Recomiendo:
0

El sacrificio de Allende no fue en vano

Fuentes: La Jornada

Antes de ser asesinado aquel fatídico 11 de septiembre de 1973, con su ciudad, Santiago, semidestruida y en llamas, Salvador Allende lanzó una de sus últimas advertencias proféticas: «Tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano; tengo la certeza de que por lo menos será una lección moral que castigará la felonía, la […]

Antes de ser asesinado aquel fatídico 11 de septiembre de 1973, con su ciudad, Santiago, semidestruida y en llamas, Salvador Allende lanzó una de sus últimas advertencias proféticas: «Tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano; tengo la certeza de que por lo menos será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición». Bajo el espíritu de esta máxima -evitar que caiga en el olvido la lección humana y moral del presidente de Chile, asesinado por las huestes golpistas de Augusto Pinochet- comenzó en El Escorial, en Madrid, el curso El pensamiento vivo de Allende: actualidad y perspectivas, con el que la Universidad Complutense y La Jornada pretenden rendir un homenaje en el centenario de su natalicio.

Joan Garcés, ex asesor de Salvador Allende (1908-1973), abrió el seminario con una conferencia en la que no sólo narró en primera persona algunos de los momentos más vibrantes y trágicos de los últimos días de Allende, sino que dio su particular visión sobre el origen del derrocamiento a raíz de una comparación entre dos momentos históricos similares.

«La principal diferencia entre lo que ocurrió en 1939 y 1973 en Chile se puede reducir a una: quién estaba al frente de la potencia hegemónica. En 1939 estaba Franklin D. Roosevelt, que no intervino en Chile ni para evitar el triunfo de la candidatura del Frente Popular ni para torpedearla después. Como tampoco intervino en México cuando el gobierno de Lázaro Cárdenas nacionalizó el petróleo o cuando dio asilo al que fue fundador del Ejército Rojo, León Trotsky. En cambio, en 1973, en Estados Unidos el presidente era un delincuente, Richard Nixon», quien, junto a Henry Kissinger, se «obsesionó» en hacer aullar de dolor a la economía chilena.

El también jurista y politólogo señaló que una de las cosas que más preocuparon a Allende hasta su último hálito de vida fue que Chile no entrara en una espiral de guerra civil que, según sus propios cálculos, hubiera costado al país más de 50 mil vidas.

El sociólogo chileno Marcos Roitman, coordinador del seminario y afincado en España desde la ruptura del orden constitucional en su país, destacó la «continuidad» y la «consistencia» del pensamiento político de Allende, que a su vez se desplegó a lo largo de su vida y obra. «Podemos ver en la vida de Allende una coherencia en la manera de entender la democracia y los proyectos y luchas políticas. Y, desde esa perspectiva, entronar un pensamiento y una lucha social. Por eso él se definió como un luchador social y vivió la democracia como una articulación política.»

El catedrático de la Universidad Complutense explicó que Allende avistó, ante el aumento de las intervenciones del «imperialismo», una «amenaza» latente a la soberanía de los paí-ses de América Latina, con lo que su doctrina política fue «antifeudal, antioligárquica, antimperialista, latinoamericana y anticapitalista».

En la última intervención de la sesión de hoy, el periodista Carlos Fazio, de origen uruguayo y afincado en México desde 1973, hizo un análisis de las estrategias de Estados Unidos en América Latina a raíz de la experiencia del Chile de Allende.

Historia del curso

Luis Hernández Navarro, coordinador de Opinión de este diario, dio respuesta a una de las preguntas que circulaban en el pequeño salón del hotel Felipe II de El Escorial: ¿Por qué un periódico mexicano patrocina un curso sobre un presidente chileno, Salvador Allende, en una universidad española…?

El origen primero de este curso nació de una conversación entre Marcos Roitman y Joan Garcés, que hablaron de la necesidad de rememorar como se merece el centenario del natalicio de Allende. El proyecto original era muy ambicioso, por lo que requería un financiamiento generoso, así que se presentaron ante la universidad y encontraron una respuesta positiva, pero con una salvedad: no había dinero para cubrir los gastos del curso. «Y mucho menos en una comunidad como la de Madrid, gobernada por la derecha, tan poco proclive a homenajear a personajes como Allende.»

Fue cuando intervino la directora de este periódico, Carmen Lira Saade, que decidió financiar parte del curso, convirtiéndose así en el primer periódico latinoamericano que patrocina un curso de la universidad madrileña. Luis Hernández Navarro citó algunas de las razones: «Porque la figura de Salvador Allende ha tenido enorme importancia en la fundación del periódico y en la vida de los mexicanos. Y porque su pensamiento vivo debe ser mantenido y recuperado».