Eusebio Leal Spengler, Doctor en Historia y especialista en arquitectura, es Presidente de la Comisión de Monumentos de la Ciudad de La Habana, poeta, escritor, y uno de los más titulados conocedores de la relación compleja y hermosa entre historia, representación arquitectónica, literatura, comunidad y cultura. De visita en Santiago de Chile, el 16 de […]
Eusebio Leal Spengler, Doctor en Historia y especialista en arquitectura, es Presidente de la Comisión de Monumentos de la Ciudad de La Habana, poeta, escritor, y uno de los más titulados conocedores de la relación compleja y hermosa entre historia, representación arquitectónica, literatura, comunidad y cultura.
De visita en Santiago de Chile, el 16 de octubre los vecinos defensores del Barrio Yungay -una de las reservas patrimoniales más valiosas del país ubicado en el cascarón antiguo del corazón capitalino- invitaron a Eusebio Leal a un breve, pero consistente recorrido por la síntesis de historia y construcción del conjunto de calles y edificaciones que dan vida al Barrio Yungay.
Rosario Carvajal y José Osorio son, junto a muchos vecinos, los líderes de la defensa del entorno barrial. El territorio citadino que compone Yungay ha sido y es teatro habitacional de intelectuales y artistas sempiternos como Pablo Neruda, Ignacio Domeyko (segundo Rector de la Universidad de Chile); los escritores y poetas Armando Uribe, Nicomedes Guzmán, Eusebio Lillo, Francisco Coloane, José Edward Bello y Mauricio Redolés, entre otros. En el Barrio Yungay está el Museo Salvador Allende, se construirá el Museo de La Memoria, y se reconstruye el Museo Pedagógico. Además tiene en su seno innumerables centros de actividad cultural y universidades. Desde hace 4 meses han ocurrido 12 incendios en construcciones del barrio, sospechosamente coincidentes con la arremetida inmobiliaria de edificios de altura que precisan espacio histórico para la prosperidad del negocio departamental.
En el Centro Cultural Galpón Víctor Jara, el cubano Eusebio Leal tuvo un encuentro con los vecinos del Barrio Yungay.
¿Qué relación existe entre la defensa de los barrios patrimoniales en Cuba y el trabajo que hacen los vecinos del Barrio Yungay?
«En Cuba, los vecinos a veces, teniendo poderosas organizaciones sociales, no participan. Es por eso que la ventaja que yo veo en este proyecto volcánico -que surge de abajo, es precisamente, que la dignidad sale desde abajo. Nosotros trabajamos con la raíz. Es la única cuestión que explica que ustedes y yo nos busquemos tantos dolores de cabeza infinitos: amigos muchos, y enemistades mayores.»
¿Cómo se manifiesta la promoción de los barrios históricos en La Habana?
«En ocasiones, en circunstancias diferentes, los problemas suelen tener ciertas analogías. Y hay que crear estrategias acertadas para solucionarlos. La Habana es hoy una Capital con 15 municipios y originalmente tuvo 48 barrios. Los barrios son los depositarios de la identidad. Hablando hace unas semanas en el municipio «10 de Octubre», uno de los miembros del Consejo de Gobierno me dijo que los vecinos del lugar, en realidad, no son de «10 de Octubre», son de otros municipios. Y en «Centro Habana», otro municipio con muchas dificultades para fijar su identidad municipal, se apoya en barrios como «Pueblo Nuevo» o «Cayo Hueso», que son depositarios de largas tradiciones.»
¿Qué significados tiene el barrio?
«Hay que apreciar el valor del barrio como parte de nuestra cultura y de nuestra civilización. En todas las condiciones civilizatorias que coinciden en el Continente y en nuestras naciones, el barrio es una continuidad.»
LO PEQUEÑO SE AGIGANTA DE SENTIDOS
¿Qué estrategias sugieres para facilitar la lucha por la defensa barrial?
