Recomiendo:
0

Desastre ambiental y trasgresión cultural

El Tatio muere

Fuentes: Azkintuye

 Las movilizaciones contra la exploración geotérmica se iniciaron a fines de 2006, denunciando precisamente lo que hoy está ocurriendo: un desastre ambiental y una trasgresión cultural de proporciones. El Tatio (Chile) no solo son géiseres. Es un lugar sagrado, un sitio ceremonial, donde los indígenas llevan a cabo ceremonias ancestrales y rogativas a la madre […]

 
Las movilizaciones contra la exploración geotérmica se iniciaron a fines de 2006, denunciando precisamente lo que hoy está ocurriendo: un desastre ambiental y una trasgresión cultural de proporciones. El Tatio (Chile) no solo son géiseres. Es un lugar sagrado, un sitio ceremonial, donde los indígenas llevan a cabo ceremonias ancestrales y rogativas a la madre tierra y «al abuelo que llora». En el Tata Iu la tierra respira, la vida nace, señalan dirigentes del pueblo Lickan antay. La ruina de El Tatio es el comienzo del fin de la destrucción de la cosmovisión indígena, advierten.

Desde la madrugada del 12 de septiembre, Lickan antay y Quechuas observan con profundo dolor cómo El Tatio, el Tata Iu donde respira la tierra, donde mora el abuelo que llora, inexorablemente muere. Una impresionante fuga artificial de vapor y agua, de más de 100 metros de alto, se mantiene incontrolable. Las emanaciones continúan en la zona del pozo 10. La columna artificial de vapor hirviente es acompañada de ruidos subterráneos y un fuerte olor azufroso. Se han alterado irremediablemente a los otros géisers. Las comunidades exigen a las autoridades cerrar el acceso a El Tatio y paralizar las obras de exploración de la empresa geotérmica.

Desde fines de 2006, organizaciones indígenas, sociales, de agricultores, turísticas, además de la Cámara de Comercio de San Pedro de Atacama, han denunciado el daño a los géisers y la destrucción de este sitio sagrado. «Una actividad con financiamiento estatal está perforando y explorando los géisers de El Tatio. Una actividad industrial afecta un territorio ceremonial indígena, declarado como uno de los tres destinos turísticos más importantes de Chile. Hay impactos irremediables tales como la alteración de un territorio ancestral, sitios ceremoniales, el camino del Inca, se ha puesto en peligro a especies protegidas, se disminuirá el turismo, se generarán desplazamientos forzados de personas, se afecta la biodiversidad, se empuja a la destrucción a vegas y bofedales y a uno de los paisajes más bellos, alterando la zona de géisers más grande del hemisferio sur, que contiene cerca de ocho por ciento del total de los géisers de todo el mundo», señala Amelia Mamani Charcas, presidenta de la Agrupación Sumac-Llajta, de Calama.

El 2002, El Tatio fue declarada zona de interés turístico. «La municipalidad de Calama acordó oponerse al proyecto, además de universidades, centros de investigación, expertos, organizaciones y gremios que solicitaron al Intendente su pronunciamiento en contra. Hoy exigimos la paralización de faenas y el término total de la intervención en los géisers», agrega Mamani.

Tras la alerta de guías turísticos que se percataron de la «fuga artificial» de vapor y agua en uno de los géisers de los pozos de CORFO, el 21 de septiembre un grupo de defensores de El Tatio concurrió al lugar. Con profunda tristeza e indignación dan fiel testimonio de que se trata de una espantosa hecatombe provocada por la empresa ENG, responsable de la exploración geotérmica, y el gobierno de Michelle Bachelet. «Este es el peor escenario imaginable. Los tradicionales géisers han bajado en a lo menos un 40 por ciento su fuerza natural», dice Sonia Ramos Chocobar, presidenta de la Asociación de Cultores de la Medicina Ancestral Lickan Antay. Amelia Mamani, agrega: «El Estado ha permitido este desastre, alterando de forma grave y descontrolada el tercer destino turístico de los géisers de El Tatio, que a su vez constituye un sitio sagrado para nuestros pueblos lickan antay y quechua… Aquí se han no solo vulnerado nuestros derechos indígenas, sino que es un ataque a la madre naturaleza, se está matando al abuelo que llora por el sucio dinero». Sonia Ramos recuerda con desazón: «¿Cuántas veces manifestamos a la presidenta Michelle Bachelet, al ministro Viera-Gallo, a la Corte de Apelaciones, a todas las autoridades pertinentes, el gran error que estaban realizando al aprobar y permitir la exploración geotérmica en El Tatio? Solicitamos la suspensión de la actividad geotérmica al mismísimo ministro de Energía, Marcelo Tokman, igualmente a la municipalidad de Calama. Pedimos reconsiderar la aprobación del proyecto a los ministros de Energía y de Minería… Pero todo lo que hicimos nunca obtuvo respuesta de parte de las autoridades. Desde el 2007 que hemos invocado la ayuda internacional, pedimos análisis del aire y el agua en el sector, la presencia del relator especial sobre asuntos indígenas de Naciones Unidas, James Anaya, para verificar in situ el daño que se provocó a los géisers. Exigimos el cierre del sector de El Tatio y el cese de todas las exploraciones y explotaciones geotérmicas», agrega.

