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Entrevista con Diego Velásquez, investigador del Observatorio de Huelgas Laborales

«El trabajo como antagonismo estructurado». Debates y discusión sobre el trabajo en Chile

Fuentes: Radio La Clave

La discusión sobre el trabajo en Chile lleva meses sobre la mesa. Desde casos de malos tratos en ambientes laborales, hasta el debate sobre la rebaja a cuarenta horas a la semana. Y en medio, aparecen preguntas sobre sindicalismo, el concepto de flexibilización, entre otras. Diego Velásquez, sociólogo e investigador especializado en lo laboral entrega […]

La discusión sobre el trabajo en Chile lleva meses sobre la mesa. Desde casos de malos tratos en ambientes laborales, hasta el debate sobre la rebaja a cuarenta horas a la semana. Y en medio, aparecen preguntas sobre sindicalismo, el concepto de flexibilización, entre otras. Diego Velásquez, sociólogo e investigador especializado en lo laboral entrega algunas luces y despeja el polvo en la conversación.


Al ser consultado por la seguidilla de situaciones que han removido la temática laboral en Chile (discusión por la reducción horaria, caso de maltrato en restaurante La Piccola Italia, entre otras), Diego Velásquez Orellana, sociólogo e investigador del Observatorio de Huelgas Laborales (COES-UAH) y del Centro de Investigación Político y Social del Trabajo (CIPSTRA), decide, muy apegado a su labor de investigador, comenzar por responder la última pregunta de la entrevista: ¿es el conflicto laboral parte intrínseca de la experiencia de trabajo? para que sirva como una especie de «marco teórico».

Trabajo como antagonismo estructurado

Diego dice que «las relacionales laborales son una mezcla entre cooperación y conflicto. Ambos fenómenos están operando de manera conjunta, simultánea, todo el tiempo, pero el conflicto es lo que tiende a primar de manera hegemónica. Pasa que las relaciones laborales se estructuran a partir de una contradicción que, en el fondo, pone en posiciones antagónicas tanto a trabajadores como a empleadores, pero a la vez es una relación dialéctica si se quiere, que tiene ciertas contradicciones en el sentido que los trabajadores necesitan emplearse para generar sus medios de subsistencia, mientras que los empleadores necesitan contratar trabajo para poder desarrollar sus procesos productivos».

«A pesar de que muchas veces los empleadores quisieran contar con menos trabajadores, de todas maneras los necesitan y a pesar de que los trabajadores quisieran formar otras formas de medios de subsistencia, igual necesitan emplearse, esa es la lógica: se estructuran en base de lo que se llama un antagonismo estructurado. Pero existen un montón de mecanismos que generan estas relaciones de cooperación y que tienden a primar todo el tiempo, el más básico es el contrato de trabajo, así que sí, es una parte intrínseca».

Cuenta además, que respecto a la investigación de temáticas laborales, el considerar al conflicto como algo «patológico» dentro de este tipo de relaciones, se relacionado con corrientes «antiguas, en desuso y que desconocen que el conflicto será inherente y no siempre tiene que ser algo negativo en las relaciones laborales, ya que abre la oportunidad para efectuar ciertas mejoras, ajustes, dentro de lo que es el proceso productivo».

#40horas

Es precisamente un ajuste al sistema laboral lo que, desde hace más de dos años, la diputada del Partido Comunista, Camila Vallejo, viene proponiendo: rebajar la jornada laboral en cuanto a su carga horaria, de 45 a 40 horas semanales. Esta medida, los dimes y diretes entre personeros del oficialismo y una contrapropuesta del gobierno se han tomado el debate público las últimas semanas. Mientras Vallejo se mantiene firme respecto de su proyecto, argumentando que el mismo traerá beneficios tanto para la empresa, como para la cotidianeidad del trabajador, el presidente, Sebastián Piñera, incluso acusó de «inconstitucional» la propuesta de la parlamentaria; finalmente, propuso un proyecto de flexibilidad laboral, de 41 horas.

