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A propósito de 40 años de lucha y esperanzas

El pensamiento del ELN

Fuentes: Rebelión

Los fundamentos y las tesis socialistas del ELN aprobadas en los eventos democráticos son la base que sustentan el pensamiento crítico al modelo y que hoy requieren actualizarse y complementarse con la experiencia de 40 años de lucha y de presencia activa en la vida política de Colombia. Los nuevos conceptos que presentamos nos aproxima […]

Los fundamentos y las tesis socialistas del ELN aprobadas en los eventos democráticos son la base que sustentan el pensamiento crítico al modelo y que hoy requieren actualizarse y complementarse con la experiencia de 40 años de lucha y de presencia activa en la vida política de Colombia.

Los nuevos conceptos que presentamos nos aproxima a un análisis concreto de la realidad del mundo, con una visión holística e integradora de los fenómenos naturales, de los cambios estructurales de la sociedad, del reacomodamiento del capitalismo como modelo económico, de la caída del modelo socialista de la Europa oriental y de la interacción de los actuales países socialistas con el capitalismo y de las luchas de los pueblos por la liberación en la construcción de su futuro, señalando nuevos caminos y derroteros.

El ejercicio de la elaboración de los nuevos conceptos y fundamentos pasa por identificarnos en unas ideas básicas, principios y métodos que, recojan la identidad Latinoamericana.

Desarrollo de una cultura alternativa

La cultura es única, es universal, que enriquece la vida y el camino de la humanidad. La cultura es comprender al hombre y la mujer, los rumbos de la humanidad, sus aciertos y extravíos en la búsqueda de su felicidad; en su lucha por su identidad, de la armonía con la naturaleza, como entorno propio de la continuidad de su vida y su libertad.

Lo que la especie humana le ha agregado a la naturaleza es su cultura, es la civilización humana, valores éticos y sociales; además, muchos avances científicos que buscan el bienestar de la humanidad, contrapuestos a otros que llevan a su destrucción.

Cultura es apropiación de los avances y construcción de nuevos hitos humanos. Es ganar conciencia de humanidad y avanzar hacia escalones más altos de dignidad humana.

La cultura para una nueva sociedad recoge el patrimonio de civilización y revoluciona los códigos obsoletos de la vieja sociedad y la búsqueda de nuevos rumbos para la humanidad.

La cultura interpreta las realidades de todas las partes del mundo. En el marco de estas realidades, Latinoamérica representa un acumulado cultural de mucha importancia para estos procesos de liberación que recogemos en estos conceptos: el idioma y sus dialectos, sus multiétnias, su territorio, la diversidad de sus expresiones culturales, religiosidad que han permitido construir su pensamiento propio, fundamentado en el humanismo, donde recogemos del pensamiento Bolivariano, el concepto de que nuestra Patria es América, de Martí el anticolonialismo, de Gaitán sus aportes en la identidad de Nación, de Guevara el fortalecimiento de nuestros fundamentos ideológicos y latinoamericanos, de Camilo la Teología de la Liberación, de Fidel, Manuel Pérez, y de muchos escritores como Mariátegui, Galeano, etc. Todo lo anterior nos lleva a configurar el pensamiento y filosofía latinoamericana.

Durante estos 40 años de vida política el ELN aporta como corriente de pensamiento y cultura Latinoamericana, nos hemos alimentado y hemos contribuido a este pensamiento; que concretamos en: Pensamiento de Camilo Torres Restrepo, Manuel Vásquez Castaño, Manuel Pérez Martínez, y la labor colectiva que han ejercido nuestros organismos de conducción, que engendran valores como: La ética de la verdad, el valor de la palabra, el respeto a nuestro pueblo, rechazamos el trato humillante y degradante, el respeto y defensa del bien público, el deslinde con el narcotráfico, y nuestro espíritu unitario con todos los revolucionarios.

Una época de crisis: Estamos en un momento de crisis de civilización, de crisis de humanidad.

La teoría capitalista pretende el dominio del hombre y la mujer sobre la naturaleza; con unos resultados nefastos para el planeta y la humanidad. Apareciendo nuevas teorías que proponen: Los continuadores de seguir dominando la naturaleza, otros, que manifiestan regresar el rumbo de la humanidad y recoger los valores indígenas de defensa de la naturaleza y el planeta y los que proponen vivir en equilibrio y armonía con ella.

