Carlos A. Lozano Guillén fue designado por unanimidad en el Comité Central del Partido Comunista Colombiano como su candidato único al Senado de la República en las elecciones de 2014. Es periodista, director del semanario VOZ desde 1991, miembro del Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista Colombiano, vocero de Marcha Patriótica, ex miembro de la […]
Carlos A. Lozano Guillén fue designado por unanimidad en el Comité Central del Partido Comunista Colombiano como su candidato único al Senado de la República en las elecciones de 2014. Es periodista, director del semanario VOZ desde 1991, miembro del Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista Colombiano, vocero de Marcha Patriótica, ex miembro de la Junta Nacional del Polo Democrático Alternativo, integrante del colectivo de Colombianos y Colombianas por la Paz, autor de nueve libros y coautor de una docena de otros sobre variados temas.
Ha recibido numerosas distinciones en el país y en el exterior, entre ellas la Orden de Caballero de la Legión de Honor, la más alta distinción que concede la República Francesa.
La candidatura comunista hará parte de un proyecto unitario amplio por la paz y la democracia, pero desde ahora se postula con la finalidad de promover la convergencia de las fuerzas democráticas y populares. El Partido Comunista Colombiano aspira, según lo señaló el Comité Central, reunido los días 17, 18 y 19 de mayo del presente año, a que Marcha Patriótica, cuyo Comité Patriótico Nacional se reunirá los días 8 y 9 de junio próximo, lidere este proceso de unidad, para que apoye la mesa de La Habana y proponga cambios políticos y sociales en el país.
Un compromiso político
-¿Qué significa ser el candidato único al senado por el Partido Comunista Colombiano?
-Un enorme compromiso político en lo personal, porque es representar al partido en una campaña electoral muy difícil y desventajosa y remplazar en lo posible a una mujer extraordinaria y de enormes calidades como Gloria Inés Ramírez, que representó muy bien al partido y en función de los intereses del pueblo. Gloria Inés no continúa, por su propia decisión. Así que el desafío es doble: cumplirle al partido y al pueblo y seguir los pasos de una excelente congresista que representó los intereses de los trabajadores y de los sectores populares. Vamos a intentarlo con seriedad y convicción revolucionaria.
-¿Cómo será la participación electoral de los comunistas?
-En un frente amplio de unidad que tenga como objetivos la defensa de la mesa de paz de La Habana y de los diálogos con el ELN y el EPL; garantías políticas y derechos fundamentales; defensa de lo público y de los intereses del pueblo amenazados por la onda neoliberal del gobierno de Santos; priorizar la salud, la educación, la cultura y las necesidades más sentidas del pueblo colombiano; el control político en materia de derechos humanos, corrupción y arbitrariedades de las autoridades; defensa de la soberanía nacional y de los recursos naturales; buenas relaciones y respeto hacia los países hermanos y fronterizos.
El Partido Comunista le propondrá a Marcha Patriótica, al Congreso de los Pueblos y a otros sectores de la izquierda y democráticos un frente común, respaldado con firmas para la inscripción de una lista amplia y representativa de las fuerzas alternativas.
-¿Y la candidatura presidencial?
-El proceso de paz de La Habana no pasa por avalar las pretensiones reeleccionistas o las políticas del presidente Juan Manuel Santos. La izquierda y los sectores alternativos deben tener una candidatura propia, enfrentada a la extrema derecha y al continuismo neoliberal de Santos. No nos cabe la menor duda. Es importante un encuentro de unidad de la izquierda para construir un programa y un frente amplio por la paz con democracia y justicia social. Es el desafío de la izquierda. Hay que convertirse desde este lado en una opción real de poder, es la mejor manera de allanar el camino a la paz.
Unidad sin exclusiones
-¿Toda la izquierda?
-Sí, toda la izquierda. Sin exclusiones. No tenemos enemigos en la izquierda. Es una posición de principios de los comunistas, aunque adelantamos la batalla de ideas porque no todos, menos mal, pensamos igual. Construimos la unidad buscando la convergencia en la diversidad. El debate en la izquierda es creador cuando no es sectario ni excluyente. Tiene que conducir a la unidad y no a la división.
-Algunos dicen que si pierde Santos se puede ir al traste la mesa de La Habana.
-La paz debe ser una política de Estado. Es más, lo es, porque el artículo 22 de la Constitución Política establece que la paz es un derecho fundamental de los colombianos. Una cosa es que Santos debe ganar gobernabilidad para que defienda la mesa de La Habana, lo que no ha hecho con entusiasmo, y otra es que la izquierda avale sus políticas contrarias al interés popular y a la defensa de lo público. Debe hacerlo ahora cuando hay el primer resultado concreto.
-Parece difícil lograr la unidad. ¿Por dónde empezar?
-Proponemos un seminario o conferencia ideológica de la izquierda. No es suficiente la unidad electoral, hay que tener un programa o una declaración de principios que guíe la acción política del frente amplio. Este debe tener varios niveles, en dirección a respaldar los procesos de diálogo con la insurgencia y a consolidar la convergencia política para la acción popular y de masas, sin desestimar la participación electoral en 2014. Necesitamos una lista fuerte al Senado, candidatos a la Cámara en el país y una candidatura presidencial con opción real de poder.
La participación popular
-Un frente en función de la paz es muy importante para presionar la paz con democracia y justicia social. ¿Es así?
-Así es. La paz no se dará gratis ni el Gobierno Nacional, como lo cree, está conversando con una guerrilla derrotada. El diálogo se da porque fracasó la vía militar como solución del conflicto. Uribe Vélez buscó la victoria militar durante ocho años y no lo logró, aunque sí degradó más la guerra y recortó la democracia y las libertades en medio de peores condiciones de vida social para el pueblo.
La paz se da con cambios de signo positivo y la oligarquía se resiste a ellos. Por esta actitud fracasaron los procesos anteriores. En esta oportunidad se dan las condiciones para el acuerdo político y social, pero es fundamental la participación popular, la presión de masas.
Es el objetivo del frente amplio que se entrelaza con las constituyentes regionales, las iniciativas de Marcha Patriótica, las propuestas del Congreso de los Pueblos y los esfuerzos de la Ruta Común por la Paz, así como con la resistencia de los trabajadores, los campesinos, los indígenas, las negritudes, las mujeres, los jóvenes y estudiantes a los despropósitos privatizadores y por la defensa de sus derechos y conquistas sociales que quieren ser arrasados por la ola neoliberal. La acción popular es de enorme riqueza. En su conjunto conforman el «estado del arte» por la paz.