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El pueblo es superior a sus dirigentes

Fuentes: Revista Insurrección

«No podrá haber nunca una gran fuerza política de gran calado en la transformación de un pueblo mientras no se la dote de sentido orgánico, mientras se la deje fluctuar sobre elementos dispersos,inconexos cuya falta de organización puede ser aprovechada para que se produzcan actos momentáneos sin plan ni dirección precisa». Jorge Eliécer Gaitán Con […]

«No podrá haber nunca una gran fuerza política de gran calado en la transformación de un pueblo mientras no se la dote de sentido orgánico, mientras se la deje fluctuar sobre elementos dispersos,inconexos cuya falta de organización puede ser aprovechada para que se produzcan actos momentáneos sin plan ni dirección precisa».

Jorge Eliécer Gaitán

Con el asesinato de Gaitán, la oligarquía colombiana desencadenó todo un plan de extinción de la voluntad popular y muerte de sus líderes, con un patrón sistemático de aniquilamiento del cual también fue objetivo el líder del Frente Unido Camilo Torres Restrepo, con el propósito de mantener un absurdo régimen hereditario de abuelos y nietos que se turnan en el poder político.

Hoy cuando los niveles de corrupción y violencia se incrementan en la clase política tradicional y la alternancia del poder es nula, este reinado oligarca debe rendir cuentas ante el pueblo y confesar sus verdaderas intenciones. El pueblo debe llamar a los gobernantes a responder la más elemental pregunta de la política, sobre qué han hecho por las mayorías, y trágicamente la respuesta será que nada, pues la política en nuestro país se ha degradado al más bajo nivel de los intereses de grupo, olvidado su mas alto fin; que no es otro que el bienestar de las mayorías.

El lamento más recurrente de toda clase de personas en Colombia y fuera de sus fronteras, es qué hubiese pasado en este país si a Gaitán y a Camilo no los hubieran matado, y esto no es una simple complacencia por los grandes hombres que fueron, sino que es el peso de las organizaciones populares que forjaron; el Movimiento Gaitanista de los años 40 y el Frente Unido en la década del 60.

Creación de fuerzas alternativas

Los partidos de izquierda, progresistas y alternativos; las organizaciones sectoriales, gremiales y sociales junto al pueblo en general debemos poner en práctica elementos centrales de estos dos movimientos, que sin duda fueron claves en su éxito por la disputa del poder y los intereses populares.

En primer lugar este nuevo movimiento debe moldearse a partir de la más amplia diversidad de la sociedad, partiendo de que no existe un sujeto histórico único llamado a la lucha por el cambio y que por el contrario es deber de todas las fuerzas inconformes al interior de la sociedad converger en la disputa por el poder.

Esto no debe malinterpretarse y haciendo gala de la diversidad continuar en la dispersión de la lucha, esta claridad nos permitirá avanzar en el segundo elemento del movimiento, que debe ser una clara y comprometida organicidad de sus miembros como lo ejemplificaron las Legiones gaitanistas y los Comités del Frente Unido, que desemboque en una militancia cívica por el cambio.

Un movimiento de masas con estos dos elementos previos sin duda llegará a un tercer momento de planificación y líneas de acción que puede definirse como un programa o plataforma, que si bien debe ajustarse a la realidad del momento y la correlación de fuerzas no puede perder su perspectiva estratégica, para la construcción del socialismo a la colombiana. Como salvaguarda de la diversidad del movimiento, un primer objetivo para este programa podría ser la instauración de una democracia directa, como lo reclamaron Gaitán y Camilo.

Otro elemento fundamental para este nuevo movimiento será ganar mayor eficacia en la batalla ideológica y la construcción de hegemonía favorable al cambio, pues con la toma de conciencia por parte las grandes mayorías, se avanza en la configuración de la Clase Popular como único garante de sus intereses. Experiencias como el periódico La Jornada de los gaitanistas y el semanario Frente Unido, son ejemplos claros del papel que juega la difusión en un movimiento de masas.

Una trinchera como Patria Grande

Sin duda que este movimiento no puede perder de vista, que mas allá de la oligarquía local la disputa de los intereses del pueblo se verá afectada por el imperialismo norteamericano y el neoliberalismo global, por tal razón una tarea indiscutible para este nuevo movimiento es la creación de redes y movimientos continentales, en la perspectiva de construir lo que algunos intelectuales han denominado el Bloque Regional de Poder Popular, que permita acumular esfuerzos y confrontar económica, cultural y geoestratégicamente a este enemigo de dos caras.

Para la clase popular es hoy imprescindible pasar del lamento a la acción, dejar a un lado el recuerdo inerte y retomar el ejercicio del poder desde la base; postulado más que justo para el presente colombiano y la futura coyuntura electoral, que hasta ahora con la tensión en la oligarquía no ofrece mas que escoger entre lo malo y lo peor, esto sólo será posible con la conformación de un gran movimiento de masas por la paz y el cambio.

Este movimiento debe tomar como propias las banderas de Gaitán y Camilo iniciando por el rescate de la política degradada por el régimen de abuelos y nietos, que han logrado marginar al pueblo de los rumbos de su nación, despertando la pasión de las masas por ser protagonistas de su destino irrevocable de justicia, dignidad, alegría y equidad.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.