Corrían las aguas en Chañaral ¡¡y!! Antes de leer, hay que saber bien qué es el tan mencionado «relave» minero. Los relaves son desechos industriales, básicamente una mezcla de aguas servidas del proceso minero metalúrgico que contienen un 40% de elementos sólidos (metales) y un 60% de mezcla de minerales naturales de tierra, rocas y […]
Corrían las aguas en Chañaral ¡¡y!!
Antes de leer, hay que saber bien qué es el tan mencionado «relave» minero. Los relaves son desechos industriales, básicamente una mezcla de aguas servidas del proceso minero metalúrgico que contienen un 40% de elementos sólidos (metales) y un 60% de mezcla de minerales naturales de tierra, rocas y basura.
Desde el año 1939 hasta el año 1990 se vaciaron más de 300 millones de toneladas de desechos mineros en el medio terrestre y marino de Chañaral, lo que equivale a la descarga de un camión de 10 toneladas de arena cada 25 segundos, más la evacuación de un camión aljibe de 10 mil litros de residuos líquidos cada 10 segundos (Omar Monroy, 1999). Los relaves provenían inicialmente del mineral de Potrerillos, perteneciente a la empresa estadounidense Andes Copper Mining Company, la que decidió volcarlos al río Salado, que pasa por las localidades de Llanta, Diego de Almagro y El Salado antes de desembocar en el mar, frente a Chañaral. Una vez agotado ese yacimiento de cobre, la descarga continuó siendo alimentada por los relaves de El Salvador, que comenzó a explotar en 1959.
Luego tras la nacionalización del cobre impulsada por el gobierno de Salvador Allende, el mineral pasó a ser propiedad de CODELCO, empresa estatal que continuó utilizando el mismo sistema de evacuación. Ya a comienzos de los años 70 un barro negro y viscoso cubría la arena en la bahía (Despierta Chañaral, s/a). Pero no fueron los reclamos de la comunidad lo que motivó a la División Salvador a trasladar en 1975 el vaciado de sus desechos 9 kilómetros al norte de Chañaral, en la Caleta Palitos. «Lo hicieron por numero interés empresarial y mercantil», por problemas entre dos mineras, pues sentían que mutuamente se contaminaban.
Luego de varios recursos de protección interpuestos desde 1987 por vecinos y vecinas de Chañaral, es que se inician investigaciones desde el exterior. La ONU define que es la zona más contaminada del Pacífico sur. Ricardo Lagos en el año 2003, en un acto político, se baña en las aguas de Chañaral sacándose fotos explicando que no está tan contaminado. Desde antes del 2013, vecinos/as luchan por petitorios locales donde está el tema educacional, salud y medio ambiente.
Las lluvias de hoy, poco entendidas desde la ciencia en Chile, ponen en la mesa las discusiones que llevan décadas en el territorio. Lo peor viene ahora, el secado de aquellas tierras devastadas por la contaminación, «el secado y el levantamiento» (comillas para imaginar aquello) de la polución del cobre, hierro, arsénico, zinc, cianuro, molibdeno, y otros metales pesados, que van directamente al organismo de niños, adultos, mujeres y hombres habitantes del lugar.
El problema no es el cauce del río, el problema son las estrategias de planificación territorial del lugar. El problema no es la naturaleza ubicada ahí antes de que llegue el hombre, el problema son las decisiones que se priorizan y toman con respecto al medio en que se debe habitar. El problema no es que no haya agua o existan cortes de agua, el problema es que se ha dejado de manifiesto que la minería tiene todos los días con problemas de AGUA al norte del país. Y justamente, los costos de las malas decisiones tomadas por autoridades y técnicos, los tienen quienes no tomaron decisiones, y solicitan hace décadas tomar cartas en el asunto.
Datos: ‘Despierta Chañaral’
Fabiola Miranda Aguilar, Investigadora de GIPART-UAHC, Chile.
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