Elena Varela, documentalista, fue detenida el 7 de mayo y formalizada por «asociación ilícita par delinquir y de dos robos con violencia». Acusación respaldada, según el fiscal, en una declaración secreta de un testigo también secreto. Durante las primeras 48 horas sufrió apremios ilegítimos como privación de sueño y alimentos. Elena Varela se encontraba realizando […]
Elena Varela, documentalista, fue detenida el 7 de mayo y formalizada por «asociación ilícita par delinquir y de dos robos con violencia». Acusación respaldada, según el fiscal, en una declaración secreta de un testigo también secreto. Durante las primeras 48 horas sufrió apremios ilegítimos como privación de sueño y alimentos. Elena Varela se encontraba realizando un documental llamado Newen Mapuche sobre el conflicto mapuche con las empresas forestales financiado con fondos concursables otorgados por el Fondo Audiovisual.
Es el tercer caso de detención en los últimos meses de documentalistas que registran el conflicto declarado entre las empresas forestales que producen una intensa agresión ambiental en Arauco y Malleco y los mapuches que defienden su derecho a vivir dignamente en sus territorios ancestrales. Dos periodistas franceses, Christopher Cyril Harrison y Joffrey Paul Rossj, fueron detenidos en marzo en Collipulli. En mayo fueron detenidos Giuseppe Gabriele y Dario Ioseffi, documentalistas italianos. Acaban de ser expulsados de Chile por el Ministerio del Interior.
El material de cámara del documental «Newen Mapuche» fue incautado por la Policía. También cintas pertenecientes a otro documental en etapa de investigación: «Sueños del Comandante» que contenían testimonios de los afectados por las matanzas y represión de la dictadura en el año 73 y luego en los 80 en Neltume. El fiscal ha declarado, con total desparpajo en dos entrevistas [1], que la policía está revisando e investigando las cintas y filmaciones en busca de «delitos», a pesar de que en ninguna parte del proceso se vinculan los documentales con las supuestas imputaciones a Elena.
La Plataforma Audiovisual de Chile, después de numerosas gestiones, ha conseguido tan sólo que la Ministra de Cultura «exhorte al fiscal la devolución del material documental». El Ministerio del Interior se declara absolutamente inocente y se desentiende del caso.
La documentalista Elena Varela está presa, y se han violado sus derechos ciudadanos más elementales, por pensar distinto al gobierno de Chile y querer expresar audiovisualmente su pensamiento. Es aberrante y vergonzoso para un país, que tiene en su alta memoria, a numerosos cineastas y periodistas que dieron su vida, durante la dictadura, defendiendo estos derechos esenciales.
Elena Varela documentalista, es una presa política del Estado de Chile.
Ante la magnitud de las violaciones, ha reaccionado la sociedad progresista creando una Plataforma Ciudadana por la Libertad de Expresión y Creación que ha realizado diversas intervenciones públicas de protesta.
La Plataforma Audiovisual de Chile, a través de un grupo de cineastas, presentó un recurso de amparo por Elena Varela, que fue rechazado por votación dividida en la Corte de Apelaciones de Rancagua. Se alega en estos días en la Corte Suprema. También presentará en conjunto con la Plataforma Ciudadana por la Libertad de Expresión y Creación, Reporteros Sin Fronteras y numerosas organizaciones, cineastas, artistas e intelectuales, una medida cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos solicitando la libertad para Elena Varela y la restitución inmediata de sus materiales.
Debemos denunciar ante la comunidad nacional e internacional la demonización de los indígenas mapuche cuando se enfrentan, en defensa de sus derechos, a las políticas del Estado de Chile. Denunciar la detención y los apremios ilegítimos a que fue sometida Elena Varela como un intento de amedrentar a los documentalistas que representan al mundo mapuche. Denunciar la incautación y revisión policial de los registros documentales de «Newen Mapu Che» y «Sueños del Comandante» como una grave violación a la libertad de expresión, al derecho de autor y al secreto profesional que ampara a las fuentes de un trabajo informativo. Denunciar el atropello brutal del deber ético del documentalista de proteger los testimonios de sus protagonistas, donde se atenta incluso, en las cintas relacionadas con los crímenes de la dictadura en Neltume, contra la privacidad intrínseca asociada al delicado proceso de registro de la memoria histórica. Es en suma una violación aberrante que socava las bases mismas del ejercicio documental.
Debemos exigir la libertad inmediata de Elena Varela, la presunción de inocencia y un juicio transparente y justo. Exigir también la continuidad de los documentales «Newen Mapuche» y «Sueños del Comandante» y el respeto al derecho de autor para todo el proceso de creación. Y por último la devolución de todo el registro documental, archivos y documentos incautados y la prohibición absoluta de que sean manipulados, violados en su privacidad y usados como material de investigación o prueba policial.
Es imprescindible un pronunciamiento formal y público de parte del Gobierno de Chile que incluya la defensa integral del trabajo periodístico y documental, de los derechos de autor involucrados, de la protección de fuentes informativas y de la privacidad de los materiales audiovisuales registrados durante su realización; que garantice la libertad de expresión y creación propia de las sociedades democráticas y no una, coartada y mutilada, por controles policiales heredados de la dictadura militar.
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[1] Fuente : The Clinic y El Rancagüino
Francisco Gedda ( Documentalista, Académico del Instituto de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile)