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El programa real de Bachelet

Fuentes: Rebelión

La candidatura que triunfó en las últimas elecciones presidenciales chilenas prometió cumplir con 36 medidas en sus primeros 100 días. Claramente la metodología calcaba la idea de las primeras cuarenta medidas del programa de Allende. Sólo que ésas se enderezaban a crear un Chile muy diferente, y las de la Bachelet, a pequeños afeites «sociales», […]

La candidatura que triunfó en las últimas elecciones presidenciales chilenas prometió cumplir con 36 medidas en sus primeros 100 días. Claramente la metodología calcaba la idea de las primeras cuarenta medidas del programa de Allende. Sólo que ésas se enderezaban a crear un Chile muy diferente, y las de la Bachelet, a pequeños afeites «sociales», en la práctica limosnas, que no afectan la honda desigualdad social, ni el carácter dependiente de la economía. Esas 36 medidas se mantienen todavía en el discurso de la Presidenta que gusta elaborar sus ideas ante el auditorio de las salas cunas. No hay que olvidar que alguna vez quiso ser pediatra, aunque después derivó hacia las artes marciales. De todos modos, de esas 36 medidas, al momento de estarse cumpliendo el plazo de los 100 días, quedan los dos tercios sin cumplir.

Pero el gobierno de la Señora Bachelet no ha sido del todo un ente paralítico. Ha desarrollado una gran actividad cumpliendo una agenda que no había sido presentada al veredicto del electorado. Y en este sentido puede construirse un listado de sus primeras medidas efectivas, de pesadas consecuencias:

1. En el terreno social destaca: su absoluta inmovilidad frente al «problema mapuche». La represión preside su agenda. Y la sigue su absoluta insensibilidad, escudada en farfullarías jurídicas, frente a la larga huelga de hambre -de mas de sesenta días-de los dirigentes indígenas detenidos.

2. Sigue su incapacidad para resolver la situación de los estudiantes, que también se han visto orillados a defender sus demandas a través de las mayores huelgas de los últimos decenios. Bachelet ha contestado eludiendo enfrentar los problemas reales, y las posibilidades que tiene gracias a los excedentes fiscales, de ir hacia la educación gratuita general. Prefiere seguir defendiendo el modelo pinochetista que ve en la educación un negocio y un servicio al modelo empresarial. Frente a la protesta estudiantil se hace valer el criterio expuesto por el Intendente de Santiago, Barrueto: «A los estudiantes hay que quebrarlos».

3. El establecimiento de subsidios a las empresas por la contratación de jóvenes ha creado una situación en donde esas empresas reciben una franja adicional de plusvalía. El 50% de esos salarios sería pagado por el estado,.

4. Búsqueda de un proyecto para las subcontrataciones al gusto de los grandes empresarios y de la derecha. El sistema de subcontratación forma parte del gran negocio minero y salmonero, en donde las grandes empresas succionan parte importante de los salarios de las empresas contratistas y de las cacareadas Pymes.

5. En cuanto a la economía, su apego absoluto al modelo neoliberal la ha conducido a dejar atrás el tema de los royalties mineros, y a seguir entregando la riqueza minera a un mercado abierto al inversionista extranjero.

6. Continuismo en la política del gobierno anterior, dando abierto apoyo a los proyectos de expansión minera de la Billiton Co., y de Pascua Lama.

7. Inicios de aperturas a inversionistas extranjeros en el paquete de Codelco.

8. Instalación de grandes inversiones que bajo el sesgo de la Innovación, canaliza los recursos fiscales al servicio de una mayor productividad del negocio minero, extensamente en manos de privados. No hay que olvidar que el 70 % de la producción y de las exportaciones de cobre es controlado por empresas privadas, en gran parte por las mineras trasnacionales, y que la «productividad» es parte de su negocio.

9. Lanzamiento de la operación hidroeléctrica del Aysén (en los ríos Baker y Pascua) en la dudosa compañía especulativa de Endesa Chile (filial de la española ENERSIS) y Colbún (donde se unen grupo Matte y Angelini), rodeado de albures de grandes negociados y contaminación.