Por su parte, Ana María Barón -arqueóloga y ex alcaldesa de San Pedro de Atacama-, dice: «Estoy horrorizada. El Tatio, patrimonio indígena, natural, medioambiental y turístico ¡ha sido asesinado! Las autoridades permitieron este desastre, especialmente el intendente Cristian Rodríguez, que fue informado en reiteradas veces, del grave error que estaba permitiendo. A políticos -como el diputado Marcos Espinoza-, en varias oportunidades se les pidió ayuda y mediación ante la respectiva Cámara legislativa para frenar el proyecto, gestión nunca considerada. Quienes hicieron oídos sordos en la defensa de El Tatio, hoy cuando el desastre es inminente, que den la cara. Las comunidades indígenas de Caspana y Toconce, que permitieron el uso de agua de sus comunidades por parte de la geotérmica, deben dar la cara».

William Fábrega, presidente de la Cámara de Turismo, señala: «Estoy preocupado por la grave intervención en los géisers. Se cambió de una forma irremediable la tradicional visita del guía turístico que, conociendo las rutinas energéticas de los géisers, mostraba a un interesado turista la admirable belleza de El Tatio. Eso ha sido alterado de una forma imperdonable, afectando a toda una actividad económica, cultural y medioambiental. ¿Para qué el gobierno fomenta el turismo, si junto a ello permite la destrucción del principal interés turístico de la región?».

Paralización de obras

EGN, a cargo de prospecciones y exploraciones en El Tatio, indicó a la prensa que «no se ha registrado ningún daño ambiental (…) Hay que recordar que es un área intervenida, pues el pozo -uno de los cuatro que serán explorados- está localizado en plataformas históricas de CORFO». EGN es controlada por la transnacional de capitales italianos ENEL. Sus «exploraciones» para generar energía geotérmica habrían ocasionado la fuga de más de 100 metros de alto, que se mantiene incontrolada hasta hoy. Según indígenas y ecologistas, los trabajos han generado impactos culturales, ambientales y económicos, además de un completo descalabro ecológico. ENEL es dueña del 51% de ENG (en sociedad con ENAP) y controla, además, el 92% de Endesa España que, a su vez, controla Enersis y, a través de ésta, a la cuestionada HidroAysén.

Según las autoridades, la Comisión Regional del Medio Ambiente de Antofagasta (COREMA) junto a SERNAGEOMIN han monitoreado el «eventual daño ambiental» provocado por las obras. Pero CONAMA aprobó y autorizó, a través de una resolución de calificación ambiental, las perforaciones profundas con el objeto -se dijo- de verificar la «factibilidad técnica y económica de generar energía eléctrica a partir de la energía geotérmica». EGN fue autorizada por CONAMA para perforar en los géisers, al menos 4 pozos de 2.500 metros de profundidad. Según los lickan antay y quechuas, la escasa agua que corre hoy por los ríos Salado y Loa «desaparecerá». Además, se está vulnerando gravemente sus «derechos ancestrales». Según fuentes cercanas a ENEL y a la propia CONAMA, pronto se construirán varias torres de alta tensión que conducirán la energía a las mineras, afectando aún más el entorno.

El Tatio es un sitio ceremonial, sagrado, y su destrucción altera completamente el ecosistema en que sobreviven, además, vicuñas, loros, guanacos, gatos andinos, suris o ñandúes, lagartijas y vizcachas, además de especies vegetales únicas como la yareta -que logra su madurez recién a los 200 años de vida-. Geotérmica del Norte es otra empresa interesada en explotar los campos de géisers. La EGN ha anunciado que los daños al ecosistema por la explotación en la quebrada del Zoquete «serán menores y no afectarán las aguas superficiales o subterráneas». Ya hay varios pozos. La destrucción ha comenzado a vista y paciencia de las autoridades. Para el gobierno explotar géisers «diversificará la matriz energética, produciendo electricidad a bajo costo». Geotérmica del Norte tiene otras concesiones de exploración en Apacheta -en Ollagüe, 33 mil hectáreas-, y La Torta -en San Pedro de Atacama, de 39 mil hectáreas-. Se han presentado, además, 95 solicitudes de concesiones geotérmicas desde que se promulgó la ley el año 2000. Las posibles multas por el daño a géisers no superan las 500 UTM. Para los indígenas urge la presencia de «una comisión internacional de científicos competentes que evalúen esta grave tragedia ecológica».

