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El PC, la DC y el dispositivo del Olvido

Fuentes: El Ciudadano

La DC y el PC se anduvieron agarrando del moño a propósito de su futura alianza de gobierno. Ignacio Walker, el mandamás de la DC, expresó que no quería ser socio en la Concertación con el PC para un gobierno de Michelle Bachelet. Puro espectáculo mediático. Las declaraciones las hizo para agradar a su electorado […]

La DC y el PC se anduvieron agarrando del moño a propósito de su futura alianza de gobierno. Ignacio Walker, el mandamás de la DC, expresó que no quería ser socio en la Concertación con el PC para un gobierno de Michelle Bachelet. Puro espectáculo mediático. Las declaraciones las hizo para agradar a su electorado de centro-derecha y de paso ablandar al PC. No obstante, una de las perlas de Walker, que puso el dedo en la llaga acerca del carácter represivo de la DC y del Estado postdictadura (el mismo Estado de la Concertación y de la alianza derechista) y  que disgustó  a algunos DCés y a PCés fue : «¿Qué haría el PC en un gobierno conjunto cuando el ministro del Interior saque la fuerza pública a la calle para reprimir algún hecho de violencia vinculado con movimientos sociales?»

Una perla de declaración. Porque aquí está la justificación doctrinaria (la mal llamada Razón de Estado) de la criminalización de los movimientos sociales. Extraño: ninguna organización de DDHH la ha visto y denunciado. Es la misma lógica de la Ley de Control de Armas votada por la DC durante el gobierno de Salvador Allende para amedrentar al movimiento trabajador que mostraba ímpetus revolucionarios insospechados (*).

En efecto, habrá que rescatar la memoria histórica, una y otra vez, infatigablemente, majaderamente ….

Y la respuesta, por lo demás olvidadiza de Guillermo Teillier, el dirigente máximo del PC, era de esperar: «Walker ve con una mirada muy represiva el próximo gobierno, precisamente cuando estamos hablando de gobiernos que tienen que darle la espalda a la característica absolutamente represiva que ha sido la gestión de Piñera contra el movimiento estudiantil, los mapuche o los trabajadores».

G. Teillier olvida que hasta el momento nada indica que la Concertación haya cambiado su esencia. Lo único nuevo en materia política es el propio aval de su partido, el PC, a la Concertación y a Bachelet. Lo cual es sobredimensionar la importancia del PC o ser adepto del pensamiento mágico. ¿Cómo olvidar que el uso represivo del Estado, que la derecha no ha hecho más que continuar, se manifestó en las represiones ordenadas y justificadas desde el Gobierno por el PPD Felipe Harboe  y el DC Pérez Yoma?

Teillier ni recordó el carácter represivo de los gobiernos concertacionistas en contra de los trabajadores forestales (un muerto), los mapuches (tres jóvenes comuneros muertos) y los estudiantes (varios heridos de gravedad en manifestaciones). Así va la política de las alianzas cuando el PC trata de obtener cupos  y ministerios en una eventual vuelta del concertacionismo al manejo del Estado. Ya lo dijo el ex dirigente PC estudiantil Camilo Ballesteros a The Clinic: la función del PC será darle «gobernabilidad» a un gobierno de la Concertación. Tal propósito, en buenas cuentas, significa maniobrar en los movimientos sociales para impedir que se forje desde el movimiento social mismo y desde las organizaciones de trabajadores, pobladores y estudiantiles, una oposición antineoliberal y democrática a un probable gobierno concertacionista.

Veremos si el PC le hará las preguntas que se imponen a Camilo Escalona, el emblemático operador bacheletista, sobre sus planteamientos en el cenáculo empresarial de la Enade. Difícil que lo haga. El senador socialista, al igual que su tocayo del PC, abogó por la vuelta de Bachelet como garante de estabilidad ante un empresariado receptivo a las seguridades del capital otorgadas en el pasado por los gobiernos concertacionistas. Durante estos, y en 20 años, se consolidaron las privatizaciones por sobre los bienes y derechos públicos; los negociados corruptos en la educación; los mega emprendimientos energéticos contaminantes; el favoritismo al Capital por sobre los derechos del Trabajo con la anuencia de la CUT y,  se les negaron a las mujeres derechos fundamentales como el de disponer libremente de los procesos de su propio cuerpo. Y qué hablar de la Ley de Pesca recientemente aprobada con votos concertacionistas.

Y nada, pero nada indica que el Concertacionismo de vuelta en el poder, no siga haciendo lo que está en su ADN programático: administrarle el modelo neoliberal capitalista concentrador de la riqueza a los empresarios de la Enade, promoviendo cosméticas  «reformas» para aplacar los ánimos cuando lo que las mayorías están exigiendo es cambios profundos de estructuras políticas y económicas y más igualdad.

Generalmente la militancia PC se cuadra con su dirección. Ojalá ahora resistan algunos. Es claro que la dirigencia PC atravesó el Rubicón. Ingresó a un «point de non retour«. Sin vuelta. Es la misma política del harakiri del PC italiano denominada de «compromiso histórico» con la DC italiana en los noventa. Que entre otras cosas posibilitó el reinado decadente del derechista Berlusconi.

La pregunta que cabe hacerse es: ¿se convertirá el PC en un dispositivo más del olvido que buscará borrar de la memoria ciudadana el carácter de clase de la Concertación? El hecho flagrante es que ésta traicionó el proyecto de más democracia, más reparto de la riqueza y menos desigualdad con el cual fue elegida el 14 de diciembre de 1989 con un presidente DC y ex golpista y que terminó con una presidenta que le entregó el poder a la derecha y que quiere repetirse el plato. ¿No habrá que romper con la alternancia neoliberal de más de lo mismo y con la lógica derrotista del mal menor y hacer lo que el PC no quiso: reagruparse, ponerse detrás de las demandas sociales, levantar una candidatura y un programa de arraigo popular y ciudadano y ser auténtica alternativa al neoliberalismo de la Concertación y las Derechas, los Golborne y Allamand y los otros sucedáneos, Parisi y MEO?


(*) Como por mera casualidad, en la época de la UP, las FFAA no allanaron centros de estudios sino industrias o lugares de trabajo. En los meses anteriores al Golpe Militar de septiembre 1973, los Infantes de Marina de la Base Naval y Fuerte Borgoño allanaron una por una las industrias del sector industrial de San Vicente y Pajaritos en Talcahuano buscando armas que no existían. Hasta convertir a mediados de agosto de 1973 a Asmar en campo de concentración. Al mismo tiempo que se reprimía a los marinos constitucionalistas en la Escuadra. Entre los promotores de la Ley de Control de Armas (aplicada por las FFAA, no por Carabineros) de carácter terrorista, se encontraba Aylwin y Andrés Zaldívar. Dos dinosaurios de la política chilena que continúan moviendo los hilos de la DC.  I. Walker no es más que su vástago preferido.  Lo propio de la ideología de la DC es que existan dos tendencias: los duros y los blandos. Táctica hecha para engañar incautos.

http://www.elciudadano.cl/2012/12/03/60997/el-pc-la-dc-escalona-y-el-dispositivo-del-olvido/