Luego de que el proyecto de la diputada Vallejo recibiese un amplio apoyo tanto por parte de la opinión pública como transversal dentro del espectro político, y según la Encuesta Cadem publicada el 5 de agosto, contase con un 74% de aprobación, este lunes 12, y posterior a una ofensiva comunicacional por parte del oficialismo, el porcentaje decayó en un 4%.

«Cuando pasan estos proyectos de ley tan polémicos siempre se trata de manipular a la opinión pública, ya sea a través de los medios de comunicación, donde sabemos pocos los holdings que manejan muchos medios o las encuestas. La Cadem, en este caso, es poco fiable, porque, en realidad, su metodología es bastante precaria, o sea, me metí a ver cómo son las de esta oleada y son encuestas telefónicas de 707 casos que supuestamente representan a todo el país, entonces no es para nada representativa, ese 4% que se diferencia responde a un margen de error que debe ser gigante. Pero en realidad me parece que la opinión pública se ha manifestado de manera contundente a favor de la propuesta de Camila Vallejo», sentencia Diego al consultarle sobre la variación de dicha encuesta.

Respecto a las eventuales dudas y miedos que pudiesen llevar a las personas a cuestionar la propuesta de las 40 horas, Velásquez expresa que los temores respecto a ella «son bastante pocos» porque «la legislación que se está promoviendo no debiese afectar las remuneraciones directamente. De lo que deberían tener miedo es que estos mecanismos con más flexibilidades (propuesta del oficialismo) finalmente terminen haciéndolos trabajar doce horas al día para tener un día libre: en el fondo, entregar demasiado a los empresarios para tener siempre disponible al trabajador».

Por otro lado, en cuanto a los beneficios expuestos en este proyecto de ley, Diego explica que diversos estudios respaldan el hecho de que, mientras más satisfacción sienta la persona en su trabajo, esto influenciará en que desarrolle sus actividades de manera más eficiente. De igual modo, el sociólogo manifiesta que esta iniciativa mejorará las condiciones de vida del trabajador, permitiéndole «tener más tiempo para compartir con sus hijos, realizar las tareas domésticas, estar más en la casa, descansar, dormir».

«Es una súper buena medida y me parece que el debate ha tendido a centrarse más en cuestiones de productividad y el impacto que pudiese generar. Yo creo que una hora menos de trabajo no debiese afectar tanto ese aspecto, ya que es sólo una hora menos diaria. Se ha tendido a pensar que la relación de las horas de trabajo con la productividad es una relación lineal cuando no es así, sino que es una relación que es decreciente dada una cierta cantidad de horas y así lo han demostrado estudios de décadas anteriores, expresa respecto a la concentración del debate en el aspecto de productividad, agregando que «no creo que esto vaya a afectar fuertemente a la economía, porque si comparamos con otros países del mundo, principalmente con los de la OCDE, con quienes nos encanta compararnos, vemos que Chile es uno de los países que más horas trabaja en el mundo, pero a la vez somos los que tenemos menos productividad: no podemos buscar explotar teniendo a los trabajadores más horas dentro de la empresa para que la productividad vaya a subir».

Violencia laboral

Dos casos de graves maltratos y acoso laboral irrumpieron en la opinión pública durante el primer semestre de este año: en abril, lo ocurrido en la Fábrica de Don Hugo, y a fines de julio, en La Piccola Italia. Ambas situaciones, respaldadas con vídeos, hoy están en manos de la justicia.

Respecto al espiral de violencia de dichos hechos, Velásquez manifiesta que «no creo que sean hechos aislados, son parte inherente de la relación laboral, ¿en qué sentido? pasa que, cuando los empleadores contratan a los trabajadores, su fuerza de trabajo, su energía, para que sea efectuada o desarrollada para una tarea en específico, lo que ellos también tienen que lograr es controlar es que el trabajo que ellos contrataron, sea efectuado, que se haga efectivo, y para ello disponen de distintos mecanismos de control que se han ido desarrollando a lo largo de la historia, ¿ya?».

