Como un gran aporte a la conciencia colectiva de Colombia, la página Web del Partido Comunista de Colombia acaba de publicar los documentos más sobresalientes de su XV Congreso realizado al finalizar 1988 (1). Este valioso archivo histórico que estaba en mora de darse a conocer masivamente, es un intento serio, claro y provechoso para […]
Como un gran aporte a la conciencia colectiva de Colombia, la página Web del Partido Comunista de Colombia acaba de publicar los documentos más sobresalientes de su XV Congreso realizado al finalizar 1988 (1).
Este valioso archivo histórico que estaba en mora de darse a conocer masivamente, es un intento serio, claro y provechoso para encontrar las raíces del artificial y fabricado extravío en el que paulatinamente el Poder dominante y hegemónico en Colombia, fue metiendo a todos los comunistas con la famosa monserga ultramontana o Goda de que «la letra con sangre entra y la labor con dolor». Cualquier recomendación a historiadores objetivos, o a los comunistas interesados en la claridad conceptual e ideológica del la lucha del pueblo trabajador colombiano, para que lo lean concienzudamente o lo estudien, es redundante. Basta con leerlo a la luz de los hechos actuales (visionariamente pronosticados ya en 1988) para encontrarle su vigencia e importancia presentes.
Es un documento donde se ve el desagarro y el desasosiego que producen en la conciencia de los comunistas colombianos dos circunstancias protuberante en esas fechas: Una, la «Guerra Sucia de exterminio selectivo» que como forma especifica dominación de clase viene adelantando desde hace décadas, el militarismo oligárquico e imperialista en nuestro país y otra, la profunda crisis que se vive en ese momento en la Unión Soviética y cuyo final imprevisible pero posible, terminaría en el derrumbe del estalinismo en Rusia y Europa Oriental.
Hay muchos temas palpitantes y vivos que se pueden leer en estos legajos de historia. Pero lo que más llama la atención por su fuerza, actualidad y vigencia, además de los señalamientos sobre los posibles desarrollos progresistas y unitarios en la Patria Grande latinoamericana, es el análisis extenso de la coyuntura social política y moral que vive la sociedad colombiana en ese noviembre de 1988 y sobre todo, la discusión planteada sobre la «Solución Política al conflicto armado interno» como parte de una concepción táctica y estratégica de la «paz democrática para Colombia» y su relación directa con el planteamiento marxista ( asimilado profundamente en décadas de lucha por el pueblo colombiano) acerca de la «combinación de todas las formas de lucha de Masas»; el cual una vez retorcido y vaciado de su contenido «de masas» por los ideólogos del militarismo oligárquico (por ejemplo en los libros del sociólogo Pizarro) fue utilizado como ariete o punta de lanza ideológica y justificación para producir el exterminio selectivo o genocidio popular en Colombia que hoy presenciamos, y como escribe Wikipedia en su reseña sobre al historia del Partido comunista colombiano:
… La caída del socialismo real y el genocidio contra la UP (que representó la práctica eliminación física de los regionales comunistas de Urabá, Sucre, Cesar, Guaviare y Meta), sume al PCC en una aguda crisis representada por el marcado descenso de la militancia y la pérdida de la anterior influencia sindical y de masas. El XVI Congreso Extraordinario de 1991 cambia el nombre de la organización por el de Partido Comunista Colombiano a petición de Gilberto Vieira White, quien a su vez abandona la secretaría general que es asumida por Álvaro Vásquez del Real; al tiempo, el XVI Congreso hace visible la crisis orgánica del Partido ante la salida de importantes cuadros de la organización hacia la socialdemocracia y el liberalismo y la pérdida de casi toda la militancia de la Juventud Comunista. En 1993 se perpetra el crimen del secretario nacional de organización, Miller Chacón, y al año siguiente es asesinado el por ese entonces secretario general, Manuel Cepeda Vargas, último senador de la UP. Con la pérdida de la curul del concejal comunista de Bogotá, Mario Upegui, en 1998, la UP pierde la personería jurídica y prácticamente deja de existir»….
En todo el cuadernillo no se habla de «negociaciones, ni de salidas negociadas». Se habla de «Salida Política al conflicto armado interno», y se proponen «Planes de Paz» para una superación democrática de la crisis permanente en la que está sumida la sociedad colombiana. Incluso en la página 10, se enumeran cuatro pasos para conseguirlo, los cuales me permito trascribir:
… «En nuestro criterio un efectivo plan de paz debe tener en cuenta:
1- Que en Colombia hay un conflicto interno que se origina en procesos políticos y sociales con un fondo de violencia inducido por la fracción más regresiva de la oligarquía, que pretenden ahogar las demandas populares por la vía terrorista del trato represivo a todas las luchas sociales.
2- Que los hechos evidencian que este conflicto no tiene solución militar y que toda intención de lograrlo no ha conseguido más que agudizar la confrontación y extender la lucha armada.
3- Que la única salida racional y civilizada es el diálogo del gobierno con los alzados en armas para lograr una solución política que exige una nueva mentalidad de parte de los dirigentes del sistema y de los altos mandos militares así como una depuración de las Fuerzas Armadas de elementos terroristas que aplican al doctrina de la «seguridad nacional» a la estrategia del Pentágono norteamericano a los conflictos de baja intensidad.
4- Que mientras se abre el dialogo del gobierno y los alzados en armas es urgente humanizar el conflicto armado en defensa del derecho a la vida y de los intereses de la población civil, aplicando el Derecho Internacional Humanitario como lo propone el expresidentes López Michelsen….»
Así pues que una vez hallada la raíz conceptual del extravío confundida entre tanto lodo y sangre, más que deseable es posible encontrar en la consigna de la «Solución Política al histórico conflicto social armado de Colombia» (concebida y aprobada por todos los comunistas colombianos legales e ilegales), ese punto amplio y unitario o de confluencia Popular como ha sucedido en el encuentro popular por la Paz realizado este agosto en Barrancabermeja, para profundizar la movilización popular que obligue a la Oligarquía militarista con sus asesores extranjeros, a darle una salida democrática civilizada y diplomática a la tragedia colombiana, demostrando una vez más que si es posible aprender de las lecciones de la Historia para avanzar hacia la Paz, la Democracia y el Socialismo.
1) QUÉ POLITICA PLANTEÓ EL XV CONGRESO DEL PARTIDO COMUNISTA COLOMBIANO. http://www.pacocol.org/index.php?option=com_content&task=view&id=10285
Fuente: http://www.argenpress.info/2011/09/colombia-en-busca-del-tiempo-matado.html