado tuvieron un activo papel en esta área han reducido sus programas de transferencia tecnológica.

Frente a la gravedad de estos problemas resulta casi risible, si es que uno tuviese la capacidad de reír frente a estas cosas, que el 1 de Enero del 2008 la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura abrió un concurso destinado a incentivar la modernización y la incorporación de tecnología y nuevo conocimiento de producción de trigo chileno por ¡un millón de dólares! Es cuestión de comparar lo que se asigna a resolver los problemas de alimentación del pueblo con lo que el país gastó, por ejemplo para aviones de la Fuerza aérea. Gastaron 600 millones de dólares iniciales para la compra de 10 F -16 a la Lockheed Martin. ¡Seiscientas veces más! El despilfarro demencial de las platas del cobre.

Las políticas neoliberales han encajonado la producción de trigo en el peor de los escenarios al eliminar las bandas de precios que era un mecanismo estabilizador de las fluctuaciones de precios y estimulaban la producción.

Ahora el gobierno que ha sometido indiscriminadamente a la producción nacional a los avatares de los mercados internacionales, no tendrá la capacidad de resolver, porque a lo expuesto anteriormente, deberá enfrentarse a la tremenda crisis desarrollada desde Estados Unidos donde la posibilidad de recesión está en pleno movimiento, determinando una baja en las importaciones de India y China grandes demandantes de cobre que seguramente bajarán sus pedidos. Así la economía chilena podría recibir un fuerte impacto por la doble conjunción de un dólar bajo que implica menores retornos y una menor demanda.

El pan de los chilenos ha entrado en un escenario de serio riesgo. El año nuevo no llegó con la marraqueta bajo el brazo. En los últimos doce meses el pan corriente aumento 22,4 %, los alimentos un 15,2 %, la electricidad un 42 %, el gas licuado un 30 % (Fuente INE). Estas alzas tendrán un énfasis durante el 2008, así el cacareado segundo tiempo podría no traer un «segundo aire» sino un «knock out» (fuera de combate) de las aspiraciones del ex presidente concertacionista Lagos del «Chile, potencia alimentaria».

Patricio Malatrassi A. (Presidente Frente Profesionales de Izquierda)