Los defensores de El Tatio ya interpusieron recursos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) e informaron a la Comisión de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas. Solicitaron a la presidenta Bachelet, además, que en su calidad de representante del Estado que posee propiedad en una de las empresas, ordenase el cese de la intervención en El Tatio. Desde fines de 2006, que se iniciaron las gestiones. Hasta ahora no han sido escuchados. Por lo pronto y en vista del desastre ambiental, ayer jueves el intendente regional, Cristian Rodríguez, quien además es presidente de la Corema de Antofagasta, informó que la instancia decidió «una sanción provisional y que se refiere a solicitar la paralización indefinida de este proyecto, salvo para las acciones de control, mitigación y monitoreo del evento (escape de vapor y gas) que actualmente está ocurriendo». Además le exige a Geotérmica del Norte S.A que invierta todos los recursos materiales y humanos y se aplique además, una metodología con estándar internacional, que permita el control efectivo en el menor tiempo posible de la erogación en el sector. Por otra parte, se solicitó al ministerio de Minería y organismos técnicos afines, la «fiscalización y supervisión de las acciones que compromete la empresa, para que sea cumplido en los plazos y de acuerdo al método señalado». Luego de conocida la decisión de la Corema Antofagasta, representantes de comunidades indígenas de Alto El Loa que estuvieron presentes en la sesión, agradecieron la resolución del cuerpo colegiado. En la oportunidad, el asesor del Consejo de Pueblos Atacameños, Eric Álvarez, manifestó que «estamos muy contentos de haber recibido esta noticia que paraliza indefinidamente las obras de la empresa Geotérmica del Norte en El Tatio y que haya sido el propio intendente regional quien nos haya dado la oportunidad de poder participar de la reunión de Corema y habernos escuchado y dado a conocer nuestro pensamiento del tema». El dirigente atacameño señaló asimismo que «nos dimos cuenta que fue la primera autoridad gubernamental de la región de Antofagasta quien llevó a cabo esta iniciativa con el apoyo de todos los miembros de la Corema, quienes tomaron conciencia de paralizar las obras luego de todas las irregularidades llevadas a cabo por parte de la empresa y que por lo tanto, era necesario tomar esta decisión por el grave daño que estaba produciendo en ese sector». Álvarez agregó que «esperamos que las diligencias en materia legal que se están realizando den como resultado que la empresa Geotérmica del Norte paralice definitivamente sus obras, pero si no es así, las oposiciones correspondientes las realizaremos cuando se inicie una eventual etapa de explotación del proyecto en cuestión».

Destrucción

Según Ana María Barón, «el atractivo turístico ya lo destruyeron. Es una catástrofe ecológica, no solamente se está destruyendo el entorno, la fauna del sector también resultará dañada. Esto es un exterminio, no se puede llamar de otra manera», dice. El alcalde de Calama, Esteban Velásquez, agrega: «Recurriremos a tribunales para que se fijen responsabilidades. Lo dijimos en más de una ocasión, nadie puede garantizar que no haya daño patrimonial arqueológico natural, cuando se explora un sitio que para nosotros tiene una belleza incomparable, y que ésa debió ser la gran empresa, explorarlo como un centro turístico. No ocurrió y estamos preocupados, porque las consecuencias al parecer son bastante negativas y nefastas, Y estamos recién en la exploración. Esto es lo más suave. Nos oponemos a que siga interviniendo».

Según los defensores, entre las gestiones realizadas estuvo el envío de cartas a la Presidenta Bachelet y a los ministros Secretario General de la Presidencia, Energía y Minería. Presentaron un recurso de protección contra la decisión de COREMA ante la Corte de Apelaciones de Antofagasta. Solicitaron la suspensión de la exploración geotérmica a los ministerios de Energía y Minería, y la revisión de los permisos sectoriales -que necesitaba la empresa para la exploración-, y la suspensión de faenas, a la Ilustre Municipalidad de Calama. Pero nadie se pronunció. Nadie contestó las misivas. La indiferencia se impuso, aunque hoy rasguen vestiduras. Otra misiva dirigida al ministro de Energía pedía reconsiderar la solicitud de suspensión. Tampoco hubo pronunciamiento. EGN fue sancionada en febrero 2009 por la COREMA de Antofagasta por varios incumplimientos. Indígenas y operadores turísticos solicitaron medidas cautelares al embajador Santiago Cantón, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Enviaron, además, una carta al relator de Naciones Unidas James Anaya. En Iquique, personalmente, le entregaron una carpeta con toda la documentación sobre el caso, la que también fue entregada al embajador de Italia.