En este sentido, clarifica que existen múltiples y variados métodos de control que el empleador puede ejercer con el trabajador, como por ejemplo, «el más básico, el control directo y que tiene que ver con el cara a cara, cuando tienes a tu supervisor encima tuyo diciéndote qué es lo que tienes que hacer. Hay otras formas más del tipo panóptico, en el sendero de Focault, como por ejemplo, poner cámaras dentro de las fábricas u otras que involucran mucho más a los trabajadores, [donde] por ejemplo, no se les llama trabajadores, sino colaboradores, les dicen que se pongan la camiseta de la empresa y eso».

«Son distintos mecanismos que han ido evolucionando para que el trabajo que ha sido comprado, se haga, finalmente, efectivo. Pero, en el fondo estas formas de violencias, de maltrato, siempre han existido, pero probablemente esta judicialización ha traído más a la luz este tipo de casos y a la vez el uso de los dispositivos móviles, y su posterior viralización han generado una mayor explosión, donde los trabajadores los han utilizado como mecanismos de resistencia a estas prácticas abusivas».

Judicialización del conflicto

Según la Dirección del Trabajo, las denuncias por acoso laboral y sexual han aumentado un 17% respecto al primer semestre de 2018. Al consultarle a qué se puede atribuir esta subida en las cifras, el sociólogo manifiesta que «esto se le puede atribuir, en cierta medida, a una debilidad estructural que poseen las relaciones colectivas de trabajo, me refiero principalmente a las que son canalizadas por sindicato. En Chile el diagnóstico está dado hace mucho tiempo: hay una crisis dentro del sindicalismo nacional, está debilitado, fragmentado, alojado a un nivel de empresa y que tiene muy poca fuerza respecto a la parte empleadora, por lo tanto, se encuentra en una situación de debilidad. Los trabajadores y sus organizaciones están buscando otros mecanismos para canalizar los conflictos, para destrabarlos, para proteger los derechos de los trabajadores. Por ejemplo, Francisca Gutiérrez de la UAH ha estudiado lo que se llama la «judicialización del conflicto laboral», y lo que ella está observando es que llevar a la justicia los conflictos laborales son una de las estrategias que está desarrollando el sindicato para contrarrestar el poder empleador o este tipo de abusos».

«Lo interesante es que la judicialización del conflicto no viene a contrarrestar otra forma de expresión del conflicto, porque como hemos mostrado en los informes del Observatorio de Huelgas Laborales, desde el 2006, aproximadamente hasta el 2017, hemos visto que ha habido un incremento fuerte o un ciclo creciente de huelgas y extra legales en particular que son aquellas que se realizan por fuera de los mecanismos de negociación colectiva reglada», enfatiza.

-¿Por qué investigar temáticas laborales? ¿y geografía laboral?

Entiendo que el trabajo, a pesar de que sigue siendo un mecanismo, es una actividad articuladora de relaciones sociales a toda escala, por así decirlo. Imagina cuántas horas de nuestras vidas estamos trabajando, es un tema súper central en nuestro cotidiano vivir, pero ¿por qué geografía laboral? para entender que las relaciones laborales no se dan solamente en abstracto, sino que mi idea es llevarlo a cuestiones más concretas y cómo esta relación laboral está relacionada con un espacio específico. No es lo mismo entender las relaciones laborales que se dan en minería, al medio del desierto extrayendo cobre, a las que se pueden producir en la salmonicultura en las costas o mares interiores de Chiloé: son distintas condiciones laborales y eso, sin duda, afecta las relaciones laborales, como también estas afectan el espacio donde está produciéndose el trabajo.

-¿Qué literatura recomendarías sobre este tema?

Trabajadores y trabajadoras procesos y acción sindical en el neoliberalismo chileno 1979 – 2017, compilado por José Ponce, Camilo Santibáñez y Julio Pinto, participamos muchos investigadores, [con] el Observatorio de Huelgas laborales tenemos un artículo ahí, es variado y sirve para contextualizar las relaciones laborales chilenas.

https://radiolaclave.cl/entrevista/diego-velasquez-investigador-del-observatorio-de-huelgas-laborales-las-relacionales-laborales-son-una-mezcla-entre-cooperacion-y-conflicto/