El gran responsable del quiebre de la institucionalidad democrática y de la implantación del sangriento terrorismo de Estado en Chile, Augusto Pinochet, se encuentra hoy en la «fase terminal de su vida», según sus propias palabras. Ello acontece en momentos en que la abrumadora mayoría de los chilenos y también la comunidad internacional es consciente […]
El gran responsable del quiebre de la institucionalidad democrática y de la implantación del sangriento terrorismo de Estado en Chile, Augusto Pinochet, se encuentra hoy en la «fase terminal de su vida», según sus propias palabras.
Ello acontece en momentos en que la abrumadora mayoría de los chilenos y también la comunidad internacional es consciente que el ex dictador es culpable ante la justicia por su responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos y por fraude al fisco.
En reiteradas ocasiones hemos demandado la degradación de Pinochet, contemplada en el Código de Justicia Militar que establece que corresponde cuando algún uniformado enloda la institución. Por lo mismo, ninguna autoridad, ni menos el Ejército, puede rendir honores a un criminal de Estado.
En la víspera, la Quinta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago ha decretado, una vez más, la libertad bajo fianza de un millón de pesos a Pinochet por el caso Caravana de la Muerte en el episodio ocurrido en Curicó.
La oleada de crímenes, desapariciones, torturas y latrocinios desatada tras el golpe militar de 1973 todavía hace sentir sus graves secuelas sobre todos los chilenos. Cuando muera, quedará en la historia como el criminal más grande de nuestro país.
El Partido Comunista de Chile, al cual el dictador pretendió destruir, se consolida y activa sus esfuerzos por lograr una verdadera democracia para Chile dejando atrás la noche negra del fascismo, representada hoy en la Constitución de 1980.
Ante el publicitado hecho que el ex dictador se internara como lo hace habitualmente cada vez que es procesado o indagado por casos tan graves como las Operaciones Cóndor, Colombo, Caravana de la Muerte, Villa Grimaldi, Banco Riggs y otros, el Partido Comunista insiste en que los jueces aceleren los juicios y se dicten las respectivas sentencias.
La justicia chilena tiene una tarea pendiente para impedir la impunidad en estos casos de crímenes de lesa humanidad que son inamnistiables e imprescriptibles de acuerdo con el derecho internacional.
Partido Comunista de Chile