Nos encontramos en la época moderna de la civilización dentro del capitalismo imperialista o neoliberal; pero, en el fondo existen mezclas de comportamientos bárbaros como capitalismo salvaje. Estamos en un momento de crisis estructural, compleja y multidimensional, que afecta a todos los aspectos de nuestras vidas: la salud y el sustento, la calidad del medio ambiente y la relación con nuestros semejantes; la economía, la política y la tecnología… La crisis tiene dimensiones políticas, intelectuales, morales y espirituales. La amplitud y la urgencia no tienen precedentes en la historia de la humanidad.

El deterioro de nuestro entorno social, se manifiesta en los numerosos signos de la desintegración de nuestra sociedad. La inflación desenfrenada, el desempleo masivo y la injusta repartición de la riqueza y de la renta se han vuelto un aspecto estructural de la mayoría de las economías nacionales. La energía y los recursos naturales (ingredientes básicos de toda actividad industrial) se están agotando a pasos agigantados, por no existir una explotación racional de los recursos fósiles, los Estados Unidos vienen desarrollando dentro de su estrategia guerras por el control de las reservas mundiales y el control de los oleoductos. De igual manera el mundo hoy está amenazado por los arsenales y la continuidad de los reactores nucleares por parte de los imperialistas.

No hemos podido resolver la hambruna mundial sabiendo que la humanidad produce cinco veces más de lo que consume; o sea, es un problema de administración y distribución del sistema social; además, no todo lo que produce el actual modelo es para el bienestar humano y van en contra vía a su existencia. No se ha podido erradicar el analfabetismo, prevenir y curar muchas enfermedades y hacer una sociedad sostenible y sustentable. Las multinacionales están acabando los ecosistemas y no hay armonía del hombre y la mujer con la naturaleza, del planeta con el universo. Por lo tanto, el capitalismo no es proyecto de humanidad, es un camino equivocado, que pone en peligro la especie y la naturaleza; por eso, los pueblos buscan otros rumbos, otros caminos.

Estos problemas son intrínsecos al sistema, están íntimamente vinculados, son interdependientes, no es posible entenderlos dentro de la metodología fragmentada que caracterizan a nuestras disciplinas académicas y a nuestras instituciones gubernamentales. Sólo será posible encontrar la solución cambiando la estructura misma de la red, y esto exige una profunda transformación de nuestras instituciones sociales, de nuestros valores, de nuestras ideas y actitudes.

Mientras una parte de la humanidad lucha por ‘tener’ (cosas materiales, capital, privilegios, etc.) para el disfrute individual; otros encuentran como objetivo de su vida prioridad en el ‘ser’ y en la satisfacción de sus necesidades básicas: conocerse, superarse y ser útil a los demás, el respeto a la cultura, étnias y a la defensa de la naturaleza, para el disfrute colectivo.

Así como los ricos y poderosos se reúnen cada año, desde hace 35 años en Davos (Suiza), para analizar y definir sus políticas e imponerlas a las mayorías de la humanidad; también los pobres y explotados hemos logrado desde hace 5 años convocar a una mayoría de los movimientos sociales y populares en el Foro Social Mundial; donde se analizan y definen las políticas de resistencia y lucha para la defensa de sus derechos, la naturaleza y por la construcción de un mundo mejor y posible.

Identidad y unidad de Nación

La identidad colombiana depende de que se construya una hegemonía nacional que posibilite su propio desarrollo y que trascienda a la integración de toda la América Latina; recogiendo desde la cultura indígena hasta nuestros días y que pase por reconocer al otro y a nosotros mismos.

El quiebre de nuestra identidad nacional lo hizo la oligarquía desde la época de la primera independencia, impuso el modelo español parcelado, contrapuesto al modelo de Bolívar de la Patria Latinoamericana (La Gran Colombia), como destino común; se impusieron en las regiones los intereses de los gamonales y clientelistas que sepultaron el proyecto de Nación Bolivariana.

Nuestra historia como república es una historia de conflictos sucesivos, de problemas sin resolver y de polarizaciones, solo con Bolívar, con Jorge Eliécer Gaitán, y más recientemente con Camilo Torres ha habido cortos momentos de construcción de una identidad nacional. Y la búsqueda de un equilibrio de intereses de los colombianos. Donde las diferencias regionales fortalecen la identidad y el concepto de nación, como una virtud del pueblo.

La identidad nacional y de nación, son conceptos más amplios y comunes de poder entender y profundizar sobre la historia de nuestros indígenas, y sus luchas de resistencia, el mestizaje y la lucha junto a los criollos; las batallas de la primera independencia y el pensamiento Bolivariano; las guerras intestinas del siglo diez y nueve, el pensamiento socialista de la segunda década del siglo veinte, La violencia de mitad de siglo y las luchas por nuestra segunda y definitiva independencia, que es nuestra memoria histórica.