10. Continúa apoyando proyectos altamente contaminantes como las plantas de celulosa.

11. El asunto financiero lo entienden ella y «Expansiva», en términos de una absoluta dependencia al área del dólar, y se expresa a través de su resolución de entregar los fondos excedentes del Banco Central y las mayores percepciones del cobre a la Reserva Federal norteamericana y a proyectos de «innovación» al servicio de las empresas trasnacionales. Una suerte de saqueo al que no se había atrevido ningún gobierno anterior. Esto, dando la espalda a cualquier idea de crecimiento hacia adentro, de inversiones sociales, educativas, de salud, etc. Sin embargo, la exportación de las ganancias del cobre se trata de justificar con toda suerte de promesas de mejoramiento social. Así, los «ahorros» .en esta economía doméstica- permitirían solventar los gastos de pensiones, educativos, hospitalarios, etc.

12. Sigue presentando como producción nacional el saqueo de las empresas transnacionales.

13. En el terreno internacional, este programa que desarrolla la Señora Bachelet en su estilo sigiloso, la lleva a alinear a Chile detrás de EEUU, en las Naciones Unidas, en la OEA, en lo que se refiere a cuestiones globales o regionales. En lo global, busca apoyar la hegemonía norteamericana en todos los campos, particularmente en A.Latina. Y acá apoya desembozadamente al ALCA «como instrumento de integración».

14. Para sostener a ultranza diversos cerrojos a cualquiera salida nacionalista, continúa manteniendo a Chile como un eslabón de la «seguridad» norteamericana, mediante una expansión sostenida de su poder militar. Chile bajo Bachelet realiza las mayores compras de armas del continente.

15. Hacia lo interno esta visión militarista se expresa en la introducción de nuevas tecnologías de seguridad y espionaje, en el fortalecimiento de la inteligencia antisocial, y bien directamente en el crecimiento del cuerpo de Carabineros en más de 9000 efectivos.

16. Siempre en el plano internacional, ha mantenido el despliegue de tropas en el extranjero: en la antigua Yugoslavia y particularmente en Haití, en tareas de subrogación a la ocupación directa norteamericana.

17. También en lo que respecta a salida de fuerzas militares, ha permitido el constante flujo de fuerzas mercenarias hacia el Medio Oriente.

18. En relación a vecinos como Bolivia, a duras penas ha podido ocultar su disgusto, que más francamente vino a representar su Ministro de Relaciones Foxley, cuando se produjeron las nacionalizaciones bolivianas, que crean un tan importante modelo de política económica para toda América Latina.

19. Con respecto a Perú, sostuvo la campaña contra Humala, y ha buscado apoyar el frente de todo lo reaccionario y corrupto a favor de Alan García.

20. Con relación a Venezuela, esta semana irá a un cónclave convocado por Bush, a fin de recibir las instrucciones pertinentes, que seguramente la llevarán a cerrar filas con otros reaccionarios del continente en contra del movimiento bolivariano y a favor de una reestructuración pro-imperial de las Naciones Unidas.

21. Ahora, en lo político: Bachelet desbancó a los partidos de su coalición del proceso que conducía a la selección de miembros de Gabinete y de otros funcionarios de alto nivel (Subsecretarios, Intendentes, Gobernadores, Directores de dependencias), prefiriendo su selección más «personal» de una nueva generación de adictos a la hegemonía norteamericana y corporativa.

22. Antes de la segunda vuelta hubo una muy confusa búsqueda de acuerdos reclamados por el PC, para introducir modificaciones en la Constitución a fin de eliminar el sistema binominal: eso ya no se ve con tanta precisión

23. No hace el más leve cuestionamiento a la «legislación» de la dictadura y se sigue respetando incluso las «leyes secretas».

24. Sigue financiando a los medios masivos de comunicación que sirvieron de soporte a la dictadura y que constituyen el duopolio que impide informarse a los habitantes: Copesa y Cadena Mercurio. Además de financiar los canales televisivos faranduleros que tampoco informan.

