Al llegar a la Feria del Libro de Bogotá, observe dos cosas relevantes. La primera fue un cartel con los principales patrocinadores y aliados, entre ellos se encuentra instituciones tanto públicas como privadas, desde Ecopetrol, Canal Capital hasta multinacionales como el Hotel Hilton y McDonald’s, entre otras. Esto me sorprendió, ya que han hecho de este evento cultural un evento empresarial, cada vez más inaccesible para el público popular de la ciudad. La entrada es costosa, el costo de los libros inasequible, y comida de foods trucks. En definitiva, un escenario perfecto para asegurar la comodidad de la alta alcurnia bogotana. Decepcionado, me entero que a unos metros de donde estaba, el excomandante Enrique Zapateiro va presentar su libro cómo ser El Gran Colombiano, cómo ser el Popeye y por último, un defensor a ultranza del legado del Matarife.
Por eso, unas horas después, el profesor Renan Vega Cantor presentaría su nuevo libro, titulado: Los «Colombianos de bien» y el Síndrome de Popeye. Ensayos sobre traquetos, uribeños y otras plagas de la Derecha Criolla. Los artículos y ensayos que aparecen en el libro son publicaciones virtuales de tipo periodístico que se publicaron entre el año 2018-2022, en total son 31 textos llenos de una buena dosis de ironía, sarcasmo y humor negro, que permiten tener una radiografía objetiva sobre la subjetividad de la lumpenburguesía criolla, que es capaz de influir en ámbitos mediáticos, culturales, académicos y políticos de primer orden. La cultura del «Plomo es lo que viene, bala es lo que hay» no es la razón de ser de la «colombianidad», por ello la necesidad de enfrentarlos a través de la dimensión popular, rebelde e insumisa que nos caracterizó luego del estallido social del 2021.
El señor Jhon Jairo Velasquez, alias Popeye, miembro del Cartel de Medellín y adjunto a la organización de Pablo Escobar ha contado en diversas entrevistas de manera cínica y repugnante que fue perpetrador de múltiples asesinatos y acciones criminales, donde aproximadamente 3.500 personas fueron afectadas, en su mayoría colombianos y colombianas. Recuerdo haber visto una entrevista del año 2016, donde Popeye afirma que: «lo más teso que yo sé son cosas de un expresidente colombiano, que eso más adelante habrá que decirlo, por ahora no se puede porque él es el hombre más poderoso de Colombia, más poderoso que cualquier mafioso» termina diciendo: «Es el dueño de la república de Colombia». Alias Popeye, fiel a su síndrome gansteril enfermizo, para el año 2019 cambiaría su posición y terminará hasta el final de su vida obediente a los designios del Patrón: Álvaro Uribe Vélez.
Luego de su muerte, en el año 2020 sería homenajeado por el general del Matarife, Enrique Zapateiro, cuando manifestó su pesar, aludiendo que: «Hoy, como comandante del Ejército, presentó a la familia de Popeye nuestras más sentidas condolencias. Hoy ha muerto un colombiano, haya pasado en su vida lo que haya pasado. Estuve bien comprometido en la lucha contra el narcotráfico en ese año 1993, decirle que lamentamos mucho la partida de Popeye, somos seres humanos, somos colombianos». Para muestra un botón, hasta el exgeneral de la Policía Nacional Rosso José Serrano, mostró su indignación ante tan abusivo homenaje, pues muchas de las víctimas de Alias Popeye fueron militares y policías. Estas declaraciones, fueron leídas por el maestro Renan Vega al inicio de su conversatorio, señalando que este mal que carcome a la sociedad colombiana, el Síndrome de Popeye, reúne los siguientes defectos: «El arribismo, culto al dinero y a los poderosos, el desprecio a los pobres y a los trabajadores (el clasismo), la reducción de la mujer a un objeto sexual y su degradación como ser humano (sexismo, misoginia, machismo), el racismo, el culto a la violencia y la muerte, el rechazo visceral a la izquierda (anticomunismo), el respeto por el saber y la cultura letrada, apología de lo ordinario y vulgar, del ruido, escandalo y de la ostentación».
Definiendo este síndrome, lo que sigue es hacerse la siguiente pregunta: ¿Cómo opera dicho síndrome dentro de la conciencia social? Para el maestro Renan vega, esto se explica con algunos ejemplos. Entre ellos, se encuentra la narco – tragedia de la exvicepresidenta Marta Lucia Ramírez, quien pago una fianza de 150 mil dólares en el año 1997 para que su hermano narcotraficante saliera de una cárcel en los Estados Unidos. En este capítulo del libro, aparece una frase de Samuel Azout, ex director de Agencia para la Pobreza, que dice: «Quien no tenga un pariente o amigo que haya sido narcotraficante que tire la primera piedra» Azout, muestra el cinismo y la seudo moralidad de la derecha criolla, al creer que todos «gran parte de los colombianos lleva un paraquito y un traquetico en el corazón». Mentira.
Otro manera de operar del Síndrome de Popeye esta señalada en la página 173 del libro, Renan menciona a los Panama Papers quienes a través de una larga investigación y documentación, evidencia que millones de personas acaudaladas, entre ellos deportistas, presidentes, escritores y empresas multinacionales ocultan millones de dólares para evadir impuestos, creando así jurisdicciones ilegales, en los famosos Paraísos Fiscales. A esto se le llama deslocalización, y es una característica excepcional del famoso escribidor, un personaje petulante, arribista y con Síndrome de Popeye. Sí aún no sabe quién es, se lo presento, viene de Perú, pero se cree de la realeza española, es nada más y nada menos que el señor, que digo señor, es presentado de manera magistral por el autor como un Falso Positivo: Mario Vargas Llosa, de quien Renan se ocupa en los capítulos 20 y 21. Este sicario con micrófono, representa una característica que nos podemos dejar de mencionar, pues, no se les haga raro que defienda a capa y espada creyéndose conquistador colonial del siglo XV cuanto presidente de extrema derecha se le atraviese.
Sí el presidente habla, como lo haría en su momento el subpresidente Duque, de culto al capitalismo, adoración a la propiedad privada, defensor de la expoliación colonial, perpetrada desde hace más de 500 años por la estirpe oligárquica que menosprecia a los indígenas, negros, mestizos y en definitiva a todo lo que huele a pobre y pueblo, ahí estará, haciendo su trabajo, con su fachada de intelectualoide , el apologista de un crimen, el farsante Llosa, que aspiró hasta conseguir el sueño de todo Colombiano de Bien «un rancio título de marqués de la putrefacta monarquía española» Ser Colombiano de Bien es antes de todo, un rechazo vil y mezquino de la identidad popular colombiana. Ellos son Aporofóbicos, odian la pobreza que ellos mismos producen.
Finalmente, es importante hacerle frente a a esta cultura traqueta, que enloda a todo el espectro de los Uribeños, no hacer la crítica a este Síndrome de Popeye es ser cómplice de esta organización criminal. Preferimos la denuncia y la verdad, y para ello invitó a la lectura de autores como Renan Vega Cantor, quien al calor de del confinamiento y el Paro Nacional demuestra ser la brújula ante la farsa de los impostado. Leer es militar.
En la canción Síntomas de Popeye de los Alcolirykoz se dice: «Turistas que no salen del Poblado y el Lleras, no vengas de malo, hay varios que quieren ponerte a prueba, pana, los bravos de tu esquina son dulce de brevas, almíbar, los usamos pa’ endulzar el café en la mañana».
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