«Ustedes han solicitado la firma de 68 personalidades del barrio dentro de sus iniciativas. Yo agregaría que hay que buscar cartas de personalidades de todo Santiago y otros lugares. En la medida en que el proyecto sea conocido deben convertir su organización -que es una entidad moral y ética del barrio- en algo que, en los últimos 25 años, ha cobrado una gran importancia a escala internacional. En Cuba, por ejemplo, la oficina sacó a algunos de sus cuadros más importantes, los liberó de sus funciones técnicas, y se constituyó una sociedad no gubernamental, jurídicamente reconocida. Su nombre es «Patrimonio, Sociedad y Medio Ambiente». Esta entidad ahora solicita proyectos que resultan muy atractivos en el mundo para apoyar en comunidades en desarrollo. También, dentro del sistema de Naciones Unidas, más que la UNESCO (que toma macro problemas culturales) cuenta con el Proyecto de Desarrollo Humano a Nivel Local. Por ese camino, hemos pedido ayudas importantes para publicaciones, preparación para cuadros vecinales, eventos y actividades como las que ustedes están realizando»
En nuestro barrio ha habido 12 extraños incendios los últimos 4 meses, justo cuando existe una fuerte embestida inmobiliaria que necesita nuevos espacios para edificar. Está claro que la especulación habitacional descansa sobre la ganancia y cierta filosofía de lo nuevo como desarrollo humano…
«Yo, lógicamente, no puedo intervenir en el tema de las sospechas respecto de los actos delictivos que afectan a un barrio histórico que busca preservar su identidad, que no es otra cosa que la identidad de lo pequeño. Aquí nos encontramos con el derecho a las pequeñas nacionalidades y el derecho de las pequeñas entidades. Así nos encontramos ante una evolución desde la defensa de los grandes edificios aislados considerados casi como un defecto cultural hacia lo vernáculo como realmente importante. Antes estimaban lo pequeño como curioso, sustituible por proyectos que traían un mensaje de supuesto adelanto, de desarrollo, contra formas de vida atrasadas, que solía observarse en los barrios más populares.»
El símbolo del Barrio Yungay es la figura del Roto chileno, un personaje popular que fue carne de cañón en guerras promovidas por los intereses de la oligarquía. El Roto es parte del pueblo profundo…
«La figura de El Roto sigue siendo hoy protagonista de la historia.»
¿Qué valor político le asignas a la defensa de los barrios?
«Cuando, desde abajo se construyen iniciativas de defensa del barrio, como ustedes lo hacen, se contribuye a la paz americana, a buscar lo que nos une y no lo que nos separa, a partir de la cultura -que es el bálsamo sanador- somos depositarios de algo tremendo. En Cuba, nuestra realidad nacional viene de identidades de una España diversa y de un África diversa. Es más, en los campos de caña donde se libró la suerte de Cuba durante siglos, los amos y señores no solían nunca, cuando iban al mercado de esclavos, comprar hombres de una misma nacionalidad. Todas las rebeliones de esclavos fueron aplastadas porque no lograron consolidar un liderazgo a partir de trasladar al ingenio (unidad de propiedad territorial) sus batallas tribales. Exactamente lo mismo ocurre hoy en nuestro Continente. No es posible enfrentar en común a grandes problemas porque hemos heredado batallas tribales impresionantes.»
¿Cuál es el sentido profundo de la ciudad?
«Como arquitecto de las Ciencias Sociales, pienso que sin la ciudad, simplemente, no somos. Yo creo que la ciudad fue la aspiración del hombre desde que cobró conciencia en lo profundo de las cuevas, de que podía construir algo más confortable y cálido (y recuerdo las palabras de Picasso: «Después de Altamira ya todo fue decadencia»). De allí se sale a fundar la aldea y luego la ciudad. Por eso la defensa de la plaza, del árbol, de la calle es tan importante contra el criterio especulador que trata de borrar todo ello porque lo considera poco valioso. Porque cree que los terrenos, por la proximidad a grandes obras viales, al metro, etc., se han vuelto mucho más valiosos que lo edificado.»
Tú reivindicas con fuerza el valor de «lo pequeño»…
«Hoy París no se puede explicar sin la concepción de lo «pequeño», pero tan pequeño que en el recorrido que hicimos hoy por el Barrio Yungay, observando los conjuntos de fachadas y pasajes interiores, me acordé mucho de ese espíritu «montparnasseano», de la feria local. Es preciso conservar la habitabilidad del barrio, que significa personalidad. Porque en cuanto se ponga de moda, ocurriría como en Lima, después del Puente de Los Suspiros, donde todo comenzó a llenarse de tabernas y restaurantes que funcionan durante la noche, pero en el día mucho menos. Y sucede porque la familia residente comienza a abandonar el barrio y a alquilar sus casas.»
¿Qué ideas tienes para la conservación de la historia patrimonial?
«Hay que desarrollar un sistema de láminas, que existen en las grandes capitales, para que la gente vaya leyendo el barrio. En algunos barrios de Berlín, en los ladrillos del piso se han puesto adoquines de bronce con fragmentos de historia. En Cuba, nosotros tenemos un proyecto particular que se llama Rutas y Andares y que se celebra todos los años en el período vacacional de las escuelas. Entonces arquitectos, historiadores y gente elocuente se prepara para atender a las personas con el fin del buen conocimiento de la ciudad. Esto nos ha ayudado a cruzar de una mirada puramente intelectual del entorno a una mirada material.»