25. Sigue manteniendo en puestos de poder a familiares de Lagos-Durán.

26. Bachelet ha conducido a los partidos de la Coalición a la condición de dependientes de la Presidencia, bien dispuestos a jugar un papel elusivo sobre una agenda pública cada vez más imprecisa. Temas inimaginables como «la cuestión valórica» atraen la atención de sus dirigentes parlantes.

27. El propio Gabinete y los altos funcionarios están sujetos a un sistema dirigido por el sigilo y la falta de transparencia, toda vez que su actividad está regida por esta dualidad programática: el de un programa público que no se cumple, y el del programa corporativo que si se está realizando a rajatabla y a espaldas del pueblo.

28. El escándalo del «patio 29» y su ruma de cadáveres, ha demostrado la profunda lenidad e hipocresía que sigue presidiendo a este gobierno de la Concertación, muy decidido a echar tierra a los crímenes de la dictadura.

29. Trata de tapar como puede los grandes errores de las obras truchas e inconclusas que inauguró a todo bombo su antecesor,

como el fraude del Transantiago, en manos de las mafias del transporte; carreteras de cuota sin alternativas,

mantención de industrias que contaminan Santiago, etc.

30. Pero quizás la cuestión política más importante seguirá siendo la decisión de la Presidenta y su entorno en mantener el asqueroso esquema constitucional que impuso la dictadura, y del que hace derivar sus propias posturas tan fuertemente teñidas de un ridículo autoritarismo.

31. Las «cuatro transformaciones» a las que alude Bachelet en su primer informe: la previsional, la educativa, la de la innovación para lo económico y la de la calidad de vida, hasta ahora ofrecen algunos débiles porcentajes de reajuste de pensiones, algunas salas cunas, un deseo de innovar para beneficio de las empresas, un «crecimiento» que se mide por lo que se llevan las trasnacionales, y una calidad de vida primermundista que se reparte entre empresarios y miembros de la clase política. Se ve en estos días cómo su supuesto (y en realidad inexistente) proyecto educativo se estrella con enormes protestas estudiantiles.

Y se podrá continuar…

Ahora uno puede entender la importancia del estilo sigiloso y conspirativo, por no decir temeroso, de gobernar, adoptado por la Señora Bachelet. También se puede entender las incapacidades de sus sucesivos «Comités Políticos» y de sus negociadores que no encuentran fórmulas razonables toda vez que con la parafernalia neoliberal y el autoritarismo heredado tienen que enfrentar tibias demandas sociales La dualidad de los proyectos hace crisis, y desgraciadamente el más débil viene a ser ese grupo de propuestas electoreras que todavía traslucen algo de las desigualdades e injusticias del país. Al fin, lo que se impone es el Moloch del capitalismo y de la dependencia, las exigencias de las compañías que hacen de las autoridades chilenas un grupo de sirvientes seleccionados por su mediocridad y arrinconados entre su propio discurso hipócrita, la demanda de sus amos y los reclamos del pueblo que seguirán extendiéndose.

Bachelet en estos momentos hace gobierno con la interesada docilidad concertacionista y la «oposición» de derecha, con los que conduce la administración de «sus primeras 36 medidas» y de las otras 30 que acabamos de mencionar. Como quien dice, realiza una política sin contendores, salvo los que comienzan a aparecer en la calle con pancartas donde plantean sus dudas. Frente a esto el sistema se revela esquizofrénico. Pareciera moverse hacia la conciliación y los acuerdos, pero casi no puede resistir a su violencia íntima. Y vamos observando como empieza a proceder a las redadas masivas y al mantenimiento de reuniones donde se habla de seguridad y control. Y sobre todo de la importancia de que el negocio y las participaciones continúen. Hasta ahora usa de la violencia y demagógicamente dice estarla conteniendo. Pero es evidente que ya casi no se resiste. Y si el Gobierno empieza a expresarse de esa manera, no dejaría de generar distanciamientos y el montaje de perspectivas que entren a definir eso que está todavía tan borroso a pesar de las evidencias: su carácter de clase y su condición social reaccionaria.