Marta Valdés es portavoz de la Coordinadora de Víctimas y Familiares de Trauma Ocular, además de madre de una de los cerca de 500 personas con trauma ocular que dejó la violencia policial durante la revuelta de octubre de 2019 en Chile.
El caso de su hijo fue, de acuerdo a sus palabras “uno de los primeros lesionados”, ocurrido el 27 de Octubre de 2019. Según recuerda, “ahí el tema comenzó a aparecer bastante en los medios, porque estaban recién empezando con los disparos a los rostros”.
Fue ahí cuando decidió movilizarse para tener verdad y justicia, sabiendo la difícil situación en la que estaban las víctimas en general y su hijo en particular. Luego de ello, vinieron demandas a Piñera, apoyados por la Comisión Chilena de DDHH y reuniones con el poder legislativo para visibilizar el tema y pedir justicia, además de apoyo para librar la batalla en el ámbito jurídico internacional.
Como respuesta, han recibido poco más que la implementación del Programa Integral de Reparación Ocular, un programa gestionado durante la gestión del exministro de Salud Jaime Mañalich y sin participación en las víctimas dentro de su formulación, generando grandes deficiencias en la salud ocular y mental.
Esta entrevista fue realizada a fines del mes de diciembre, como forma de visibilizar la situación actual de las víctimas y sus familias.
-Primero, quisiera preguntarte, ¿cuál dirías tú que es la situación actual de las víctimas de trauma ocular, a dos años de la revuelta?
Yo creo que hay una situación de mucha rabia, de impotencia. De verse muy abandonados. De ver que el Estado que los daño los dejó abandonados. Rabia por no poder continuar con sus vidas normales y lo más que resienten las víctimas es el abandono y la impunidad.
– En ese sentido, imagino que la situación puede recaer mucho en las familias…
Sí, porque muchas veces las familias no tenemos las herramientas. El que hayamos tenido el suicidio de Patricio Pardo, una de las víctimas de trauma ocular, hace poco muestra también ese abandono, nuestro compañero terminó colapsando y con muy poca esperanza de que la situación cambiara, eso quizá lo llevó a tomar esa decisión.
Y bueno, nosotros venimos poniendo este tema desde 2019, de la necesidad de verdad y justicia. Y no ha habido verdad ni justicia y eso genera y acumula odio.
– ¿Ha existido alguna mejora respecto al Programa Integral de Reparación Ocular diseñado por el Gobierno?
El programa es un programa precario que carece de profesionales. Un daño de este tipo requiere tratar distinto al paciente, porque la afectación es distinta. Hemos mandado muchas cartas al gobierno, mostrando lo que hay y no hay. En esas cartas y reuniones nosotros no solamente mostrábamos lo mal que estaba el programa, sino que lo que se podía mejorar y ellos nunca escucharon. Y no ha mejorado.
Nosotros sostuvimos el 2020 reuniones con la Subsecretaria de Derechos Humanos, Lorena Recabarren. También por nuestros compañeros de regiones, nosotros pedíamos que se les hiciera más fácil a ellos llegar a los tratamientos. Pero eso nunca se hizo.
Además pedimos que se pagaran los pasajes a los compañeros de regiones, los pasajes de ida y vuelta. Que esto estuviera contemplado dentro del programa, que además tuvieran un espacio físico donde quedarse y alimentación. Eso lo logramos, pero mucho tiempo después que se produjeran los daños oculares.
También queríamos que se conociera y difundiera más el programa PIRO, del cual nos enteramos por televisión. Nosotros nos enteramos del programa, que anunció [el exministro de Salud] Jaime Mañalich, por la prensa. Pero él no tuvo ningún contacto con las víctimas para realizar ese programa y eso se ve en la precariedad que este tiene. Finalmente, es una mentira que digan que es un programa de reparación “integral”, porque no hay reparación y mucho menos integral. No se puede tratar a estas víctimas de la misma forma que al resto y con tan pocos profesionales también.
– ¿Cuál es la situación en salud mental de las víctimas? ¿Y en ese sentido cómo entiendes o interpretas el suicidio de Patricio Pardo, quien era una de las víctimas de trauma ocular, durante este mes?
Complicado, muy complejo. Imagina que este programa contempla un sólo psicólogo para más de 300 víctimas. Entonces por mucha voluntad que tenga un profesional, no se puede hacer un tratamiento serio con tanta cantidad y demanda.
