Hasta ahora los no inscritos en los registros electorales siguen a la cabeza. 3.855.725 en edad de votar no se han inscrito, es la cifra que se manejaba. El director del Servicio Electoral informa que son 4 millones. Los votos nulos bajaron un 0.7% y los blancos un 1.2% de 2004 a 2008, repitiéndose la […]
Hasta ahora los no inscritos en los registros electorales siguen a la cabeza.
3.855.725 en edad de votar no se han inscrito, es la cifra que se manejaba.
El director del Servicio Electoral informa que son 4 millones.
Los votos nulos bajaron un 0.7% y los blancos un 1.2% de 2004 a 2008, repitiéndose la cifra del año 2000. Los nulos fueron 384.364 y los blancos 179.092, total: 563.456
El voto blanco no quiere, no sabe o no puede optar, el voto nulo es una decisión de criticar, siendo los menos un error de marcación.
Las abstenciones alcanzaron 1.507.526 y en la anterior llegaron a 1.465.851, lo que representa una diferencia de más de 50 mil votos, por lo que posiblemente algunos de ellos provengan de los nulos y blancos, pero la disminución de estos últimos habrá que verla como la decisión del voto castigo, que muy probablemente se haya orientado a la oposición. Se trata de gente que vota haciendo opciones críticas. De los abstencionistas, menos de medio millón se han justificado, tal vez asustados por las «sanciones» legales, pero más de un millón no se preocupa de dar explicaciones.
Si se suman los blancos y nulos con la abstención, dan la nada despreciable cifra de 2.070.982 de voluntades, que sumadas a los 4 millones de no inscritos arrojan la cantidad impresionante de 6 millones de personas que no están por las elecciones o al menos por esos partidos y candidatos.
Si los votantes del domingo 26 fueron 6.602.702 y se les resta los blancos y nulos (563.456), que hemos sumado con los abstencionistas y no inscritos, vemos que hay un empate entre los que sostienen el sistema y los que no.
La configuración etarea del padrón ha cambiado dramáticamente en los últimos años. Tal es así que hace 15 años el 52% del padrón electoral eran personas menores de 40 años y hoy sólo un 27% lo es. Por el contrario si en 1993 el 46% estaba en el grupo etareo de mayores de 40 años hoy ese mismo grupo representa un 73%, en otras palabras hay un envejecimiento permanente del grupo de chilenos que toma las decisiones políticas en nombre de toda la población.
También está el problema de la legitimidad, ya que la mitad de los chilenos toman las decisiones institucionales en nombre de la otra mitad que no lo hace.
Esos son los resultados reales. Veamos ahora los resultados institucionales:
Copiando a Berlusconi, líder de la midia en Italia, varios candidatos ligados al mundo noticioso, deportivo o de la farándula juntaron votos para diferentes partidos, entre ellos el modelo Patricio Lagunas que alcanzó la primera mayoría de concejales en la comuna de Estación Central representando a la UDI. En Florida ganó un conocido actor del PS y en Punta Arenas un locutor. «ser conocida ayuda en las elecciones » declaró la periodista Cecilia Serrano, ex mujer ancla de «24 horas» y candidata a concejal que ganó por la DC en Las Condes.
En los barrios de ricos ganaron obviamente los partidos de derecha y en los barrios pobres la UDI y Renovación Nacional avanzaron sorprendiendo con la victoria en varios lugares emblemáticos de la izquierda. Si en 2004 la UDI tenía 18,81% y RN 15,09%, ahora el gremialismo bajó a 15,13%, mientras que sus socios de pacto terminaron con 16,11%.
La victoria de la comunista Claudina Núñez en Pedro Aguirre Cerda quedará como espina en la garganta del otro comunista de la comuna de Estación Central, que aseguraba que tenía mayoría de votos, Hugo Gutiérrez, quien perdió por el mismo motivo que el alcalde de Valparaíso, Aldo Cornejo, es decir, no hubo acuerdo entre la DC y el PC de quien se bajaba donde, ya que los votos PC de Valparaíso alcanzaban para que Cornejo reeditara el mandato y los votos DC de Estación Central lo mismo para Gutiérrez. Ganador salió el PC, que podrá negociar en adelante los votos de esas dos comunas. Recordamos que el gobierno Bachelet ayudó tremendamente al candidato PC de Valparaíso, presidente de la confederación de pequeñas y medianas industrias, Iván Vuskovic, otorgando una cuantiosa suma de dinero en apoyo a su organización debido a la crisis económica.
