En la vereda Dos Bocas del municipio del Carmen de Chucurí – Santander fue denunciado un nuevo afloramiento, al parecer crudo y gas, que está generando graves consecuencias ambientales para las comunidades que habitan la región. El paisaje es totalmente desolador, una gran mancha pegajosa, oscura, con olor a petróleo, se esparce lentamente, acercándose al […]
En la vereda Dos Bocas del municipio del Carmen de Chucurí – Santander fue denunciado un nuevo afloramiento, al parecer crudo y gas, que está generando graves consecuencias ambientales para las comunidades que habitan la región. El paisaje es totalmente desolador, una gran mancha pegajosa, oscura, con olor a petróleo, se esparce lentamente, acercándose al Río Cascajales. A su paso afecta toda forma de vida.
El lugar de los hechos está ubicado a 25 minutos del Corregimiento de Yarima; por la vía que conduce al Casco urbano del Carmen de Chucurí. El afloramiento se avista a 300 metros aproximadamente de la vía principal y a pocos metros del río Cascajales; muy cerca se encuentran varios pozos de petróleo «Campo San Luis» que fueron explotados por décadas pero se desconoce si fueron cerrados conforme los protocolos técnicos de sellamiento.
Hasta el momento han detectado dos afloramientos, aunque es posible que existan otros. La situación más grave se presenta dentro de un pastizal. Desde la distancia se percibe el fuerte olor a gas y petróleo y al acercarse se detectan varias hectáreas ya afectadas. A simple vista se advierte que fluye un líquido espeso color oscuro. Permanentemente se observan burbujas que brotan del subsuelo. A diferencia de lo ocurrido en el «Pozo 158 Lizama», el fenómeno que ocurre en Dos Bocas es paulatino y progresivo.
Desde hace años el propietario del predio ha informado a Ecopetrol sin que haya existido interés por investigar las causas de la contaminación. Manifiestan los habitantes que hace cinco años se realizaron trabajos de sísmica que originó el aumento del vertimiento de fluidos. Hasta el momento es reiterativo la muerte de ganado, o bien porque quedan atascados en el espeso líquido o por el consumo de pasto contaminado. También han muerto diversas especies de animales silvestres.
Cuando el Equipo Jurídico Pueblos visitaba el lugar del desastre, varios funcionarios de Ecopetrol también inspeccionaban el afloramiento. Un ingeniero de petróleos manifestó que se trataba de manaderos naturales de crudo, en igual sentido altos funcionarios de la estatal petrolera han expresado ante medios de comunicación que se trata de rezumaderos. Sin embargo, el profesor Oscar Vanegas realizó estudio de muestras con equipos de la Universidad Industrial de Santander concluyendo que son coincidentes con el crudo del pozo petrolero «San Luis 4» ubicado relativamente cerca de la boca del afloramiento.
Todo parece indicar -desde ya- que las entidades del Estado, como Ecopetrol, la Agencia Nacional de Hidrocarburos, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales -ANLA-, Ministerio de Ambiente, entre otras, acudirán al engaño para evadir su responsabilidad en esta nueva tragedia. Este nuevo hecho se suma a lo ocurrido desde el 2 de marzo hasta el 1 de abril de 2018 en Lizama; donde fueron vertidos más de 550 barriles de crudo a quebradas y ríos de Santander afectando a miles de familias que dependen de la pesca.
Todo lo anterior genera mayor preocupación cuando se tiene conocimiento de que el ANLA inició evaluación de licencia ambiental piloto de Ecopetrol. Se sabe que el pasado 23 de marzo, se dio vía libre al inicio del trámite administrativo de evaluación de licencia ambiental para desarrollar actividades de exploración de hidrocarburos en yacimientos convencionales y no convencionales en el proyecto denominado «Área de perforación exploratoria Guane-A» localizado en los municipios de Barrancabermeja y Puerto Wilches.
Con evidencia suficiente, casi hasta la saciedad está demostrado que la política extractivista aplicada por las élites colombianas serviles al capital trasnacional afecta sustancialmente toda forma de vida. Este nuevo caso no puede permanecer en la impunidad, los responsables deben ser suspendidos de sus cargos inmediatamente, mientras existen resultados en las investigaciones penales, disciplinarias y administrativas. En este momento se requiere una intervención inmediata y eficaz para evitar que la mancha de crudo llegue al Río Cascajales. Está en juego la preservación de los bienes naturales y por tanto la existencia de la vida en el Planeta, son las políticas oficiales obedientes a los intereses de las grandes empresas que imponen sus condiciones sin importar las consecuencias socio-ambientales.