Al no existir identidad nacional y un proyecto de nación, los desarrollos del país han obedecido a intereses del capital para el saqueo y expoliación de su riqueza, no hay un criterio de desarrollo de nación sino de intereses y conveniencias de la oligarquía; somos un país de ciudades, regiones y de múltiples potencialidades naturales y humanas; donde la identidad y unidad, hacen parte de nuestra diversidad. No hay escenarios donde se genere el consenso, porque está la costumbre impuesta de la intolerancia oligárquica. Si queremos que se construya una identidad debemos priorizar un proyecto de nación y acompañar en un proceso su integración al todo. Así que la reconstrucción de nuestra identidad, la tenemos que hacer en escenarios de consenso, que debemos mantenerlos y defenderlos.

Después de más de 40 años de conflicto (en ésta última etapa) exige de los colombianos una alta dosis de conciencia, para aceptar que debemos transitar por un proceso de reconstrucción; donde la identidad nacional debe ser construida por las mayorías y fundamentalmente por los sectores populares; donde el interés de todos prime sobre el de la elite; y por todos aquellos que reconozcan la prioridad del bienestar social, con una sólida y clara política de alianzas. Necesitamos la unidad de la comunidad para superar el conflicto, en torno a la identidad nacional y un nuevo proyecto de nación que requiere de un momento preciso, de unos hechos o hitos que trasciendan y recojan la voluntad del pueblo y las mayorías nacionales, este es el camino por el cual debemos transitar.

Liberación y Paz

El ELN nace como respuesta al régimen en la búsqueda y solución de los graves problemas sociales que afectan al pueblo colombiano; somos una respuesta de resistencia y la paz era nuestro objetivo; pero la concebíamos como una realidad después del triunfo insurreccional; posteriormente en eventos democráticos se define incluir los diálogos y la solución política; donde la paz se convierte en un esfuerzo por conseguir el objetivo estratégico. Con las conversaciones que realizamos en Caracas (Venezuela) y Tlaxcala (México), en el gobierno de Cesar Gaviria (1991-1992); conversaciones que se hicieron de manera conjunta como Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (FARC, EPL, ELN); los análisis y reflexiones del Congreso de 1996 afianzan éste eje de acción política convirtiéndolo en un elemento permanente en la vida de la organización, por el cual hemos transitado por más de una década, en la búsqueda de una salida política al conflicto y a la solución de los problemas que originaron el alzamiento armado en Colombia.

El proyecto hegemónico imperialista liderado por los Estados Unidos es de largo aliento como modelo de dominación, que se impone utilizando la fuerza como elemento esencial pero utilizando diversas formas para desarrollarlo y concretarlo, de acuerdo a las características y condiciones de cada país. La paz para ellos es la desactivación de los conflictos, el objetivo es ilegitimarnos como proyecto alternativo.

La paz con justicia social es el objetivo estratégico, la paz es cambio, es lo nuevo, es un instrumento aglutinador para ir creando una corriente de opinión favorable, que nos permita acumular para la construcción de una identidad de nación en función de las mayorías nacionales y como tal un proyecto de nación que busque el equilibrio de intereses entre el centro y las distintas regiones del país.

La paz no es solo la desaparición total del conflicto, la paz es el tratamiento acertado de los conflictos dentro de la construcción de la hegemonía de las mayorías nacionales; o sea, es el producto de un gran consenso nacional. La paz es una bandera de integración nacional y hace parte de la corriente mundial por la paz.

Si no hay cambios la situación estructural del país, de guerra va a continuar en el futuro, la guerra no es solo la confrontación armada, sino también todas las dinámicas que mantienen las estructuras de la injusticia, antidemocracia y persecución. En Colombia el enemigo ha degradado la guerra para justificar la de ellos e invalidar la nuestra; por lo que debemos encontrar caminos donde dejemos claro nuestro planteamiento de resistencia, paz y justicia social.

El recurso de la fuerza entendido como todas las formas de lucha utilizadas por el pueblo, en su legítimo derecho a la rebelión, fundamentado en unas causas políticas y sociales, que han originado el alzamiento armado y las protestas sociales.

La guerra no la inventaron los desposeídos, la guerra la inventaron los poderosos como un instrumento ideal para defender sus intereses de clase. En los momentos actuales, los imperialistas y la oligarquía la hacen, pero la disfrazan con otros elementos, como la defensa de la libertad, democracia y la justicia.

