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El tío Horacio y la carta sobre Varguitas

Fuentes: Hargentina

Voy a concentrarme en la pieza epistolar que disparó el affair, la famosa primera carta de Horacio González al Presidente de la Cámara del Libro. Todo está en la captación del tono conforme al contexto. ¿Hay intención intimidatoria en las expresiones de Horacio González y los demás intelectuales que sostuvieron una posición crítica parecida a la […]

Voy a concentrarme en la pieza epistolar que disparó el affair, la famosa primera carta de Horacio González al Presidente de la Cámara del Libro.

Todo está en la captación del tono conforme al contexto. ¿Hay intención intimidatoria en las expresiones de Horacio González y los demás intelectuales que sostuvieron una posición crítica parecida a la designación de Vargas Llosa para ser el orador en el discurso inaugural?

Para decir que hubo un intento de veto debería existir la precisa solicitud de prohibición o al menos alguna sugerencia subida de tono que pudiera leerse como presión. Una cosa dar tomar posición pública sobre un hecho que aún producido desde una entidad privada es de repercusión pública y otra es pedirle a una entidad privada que deje de hacer lo que quiera o pretender influir para que cambie su elección amenazando veladamente con el peso de algún poder estatal. Todo intelectual puede y debe pronunciarse sobre los temas que considere de su interés cuando y como lo crea necesario, y eso lo incluye al propio González que por detentar el cargo que detenta no está inhabilitado para dar su opinión. Pero hay una sutil diferencia: si la opinión de González hubiera sido ofrecida públicamente como editorial o documento en los medios y no como carta privada al director de una Fundación, muy diferente hubiera sido la lectura, ya que la forma reservada y personalizada de hacer llegar la opinión permite a sus adversarios políticos introducir alguna verosimilitud para una sospecha de presión aunque ni el tono ni el contenido de la misma así lo indiquen.

Si desde algún cargo del estado con poder de intervención en la materia tratada se escribiera a una entidad privada en privado y el contenido sugirieran que se está metiendo presión para modificar o condicionar una decisión libre de dicha entidad, entonces estaríamos frente a un «apriete» a todas luces abusivo que sería totalmente condenable y repudiable. Pero insisto que ni el tono de la carta ni la supuesta investidura de González como detentador de un cargo público se relaciona con poder de presión estatal alguno. ¿Puede sentirse el Presidente de la Fundación El Libro «apretado» por el pronunciamiento de Director de la Biblioteca? ¿Qué amenaza puede implicar que el que me escribe diga que lo hace también como Director de la Biblioteca Nacional? ¿La Biblioteca Nacional detenta algún poder de policía o de control sobre algo?

Cito el párrafo para mi clave:

«…Lo invito a que reconsidere esta desafortunada invitación que ofende a un gran sector de la cultura argentina y que junto a las respectivas comisiones directivas de la Fundación El Libro determine que la conferencia de Vargas Llosa -que podríamos escuchar con respeto en la disidencia- se realice en el marco de la Feria pero al margen de su inauguración, y que para este evento inaugural, como es costumbre, se designe a un escritor argentino en condiciones de representar las diferentes corrientes artísticas y de ideas que se manifiestan hoy en la sociedad argentina…»

La frase «Lo invito a que reconsidere…» seguido de sugerencias explícitas de cómo hacer las cosas no sonaría del mismo modo hecha por Don Corleone -donde la entenderíamos como una fina ironía para expresar una vulgar orden bajo amenaza de muerte- que si la hace un intelectual que sabemos no maneja mecanismos de presión alguna. Lo que puede ser juzgado es la pertinencia del envío dado que sabe que el autor debería saber que se expone a segundas lecturas y esa invitación a reconsiderar seguida de sugerencias demasiado explícitas se tiñen de un nivel de inaceptable intromisión en las decisiones de una entidad privada de parte de todo un gobierno del cual él de alguna manera representa y podría ser sólo el mensajero.

González se desborda hasta la insolencia y la desubicación al permitirse invitar al Director a que sea un «escritor argentino» el que inaugure la Feria. Diferente hubiera sido si el pronunciamiento se hubiera hecho en forma pública e impersonal de forma que González dejara claro cuál sería su preferencia en la materia pero alejada de todo «pedido». Tampoco es feliz la forma en la que introduce un sesgo de nacionalismo ingenuo a su postura, que no estoy seguro tenga del todo claro.

La carta no me parece amenazante ni apretadora, aunque si desubicada por el grado de intromisión que implica aún desde sus formas amables. Obviamente que la lectura victimizadora es parte del juego político de la derecha que recoge el caramelito ofrecido y decide sacarle todo el jugo, aunque luego trata de desactivarla porque el gesto de la Presidenta da una vuelta de campana a la escena de modo que pasa a recibir un rebote formidable de mejora en su imagen.

Lo lamentable es que todo esto ha servido para desviar quién es Mario Vargas Llosa, desde hace décadas un verdadero cuadro de combate al servicio del poder económico internacional en pugna del retorno del más rancio modelo neoliberal en todo el mundo que suprima cualquier transformación progresista, y además autor de agraviantes ataques al gobierno y al pueblo argentino por igual. No me parece interesante comentar su obvia respuesta aparecida en La Nación y El País donde recita los habituales clisés manipuladores con los que cuenta el liberalismo para presentarse en sociedad como el único garante de la libertad individual, la tolerancia, el progreso y la racionalidad. Un cuento de hadas que se presenta en los sencillos términos de dos mundos posibles: uno que es presentado como un mundo racional, iluminado , libre y feliz gobernado por los grandes empresarios capitalistas que sólo piensan en la expansión del progreso y la felicidad humanas frente un mundo que se presenta como oscuro , autoritario e infeliz, gobernado por los sucios políticos populistas y nacioonalistas que insisten con la nefasta intervención del estado portadora de atraso y miseria.

Lo llamativo es la cantidad de adeptos que este cuento pareciera haber ganado en los últimos días.

http://hargentina.blogspot.com/2011/03/el-tio-horacio-y-la-carta-sobre.html