El seguimiento informativo de las exequias de Pinochet nos ha permito apreciar qué papel ha adoptado el estado chileno ante la situación. El estado lo hemos podido visibilizar mediante la presidenta Bachelet, la ministra de Defensa, los militares y las fuerzas de orden. Bachelet, al puro estilo plano de la socialdemocracia al uso, ha reaccionado […]
El seguimiento informativo de las exequias de Pinochet nos ha permito apreciar qué papel ha adoptado el estado chileno ante la situación. El estado lo hemos podido visibilizar mediante la presidenta Bachelet, la ministra de Defensa, los militares y las fuerzas de orden. Bachelet, al puro estilo plano de la socialdemocracia al uso, ha reaccionado con comentarios vacíos. Dijo que ha tenido que tomar decisiones pensando en el bien de «todos los chilenos» y para evitar el enfrentamiento entre las partes. Consideró que la muerte del ex dictador ha simbolizado la partida de un referente de »divisiones, odio y violencia». Volvió a recordar que en 1990, los chilenos »recuperamos la democracia» y que las exequias del ex dictador se desarrollaron con »la tranquilidad debida» y »respetando a los dolientes». Explicó que durante los últimos días le ha correspondido tomar decisiones como Presidenta de »todos los chilenos» y pensando en el bien de los ciudadanos, aludiendo a la determinación de su gobierno de implementar las fuerzas de seguridad para evitar que se »desbordaran» los ánimos tras la muerte del ex dictador. Y calificó como un »éxito» las medidas tomadas en los últimos días, porque en el país se mantuvo el orden público y sólo se registraron algunos focos localizados de protestas.
Dijo algo tan original como que »en Chile caben todos» y que aspira a que su nación sea »un país integrado». Por supuesto no hizo ningún comentario sobre la decisión de la familia Pinochet de colocar sobre el féretro del ex dictador la banda presidencial.
Por su parte, la ministra de Defensa asistió al funeral, dio el pésame a la familia, puso a disposición del evento toda la infraestructura y boato del ejército y soportó los insultos, abucheos y humillaciones a que le sometieron los seguidores del dictador. También escuchó respetuosamente todas las soflamas fascistas de los familiares que hablaron ante el féretro.
Finalmente las fuerzas de seguridad reprimieron violentamente al pueblo chileno que se manifestaba indignado para expresar su rechaza a los crímenes y violaciones de los derechos humanos que se produjeron durante la dictadura.
Con este repaso al protagonismo de los diferentes estamentos del estado chileno cada uno puede intentar deducir donde se ha situado el gobierno de Chile. Eso sí, se llama socialista.