La Política subordinada a la ética

Nuestra política está supeditada a la ética, en una visión de un mundo justo y posible, al respeto de la vida, las ideas de los demás y a la autodeterminación de los pueblos; el ELN hace parte del pensamiento latinoamericano, enriquecido en valores y comportamientos de identidad revolucionaria.

La política como camino que nos debe conducir a la libertad, como comunidad, como proyecto de humanidad, en la construcción de un proyecto de nación, pasa hoy por entender la multiplicidad de intereses no solamente de clase, heredados de los desarrollos del capitalismo y de su modelo de dominación, sino que recoge a una gama de aliados y de otras expresiones que permiten crear un objetivo común y unos rumbos que se oponen abiertamente a la oligarquía y a su modelo de dominación.

El centro de nuestra ética y política, es la verdad, la libertad en comunidad, como proyecto de futuro humano, de identidad nacional.

Toda nuestra actividad revolucionaria en los diferentes espacios políticos y militares, deben estar regulados por nuestra ética en la búsqueda de una patria mejor.

La política como emancipación y de armonía en equilibrio con la naturaleza para transformar la vida, para servir a los intereses del pueblo, la defensa del planeta y para construir el poder fundamentado en la ética, la justicia y la verdad; y no para disfrutarlo de manera individual, donde priman los intereses de clase, a costa de los sacrificios del pueblo.

Socialismo o barbarie

Las ideas y la racionalización sobre los fundamentos y tesis socialistas vigentes, requieren hoy de una actualización que deben estar en correspondencia a los cambios de las realidades nacionales y mundiales acontecidos en los últimos años.

El socialismo es una propuesta de un nuevo modelo de sociedad y proyecto de humanidad, que nace como respuesta al modelo capitalista; lo asimilamos como un proceso de cómo entendemos el mundo hoy y el nuevo modelo de sociedad.

El socialismo sigue siendo nuestro ideario; pero cursa por unas etapas y fases como procesos intermedios; transitando por unos escenarios de lucha que posibiliten acercarnos a ese objetivo que hemos denominado: Paz con justicia social.

En éste proceso de construcción hacia el socialismo, debemos recoger las experiencias positivas de los diversos procesos desarrollados en Latinoamérica y el mundo.

Los países socialistas que hoy se mantienen, han tenido que hacer esfuerzos colectivos y acuerdos económicos y políticos para lograr contener la avalancha del neoliberalismo. Una constante en ellos es mantener economías mixtas, de capital estatal y privado; pero a su vez han logrado un desarrollo humano sostenible, resolviendo parte de la pobreza, mejorando la calidad de vida y la problemática social. Es de resaltar el papel de las organizaciones revolucionarias que junto al pueblo hacen los consensos, luchando por mantenerlos y defenderlos; como también el de garantizar el desarrollo y la calidad de la vida humana.

El capitalismo en su nacimiento revolucionó al mundo y sepultó la vieja estructura feudal; pero, en el transcurso de su desarrollo perdió el rumbo de la humanidad, y hoy no es solución a los problemas de calidad de vida de las gentes de todo los pueblos del planeta; por el contrario éste modelo ha arrasado sin contemplación alguna la armonía natural del hombre, la mujer y la tierra.

La humanidad como centro del planeta, jamás se detendrá en la búsqueda y materialización de sus ideales de libertad, es decir construir un modelo de sociedad que le permita preservar y proyectar su vida.

La lucha por un modelo más humano sigue siendo la opción lógica para los pueblos excluidos de la tierra, hoy son necesarios modelos propios de los pueblos, donde prime la dignidad de los seres humanos, el respeto entre las personas y los pueblos, que este modelo de manera integral y creadora recoja el sentir para una nueva sociedad, donde convivamos en armonía con nuestro entorno y los múltiples elementos culturales.

Las propuestas y proyectos posibles de revolución que vayan posibilitando la conquista del objetivo estratégico, cursa por un proceso de transición entre la producción capitalista y socialista, por un proyecto de nación que tenga como fundamento la identidad nacional.

La humanidad y el planeta han transitado por diversos caminos, todo esto en aras de buscar salidas a las crisis de civilizaciones que se han presentado en sus debidos momentos.

Hoy es indiscutible que el capitalismo ha generado una de las mayores y más profundas crisis por las que haya pasado la humanidad, es por esto que no hay discusión que todos los pueblos estamos obligados a luchar con todos los medios y formas para la búsqueda y construcción de un nuevo modelo de sociedad; donde se garantice la dignidad y la armonía de la humanidad con la tierra.