El gran perdedor de este proceso electoral fue la DC, en medio de las presiones de la derecha y de la izquierda, disminuyendo su porciento de negociación en la misma medida que perdió cientos de miles de votantes, algunos para las filas de los colorines de Zaldívar, que no vacilan en declarar que podrán ir junto al PC para quebrar el binominalismo.
Los partidos de derecha cantan victoria por el éxito en varias comunas emblemáticas y capitales de regiones, como Temuco, Santiago y Valparaíso, además de Tirua, región mapuche donde Millabur perdió electorado por sus negociaciones conciliadoras con el estado.
La familia Girardi del PPD perdió en su principal reducto, la popular comuna de Cerro Navia para RN, mientras en Conchalí el PPD Sotolicchio perdió para el mismo partido.
Sin duda que el Transantiago jugó en contra de los partidos de gobierno junto a las alzas y fallas en la educación, salud y seguridad ciudadana, cuestión esta última que llega mucho a los mayores de 40 años que definieron la balanza. Pero esto fue contrarrestado en La Florida por el apoyo del PC al candidato socialista. Así y todo, ello jugó fuertemente en la comuna de Santiago, donde Ravinet pagó los platos rotos y Ricardo Israel, salido de la DC, le quitó casi un 10% de la votación.
En Valparaíso el PC bajó su votación, el principal candidato a concejal saca más porcentaje electoral que el candidato a alcalde, y en el país cayó del 9.17% del 2004 al 9.07% el domingo, pero eso no parece importarle, puesto que hoy día se encuentra en condiciones de negociar con la concertación para las elecciones parlamentarias del próximo año. Está claro que un sector de su electorado no aprueba la alianza con el gobierno.
El Partido Radical tuvo una buena votación elevando su potencial del 4.6% al 6.74% y varios descolgados socialistas ganaron curules en el sur apoyados por el senador Alejandro Navarro.
Como conclusión tenemos que habrá varias reformulaciones al interior del pacto de la Concertación y aún de la propia Alianza por Chile, en especial sabiendo todos ellos que el voto de la gerontocracia es el que decide institucionalmente, es decir, el voto de los mayores de 40 años, a diferencia de años anteriores en que el voto femenino se inclinaba a unos u otros, en especial a la derecha. Soledad Alvear debe enfrentar ahora la crisis de la DC, el PPD tendrá que encarar la crítica del resto de la Concertación, pero tendrá el apoyo del PR que creció gracias al distanciamiento de la DC y del PS. Este último partido perdió ni más ni menos que 16 comunas y cargan todas las culpas en la «desunión», en tanto Navarro, del mismo PS, canta victoria por el éxito de los descolgados, algunos de los cuales formaron el MAS.
De esa manera la Alianza tiene una UDI consolidada frente al candidato Piñera, la Concertación debe resentir la baja general, aunque haya mantenido la supremacía en las concejalías y el PC se erige como visagra para enfrentar a la derecha. No por otro motivo Bachelet invitó a Tellier y Núñez a levantar los brazos en La Moneda después de las elecciones.
A nivel popular la convocatoria a la asamblea popular efectuada por el MAP y el Frente reunió apenas 174 personas y las discusiones se centraron en un manifiesto unitario. El llamado a protestar el 23 de octubre no tuvo mayor eco. Los candidatos alternativos no consiguieron una votación expresiva, ni siquiera Santos Román de Tocopilla, quien perdió credibilidad ante los ojos de la población por aliarse a los partidos del Juntos Podemos. En Valparaíso la candidatura alternativa de Jaime Yovanovic se retiró a tiempo por falta de condiciones, entre ellas la ofensiva de la DC, que se alió al PC para sacarlo de la presidencia de la Junta de Vecinos y la acción del notario, jubilado de la Armada, que impidió que mucha gente firmara la propuesta.
Tal vez sea la hora de un balance abierto de las organizaciones sociales, independientemente de su participación electoral y de su orientación ideológica, para estudiar formas de darle sentido organizativo y movimientista a esos seis millones de chilenos, haciendo abstracción de la lucha por el poder, ya que esa ha sido una de las fallas con que se ha topado en general, pues la gente no quiere oír propuestas políticas, sino soluciones inmediatas y nuevas formas de reorganizar la sociedad.
Posiblemente sea la hora de conversar sobre las posibilidades de organización alternativa en los barrios, la autogestión y los municipios autónomos.
Para ello estamos efectuando un taller de debate y elaboración propositiva para lo que nos estamos reuniendo en el TallerSol, Compañía 2131, Plaza Brasil, a las 15.00h. de los días martes.