Tenemos compañeros a los que les vencieron sus prótesis y no se las han cambiado. Esas situaciones no se han resuelto.
Entonces el tema psicológico es una cosa, pero al final van una tras otra las problemáticas. Y siempre al final te van dañando mentalmente.
Lo que yo digo es que se ha revictimizado a nuestros compañeros, con esto de la salud digna que hemos venido pidiendo desde 2019 y que no ha llegado.
– ¿Crees que la situación de las víctimas ha sido suficientemente relevada por el mundo político actual y por la izquierda institucional chilena?
Mira, nosotros tuvimos varias reuniones. Estuvimos con socialistas, con personas del PPD [partido político de centroizquierda chileno], con gente del Partido Comunista. Estuvimos en conversaciones sobre el tema de los traumas oculares, de hecho estuvimos en la Cámara de Diputados y el Senado.
Afortunadamente nadie podía decir que ignoraba la situación de las víctimas, pero donde estamos entrampados es en el Gobierno, el Presidente Piñera jamás hizo reconocimiento de las violaciones de derechos humanos y nunca tuvo el gesto de haber pedido perdón a las víctimas y sus familias. Eso nunca lo hizo. No hubo interés de la derecha en mejorar la salud o este programa. Lamentablemente, sólo nos quedamos en reuniones.
Como te decía, tuvimos reuniones con [el actual Ministro de Salud] Paris y Lorena Recabarren, pero más que nada eran una limpieza de imagen, eran reuniones que se hacían con el fin de dar la impresión de que nos estaban escuchando, pero seguían en el fondo haciendo lo mismo y no escuchaban.
– ¿Qué esperas del nuevo Gobierno del Presidente electo Gabriel Boric y qué gestos concretos han mostrado hacia ustedes?
Hablar de gestos ya de un Presidente… tú sabes que Boric todavía no asume, entonces sería apurarme el decir algo ahora. Pero al menos hasta ahora la evaluación es positiva. Él hizo reuniones con víctimas de trauma ocular e hizo compromisos, que después repitió en su discurso. En el fondo se comprometió a una política de verdad, justicia y reparación para la no repetición. Entonces creemos que debiera seguir de esa forma.
Si no fuese así y si él no cumpliera -que lo dudo- nosotros vamos a salir a las calles. Nosotros, si le dimos el apoyo, es porque creímos que podía hacer algo por esto y por la justicia y esperemos que así sea.
– Como Coordinadora de Víctimas y Familiares de Trauma Ocular, ¿han tenido reuniones o han estado cercanos a otras organizaciones de víctimas de la revuelta?
Sí, hemos participado como Coordinadora en actividades de los presos políticos, de [Cristián] Valdebenito -que fue asesinado por las fuerzas policiales durante la revuelta-. Siempre estamos solidarizando con los compañeros, en las distintas actividades. También lo hicimos con Óscar Pérez, el joven al que los vehículos aplastaron, entonces lo que nosotros queremos, más allá de que se hayan formado distintas coordinadoras, es que la causa sea una sola y que todos tengan verdad y justicia.
– ¿Qué implicaría para ti una política real de verdad, justicia y reparación a las víctimas de la revuelta?
Bueno, yo creo que no solamente lo pienso yo, sino que con mis compañeros y compañeras hemos tenido estos diálogos. Y lo que queremos es que puedan vivir en paz nuestros compañeros. Acá hay que castigar no sólo a los que dispararon, sino también a los que dieron las órdenes.
Entonces, la fórmula es sencilla, si tú encuentras verdad y justicia, encuentras reparación y encuentras no más repetición. Así que no podemos hacerlo de otra manera. Pero no podemos hacerlo como en el pasado, como con las víctimas de la dictadura, desde la fórmula de que que sólo haya reparación y al mismo tiempo se mantenga la impunidad, porque eso es nada más que abrir el camino a que se sigan dando y repitiendo violaciones de DHHH en el futuro.
– Me has contado tu visión con respecto al Gobierno de Piñera, ¿qué visión tienes respecto a las fuerzas policiales, Carabineros y su actuar, considerando, por ejemplo, que el ex Director General de la institución y quien la comandaba durante el estallido, Mario Rozas, aún no ha pagado por las violaciones de DD HH que incentivó o de las que fue parte?