El socialismo es un camino o búsqueda a los problemas de la humanidad, despunta como una propuesta realizable a largo plazo, pero que a penas nace, comparándola en tiempo con el modelo capitalista actual, materializar cualquier modelo que dignifique al hombre y la mujer, debe nutrirse de otros, debe estar en el marco de la solución de la crisis de la humanidad.

Marxismo en diálogo con otros pensamientos

El marxismo como ciencia, se ha venido estructurando como teoría y práctica, como motor activo y dinámico, en la lucha por la superación de la crisis de la civilización.

El marxismo como filosofía se integra a las diferentes corrientes humanitarias que luchan y están en la permanente búsqueda por la dignidad del hombre y la mujer. El marxismo por lo tanto no se agota por la caída del modelo de la Unión Soviética y Europa Oriental; sino que nos permite enriquecerlo con las múltiples experiencias y procesos de todos los pueblos que luchan con modelos propios por su liberación.

Por tanto el marxismo es una ciencia que nos aproxima a la realidad, que integra otras corrientes de pensamiento y que se enriquece permanentemente de todos los procesos sociales en la búsqueda de un mundo mejor, justo y equitativo para toda la humanidad.

La religiosidad popular: Las religiones en la humanidad y sus diversas expresiones representan para los pueblos un patrimonio histórico que hacen parte de su identidad, y que los revolucionarios debemos tener en cuenta en todo proceso de transformación social.

El cristianismo humanitario y popular liderado en la vida de nuestro comandante Camilo Torres Restrepo con su ejemplo y sus mensajes, sus tesis, las ideas de Domingo Laín, Manuel Pérez Martínez, Frey Betto, Pedro Casaldáliga que representan en su teoría y práctica la iglesia de los pobres y oprimidos, son los desarrollos a la teología de la liberación del mundo, que es hoy un hecho palpante y real, las luchas que se desarrollen en cualquier parte del planeta, éste debe ser un elemento de identidad y cultura que se debe tener en cuenta para poner a jugar éste gran acumulado de masas, para la construcción de la nueva sociedad.

Las étnias: En el contexto de identidad y nuevo proyecto de nación las diferentes étnias aborígenes y afro colombianas, son una fuerza social muy importante de nuestro pueblo y aportan con su sabiduría y valores en el proceso de construcción de la nueva sociedad. Las étnias las entendemos como pueblos autónomos, porque tienen un territorio, su lenguaje, su gobierno propio, sus costumbres y sus valores culturales que los identifican, enriquecen y son parte del proyecto de soberanía y nación.

Construcción de Poder Popular

La soberanía, la democracia y la libertad están por encima de los derechos, son la razón de la existencia de los pueblos, que han sido vulnerados por los imperios y las oligarquías nacionales. Todos tenemos intereses, los pueblos, los partidos, los movimientos, etc. Estos intereses no solo nos dan identidad, sino que se constituyen en una fuerza transformadora para que se hagan viables y posibles, deben ser la prioridad de la lucha de todos por nuestro proyecto de nación, podemos señalar algunos mayoritarios : La paz, la vida digna y otros; entonces democracia hoy es ser incluyentes, dialogantes, recoger y materializar las aspiraciones y esperanzas de todos; así vamos resolviendo las necesidades integrales más sentidas, este ejercicio nos va llevando a un mayor enraizamiento como propuesta a las mayorías, y este enraizamiento se va convirtiendo en pensamiento y acción a las grande soluciones de nuestro pueblo.

La construcción del poder popular, del poder colectivo y de mayorías; por el querer de unos objetivos que son capaces de crear un estado de ánimo y disposición activa que es el reflejo de su nivel de conciencia. Garantías del desarrollo del bien común y de materializar esas posibilidades.

El poder popular y los embriones de nueva sociedad los vamos construyendo desde ya, todo lo anterior teniendo en cuenta que somos una propuesta de sociedad nueva y que no tenemos la verdad absoluta, esto significa que nuestro proyecto tiene que ir confluyendo hacia las grandes mayorías que están en las luchas por construir una sociedad más justa y digna.

La unidad de las fuerzas insurgentes, de las organizaciones políticas, sociales y de todo el pueblo, es un factor determinante en la construcción de nuestra identidad nacional y de proyecto de nación.

Estos esfuerzos deben ir encaminados a ser de nuestra organización una gran herramienta para que contribuya a estos propósitos populares.