Chile en el muestrario capitalista es una estrella que aún brilla. Naturalmente ocultando las bestiales fórmulas del shock económico inducido durante la dictadura; Estas siguen cobrando un precio en la vida de miles de chilenos marginados del llamado éxito económico. Incluyendo los intentos de terminar a sangre y fuego con los derechos de los pueblos […]
Chile en el muestrario capitalista es una estrella que aún brilla. Naturalmente ocultando las bestiales fórmulas del shock económico inducido durante la dictadura; Estas siguen cobrando un precio en la vida de miles de chilenos marginados del llamado éxito económico. Incluyendo los intentos de terminar a sangre y fuego con los derechos de los pueblos originarios. Todo ello ocultado, tergiversado por quienes detentan el poder económico que a su vez tienen un dominio oligopólico de los medios de comunicación con lo que manejan las cabezas de la llamada clase media: hedonista, ignorante, apolítica y desclasada.
En esta estrella opaca, la población es asediada por la delincuencia común que siembra el temor en barrios pudientes y poblaciones populares: sin distingo. Por otra parte, con pocas excepciones, la iglesia católica, el empresariado, los representantes políticos que domina el país no cesa de mostrar la degradación moral y ética con que desenvuelven sus actividades. La impudicia y la sed de acumulación, en definitiva, hacen de timón de todas sus actividades.
¿Qué sorpresa entonces que uno de los conglomerados económicos más importantes del país los controladores del mercado del papel, CMPC y SCA, se hayan coludido para defraudar a los consumidores? ¿Qué sorpresa que se asignaran cuotas de mercado y fijar precios de venta? Esto es lo que han hecho por diez años y más. No es que no lo hubieran hecho antes, sino que la Fiscalía Nacional Económica no tiene las capacidades ni la voluntad política para fiscalizar los años anteriores donde, qué duda cabe, las prácticas han sido similares o peores. El mercado, que según los economistas neoliberales, tan bien adiestrados en Estados Unidos, es el mejor asignador de recursos, muestra a cada momento la falacia del aserto.
Parte de la magnitud de la defraudación queda de manifiesto si vemos que estas empresas en la práctica gozan de un mercado cautivo ya que ellas concentran el 90 % del mercado: CPC 75 % y SCA 11 %. No hay alternativas. Ellas representan mejor que nadie la falsedad de otro de sus consignas: libertad de elegir. El famoso «free to choose», libertad de elegir, no es más que otra patraña que no tiene nada que ver con la realidad. Sólo es otro caza bobos más de la ferretería neoliberal.
Estos tipos que se han enriquecido a niveles increíbles a costa de los más necesitados del país lo hacen a sangre fría. Ellos saben absolutamente que sus maniobras para defraudar a quienes enfrentan día a día la necesidad de comprar papel higiénico, toallas de papel, servilletas y pañuelos desechables, tiene mayor impacto en los sectores de menores ingresos. Ellos concentran un mayor porcentaje de sus gastos en este tipo de productos. El primer quintil – el de más bajos recursos – destina el 19 % de sus gastos en productos de aseo personal, mientras los sectores de mayores ingresos lo hacen con el 11 %.
CMPC tiene operaciones en Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay donde deben haber operado las mismas políticas comerciales.
Las últimas cifras del IPC a octubre de este año acumula un 4,4 % en los primeros 10 meses del año; en el mismo período el precio del papel higiénico subió un 9,7 % y las servilletas y toallas de papel 8,6 % es decir en ambos casos más del doble que el nivel general de precios.
Debe recordarse que CMPC, conocida en sus tiempos como «la papelera» sirvió de bastión de proa en la lucha de la reacción chilena contra la Unidad Popular encabezada por Salvador Allende. Es la empresa que fondeaba el papel confort y provocaba el desabastecimiento artificial de artículos de consumo masivo como el papel higiénico. Agregando a ello su rol en el asesinato y desaparición de trabajadores el año 1973.
Como se ve el pago a sus servicios los ha cobrado con largueza, metiéndole impunemente la mano al bolsillo de los chilenos.
Sus dueños el todopoderoso clan Matte que encabeza Eleodoro Matte cuya fortuna alcanza los US $ 2,5 mil millones es decir más menos lo que perciben 3,5 millones de trabajadores en un mes. El clan no sólo vende papel sino que son «educadores» con establecimientos preferentemente dentro de los sectores populares… A este Eleodoro intocable, pechoño, admirador irrestricto del pedófilo Karadima, hombre de misa y confesión, su dios le jugó una mala pasada y sus maniobras financieras quedaron en descubierto, claro que no en Chile sino previamente en Colombia. Además su omnipresencia que se manifestaba en el manejo del poder político a través del Centro de Estudios Públicos (había escrito bíblicos…) donde marcaba la agenda y el direccionamiento de gobiernos y partidos políticos. Allí llegaban cristianos y moros dispuesto a vender su conciencia para escalar posiciones en la estructura de poder.
Obviamente esta colusión y aprovechamiento ilícitos de las conductas monopólicas y oligopólicas es la misma que opera en mercado eléctrico, el agua, los medicamentos y un largo etc.
El capitalismo y los capitalistas que proponen y amenazan cada vez que pueden la alardeada receta del crecimiento económico para salir de los atolladeros del sistema lo hacen con el claro conocimiento de que si este se produce ellos se llevarán la parte del león.
Estos síntomas del pudridero social determinado por la estructura económica neoliberal pareciera no tener salida. Debemos recordar aunque a algunos parece habérseles olvidado que es en la base económica que se levanta toda la superestructura correspondiente que está por tanto determinada sustantivamente por esta base. El capitalismo es corrupción y los Matte, los Angellini, los Lucsic no hacen sino actuar en consecuencia. Son sus creaturas. Como lo son las mafias demo – cristianas donde operan verdaderos clanes familiares como sacrificados «servidores públicos». Ahora sus jerarcas están dedicados en la mantención del estado de cosas en la Educación ya que se embarcaron hace años en el negocio. En este panorama, ha pasado casi desapercibido la síntesis de corrupción política que es el Partido Radical Institucional (PRI) creada por Adolfo Zaldívar ex presidente de la Democracia Cristiana (¿Qué habría dicho Jesús de esta gente?) que fue financiado y mantenido por el mafioso empresarial Julio Ponce que no sólo financiaba esto, sino a «socialistas», PPD y en general a la antigua Concertación.
La izquierda, falta de dirección, sigue sumergida en una atomización inconducente. Se debate entre la mitosis y el «principismo».
Por ahora los chilenos y chilenas parecieran estar atrapados sin salida. Sólo si uno contempla la marcha de la historia puede preveer que los acontecimientos que forjaron el gobierno popular y la vía para salir de la prehistoria indefectiblemente se repetirán en otras circunstancias. Toda esta zoología reaccionaria, así como sus epifenómenos serán una sanguinaria y procaz anécdota.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.