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En Cali, el senador senador Jorge Iván Ospina en huelga de hambre para denunciar guerra sucia

Fuentes: Rebelión

De los enemigos políticos nada bueno se puede esperar. Peor si es la Derecha quien acecha y agrede, pues no se ahorra recurso para destruir a su adversario. Hay que ver el arsenal de artimañas que utiliza el uribismo parapolítico para hacer prevalecer sus propósitos. El plebiscito por la paz lo demostró con creces. Se […]

De los enemigos políticos nada bueno se puede esperar. Peor si es la Derecha quien acecha y agrede, pues no se ahorra recurso para destruir a su adversario. Hay que ver el arsenal de artimañas que utiliza el uribismo parapolítico para hacer prevalecer sus propósitos. El plebiscito por la paz lo demostró con creces. Se acudió a todo tipo de mentiras y de bajezas para distorsionar los acuerdos de paz y de esa manera derrotar los consensos logrados en La Habana, en un caso insólito y sin antecedentes en la historia del mundo y de la humanidad. El pueblo de Colombia le dijo «No» a la paz en octubre del 2016 por cuenta de la acción rastrera y falaz del caudillo del Ubérrimo. La sociedad global aun no sale del asombro al ver que la masa se manipuló y enveneno para decirle «Si» a la guerra.

A la derecha el método le quedo gustando y lo sostiene a fondo, tal como se registra en la campaña electoral en curso para escoger autoridades locales.

En Cali, las elites mas retardatarias y crematísticas, han orquestado, desde el Periódico El País, de una recalcitrante tradición oscurantista y señorial, una letal campaña contra el candidato del Partido Verde, el exalcalde y senador Jorge Iván Ospina, quien goza de amplias preferencias ciudadanas, cosa que no ocurre con Ortiz (un chancero tolimense con ínfulas de mecenas entre las mujeres humildes caleñas) ni con Eder, una ficha de la oligarquía cañera comprometida en el despojo de miles de hectáreas de campesinos víctimas de la violencia en el Meta y el Guaviare.

Ospina recibe a diario todos los ataques de la ocurrencia venenosa «lloredista», ultraconservadora y uribista (los dueños de El Pais) que al tiempo aplaude y promueve la amenaza de las «Águilas Negras», telaraña de funcionarios y exfuncionarios públicos (Afirma Petro, con razón), responsable y autora del exterminio de decenas de líderes sociales del Cauca, Nariño, Valle del Cauca y del Eje Cafetero.

Las Águilas Negras han enviado varios panfletos a Ospina para decretarle su muerte física y las amenazas telefónicas se convirtieron en rutina mortificante que poco interés ha tenido en la Fiscalía y los cuerpos policiales/militares.

La cosa no para ahí. Los adversarios de Ospina se han dado a la tarea de hacer montajes con vallas y carteles, para sugerir que Ospina es el candidato de Marques y Santrich de las Farc.

No contentos con eso, han desatado una campaña de titulares en el periódico de marras para insinuar encartes judiciales de Ospina, los cuales no tienen sustento alguno, pues se trata de presiones de los poderes tradicionales caleños para manipular el aparato judicial en función de sus planes politiqueros que pretenden el secuestro de la administración de Cali.

Juego sucio se llama eso.

Ospina no tiene garantías democráticas para seguir en su campaña y esa la razón para entrar desde ayer en huelga de hambre, en la emblemática Plaza Varela de la capital del Valle del Cauca.

Apoyamos a Ospina en su heroica batalla. Los enemigos de Cali no prevalecerán.

Nota. Curioso, un senador supuestamente de «izquierda» (A. López) con ínfulas de pastor y rebaño a bordo, está llamando a votar en blanco en las elecciones caleñas del 27 de octubre. Eficaz manera de hacerle el favorcito a la ultraderecha. Solo le falta que anuncie que el domingo de las votaciones se ira a conseguir culebras en los Farallones.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.