Bueno, es una institución que, por más que se discuta que se pueda o no reformar, sí debe reformarse… Yo quiero que el carabinero que disparó a mi hijo pague, pero también Mario Rozas, que les dio “chipe libre”, como se dice coloquialmente para que hicieran lo que quisieran.
Yo desde el estallido social, no me puedo acercar a Carabineros. Y creo que es una institución que fue creada para la protección de todos los chilenos y no lo están cumpliendo. Entonces hoy en día veo difícil que los niños se vayan a acercar a Carabineros para que los ayude, con la crisis de credibilidad que tienen. Desde la institución, incluso ha habido robos y hurtos… y la única forma de recuperar la confianza es que tengan un cambio drástico y profundo. Y superimportante es la formación de DD HH, porque si no se da pie a que sigan haciendo lo mismo. Y este Gobierno les ha dado pie para eso.
– ¿Qué opinión te merece que en nuestro país Fabiola Campillai, habiendo perdido sus ojos durante la revuelta, haya sido elegida como primera mayoría nacional para la senaturía, al tiempo que Patricio Maturana, el carabinero que la dejara con ceguera total de por vida, aún no está preso?
Mira, bueno, es como lo que ha pasado con Gustavo Gatica, otra víctima insigne del estallido, que también quedó ciego y cuya situación se ha ido dilatando. El 27 de diciembre Fabiola tiene un comparendo con él y nosotros esperamos que se haga el comparendo y no se vaya suspendiendo, que no se alargue el proceso, como tantas veces ha pasado en estos casos [nota de la edición: al tiempo en que se publica esta entrevista el juicio contra Patricio Maturana fue nuevamente aplazado]. Porque en el fondo, mientras esté este Gobierno, los van a seguir protegiendo. Entonces es complejo… acá la justicia no opera de forma justa, al contrario, tenemos compañeros presos políticos por 2 años sin pruebas y con cautelares. Y los Carabineros que dispararon gozan de su vida normal, y nuestros compañeros de la revuelta que están en prisión no pueden hacer su vida normal.
Ahí uno entiende porqué unos tienen medidas cautelares y otros no. Porque cuando tú te vas al ámbito legal, ves que a ellos se les acusa de daños a infraestructura, pero el tema principal es que los Carabineros no dañaron la infraestructura, sino que violaron los DD HH. Entonces acá parece que la infraestructura es más importante que la vida humana, porque Carabineros violó, disparó y mató.
Entonces esperamos que con este Gobierno [el de Boric] las cosas sean distintas. Porque también dependemos de lo que hagan los diputados y senadores. En el fondo, lo que buscamos es que se legisle para estos temas, porque la verdad es que también existe una parte con mucha ignorancia y que poco menos piensa que “algo estaban haciendo” o “se lo buscaron”.
– ¿Qué nos podrías decir o contar sobre los afectados por trauma ocular, como luchadores sociales? ¿Qué has visto que tienen en común en sus historias de vida? ¿Cuál crees que es su ejemplo y qué nos pueden enseñar en la lucha por un país realmente justo y digno, en el Chile actual?
Mira, yo creo que las víctimas… el ejemplo que dejan ellos es de mucha fortaleza. De cuando hablas con ellas, ninguna se arrepiente de dónde estaba ni qué estaba haciendo, que eran compañeros que se estaban manifestando de manera pacífica. La valentía que tienen, el poder seguir y salir adelante.
Yo creo que el mejor ejemplo de ellos es la fortaleza que tienen Fabiola y Gustavo. Fabiola, habiendo quedado totalmente ciega, aún así, buscó poder seguir ayudando a los demás desde la política. O Gustavo que se refugia en la música para sanarse y entregar algo a los jóvenes. Entonces ellos dan un tremendo ejemplo. Dicen que tienen tremenda rabia, pero lo que no tienen es miedo.
Entonces esta generación no se inhibe, no es la generación de los 80, donde costaba mucho más luchar contra la dictadura. Costó que la gente tomara coraje para que Pinochet se fuera, por algo tuvimos 17 años de dictadura. Y acá yo vi mucho valor en los jóvenes que estaban en la primera línea, entonces ellos se han mantenido de pie, dignos y no han dado pie a renunciar por lo que lucharon.
Y el ejemplo de ellos es que,pase lo que pase, seguir manteniéndose de pie.
Camilo Godoy es sociólogo chileno