El ministro de Minería, Santiago González, afirmó a la prensa que «la firma responsable de las obras no ha respondido con celeridad. Hablamos de una de las empresas de mayor envergadura en exploración geotérmica en el mundo. Por lo tanto, no podemos aceptar que a más de una semana, todavía no haya una solución real para controlar la situación». También habló el Intendente de Antofagasta, Cristián Rodríguez: «Hay preocupación por la fumarola. Pedimos informes a la Dirección General de Aguas (DGA), la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), la Corporación Nacional Forestal (CONAF) y el Servicio Nacional de Turismo (SERNATUR). El gobierno regional actuó con rapidez para evitar efectos negativos. Se decidió paralizar las faenas de la empresa y ellos deberán informar sobre qué pasó», dijo. Pero según los indígenas, la empresa no contaba con equipos adecuados para mitigar los efectos de emanaciones, además que no han cumplido con el monitoreo de faenas. «Ha habido una intervención brutal en el lugar, no tan sólo por la descontrolada fumarola, sino por la maquinaria pesada, las instalaciones que han puesto, el ruido ensordecedor que emiten, que ahuyenta a los animales. Es un daño tremendo. Están matando a El Tatio», dice Amelia Mamani.

Recientemente, The Economist dedicó una columna a El Tatio, señalando la preocupación de científicos y ecologistas por la potencial desaparición de este ecosistema tras el proyecto. Según el periódico, las mineras del norte de Chile producen el 35% del cobre del mundo, lo que necesita cada vez más electricidad. Para The Economist, los biólogos tienen interés en El Tatio, pues el calor y la química en los campos con géisers provocan la evolución de «extrañas criaturas». A eso se suma la luz ultravioleta que penetra la delgada atmósfera a grandes altitudes. Esas condiciones pueden, según el científico Philip Bennett, de la Universidad de Texas, asemejarse al ambiente en el que se desarrolló la primera forma de vida en la tierra. «Bennett estudia la fotosíntesis en las bacterias que encontró en los géisers de El Tatio, y cree que si éstos pudiesen arreglárselas en ambientes menos extremos, quizás podrían ayudar a los habitantes de lugares como Bangladesh a evitar envenenamiento por arsénico, haciendo que los filtros de los suelos de los hogares funcionen mejor. (…) Pero no resultará, si estos no desaparecen antes. El asentamiento de la geotérmica matará la vida en El Tatio, aún cuando se devuelva el agua extraída. Eso es porque el taladrado reducirá la presión en los géiseres y las bacterias, las cuales son difíciles de mantener vivas en un laboratorio y viven sólo en áreas de flujos rápidos. Más encima en el lugar más seco del mundo, como lo es el desierto de Atacama, no queda claro si la reinyección provendrá de la costosa extracción de la misma desde las entrañas de la tierra», dice el periódico.

«El daño que se esta haciendo a nuestra naturaleza es provocado por EGN, que depende de ENEL, y que a su vez, fue avalada por el estudio de impacto ambiental que aprobaron varias autoridades, entre ellos el Intendente, Cristian Rodríguez, y la Gobernadora de ese entonces, Sandra Pasten. No es verdad que este proyecto generará más energía para los calameños y que con esto van bajar los costos por consumirla. Mentira. Sólo se quiere conseguir ganancias fáciles y, de paso, asegurar el control del agua. ENEL venderá kw/hora y litros por segundo, negocio redondo a costa de la destrucción de nuestra naturaleza. Los indígenas nunca hemos estado en contra del desarrollo de nuestra región, muy por el contrario, hemos participado de éste, pero nunca hemos vendido nuestra naturaleza y esta no será la ocasión. Sabemos de las conversaciones entre el gobierno, ENEL y las comunidades de Caspana y Toconce, por llevar adelante esta iniciativa, y que ojala nadie los moleste en sus acciones. No nos pidan que nos callemos frente a estas atrocidades. La historia tarde o temprano se contará a las demás generaciones, y los indígenas no debemos estar entre quienes vendieron el territorio. Con mucha pena vemos cómo en este proceso se ha mentido a nuestros propios hermanos de Caspana y Toconce. Estamos cansados de actos irresponsables. Comenzaremos una sistemática campaña de denuncia contra quienes resulten responsables del daño, saqueo y destrucción de nuestro patrimonio», dice Julio Ramos, presidente del Consejo de Pueblos Atacameños.

Las movilizaciones contra la exploración geotérmica se iniciaron a fines de 2006, denunciando precisamente lo que hoy está ocurriendo. El Estado de Chile sigue violando el derecho a preservar un lugar sagrado, un sitio ceremonial, donde los indígenas llevan a cabo sus ceremonias ancestrales y rogativas a la madre tierra y al abuelo que llora. En el Tata Iu la tierra respira, la vida nace. No podemos permitir que la indiferencia se imponga. La ruina de El Tatio es el comienzo del fin de la destrucción de la cosmovisión indígena en dicho territorio.

* Periodista. Redactor de Azkintuwe.

http://www.azkintuwe.org/oct011.htm