El 28 de mayo habrá elecciones en Colombia, otro de los comicios en el que se juega el equilibrio de poderes en Latinoamérica y en un año en el que nueve países de la región elegirán a sus jefes de Estado. Marcado por una realidad compleja y particular, Colombia elegirá presidente y vicepresidente para el […]
El 28 de mayo habrá elecciones en Colombia, otro de los comicios en el que se juega el equilibrio de poderes en Latinoamérica y en un año en el que nueve países de la región elegirán a sus jefes de Estado.
Marcado por una realidad compleja y particular, Colombia elegirá presidente y vicepresidente para el período 2006-2010. El conflicto armado que enfrenta desde los años ’50 a la guerrillas izquierdistas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejercito de Liberación Nacional (ELN) con el estado colombiano y, en los últimos 20 años, a los paramilitares de derecha de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) -hoy en controvertido proceso de desmovilización- atraviesa cualquier escenario de la vida del país, y mucho más en un proceso electoral.
No hay político que se precie en Colombia que no tenga una postura a esta situación; ignorarlo significa estar fuera de la realidad, por ello es que desde diferentes miradas, todos tienen la fórmula para destrabar el conflicto y enmarcarlo en un proceso de paz real.
La guerra interna, sumado al narcotráfico, a la paupérrima situación de tres millones de desplazados por la violencia política y los asesinatos por encargo de personas vinculadas directa o indirectamente a la política, que caracterizan la historia colombiana, son los temas que marcan la agenda en cada elección.
Durante el último periodo presidencial, la «lucha contra el terrorismo» proclamada por el mejor aliado a Estados Unidos, fue el principal eje de gobierno del mandatario Alvaro Uribe y se cree que su «éxito» de mostrar mano dura frente a la guerrilla lo mantuvo con altos niveles de aceptación popular.
Así, temas como la pobreza, la exclusión social, la corrupción y los derechos humanos pasaron a un segundo plano. Sin embargo la estrategia de los candidatos opositores es marcar las contradicciones de la política oficial y mostrar que en materia social, hay cuentas pendientes de Uribe, que ha seguido un camino de alineamiento con los intereses de los grandes empresarios, los terratenientes y las clases acomodadas urbanas desde el comienzo de su mandato.
En este sentido, la candidatura del senador Carlos Gaviria, del Polo Democrático Alternativo (PDA), logró posicionar al prestigioso profesor universitario de izquierda como uno de los principales, sino el principal, contendor de Uribe en la arena electoral ya que su discurso hace hincapié en los problemas más elementales de millones de colombianos que aun esperan que les lleguen los beneficios del crecimiento económico.
El pasado 12 de marzo los colombianos fueron a las urnas para elegir a 102 senadores y 166 legisladores de la Cámara Representantes y allí las agrupaciones que apoyan a Uribe lograron un amplio triunfo, obteniendo un 61 y 57 por ciento en el senado y la cámara baja, respectivamente.
Para ser elegido presidente, los candidatos necesitan obtener por lo menos la mitad más uno de los votos válidos depositados. En caso contrario se procederá a una segunda vuelta electoral, tres semanas más tarde, el domingo 18 de junio, en el que competirán sólo los dos candidatos que hayan obtenido las mayores votaciones.
Los postulantes a llegar a la Casa de Nariño (sede del gobierno) el 7 de julio son el candidato presidente Álvaro Uribe, inscripto por Primero Colombia, un movimiento independiente, que agrupa a las agrupaciones Alas Equipo Colombia, Cambio Radical, Colombia Democrática, Partido de la U, Partido Conservador y Por el País que Soñamos; el senador Carlos Gaviria, del izquierdista Polo Democrático Alternativo, Antanas Mockus, ex alcalde de Bogotá de la Alianza Social Indígena, Horacio Serpa, quien se postula por tercera vez consecutiva por el Partido Liberal Colombiano, Alvaro Leyva Durán, por el Movimiento Nacional de Reconciliación, Enrique Parejo, por Reconstrucción Democrática Nacional, y Carlos Rincón, quien encabeza la lista del Movimiento Comunal y Comunitario.
Los comicios colombianos son los cuartos en este verdadero «año electoral» latinoamericano. A las elecciones de Chile en enero, Costa Rica en febrero, la primera vuelta en Perú en abril y el ballotage de junio, se sumarán más tarde las de México en julio, Brasil y Ecuador en octubre, Nicaragua en noviembre y Venezuela en diciembre.
El balance de todas ellas se hará a finales de 2006 pero un análisis parcial indica que gran parte de los países del continente está eligiendo gobiernos de tendencia de izquierda, no alineados a las políticas de Washington. Quien marcó el camino en diciembre pasado fue Evo Morales en Bolivia, quien triunfó en una histórica primera vuelta.
Un hecho que agregó un condimento a las elecciones en Colombia es que por primera vez en su historia un presidente en ejercicio aspira a la reelección inmediata, en virtud de una reforma constitucional auspiciada en 2005 por el actual gobierno, aprobada por el Congreso y refrendada por la Corte Constitucional.
De acuerdo con la reforma política de 2003, si en la primera vuelta presidencial el voto en blanco llega a constituirse en la mayoría absoluta (la mitad mas uno de los votos válidos), deberá repetirse la votación pero no podrán presentarse los mismos candidatos.