Los chilenos, con excepción de los partidarios del gobierno, fueron invitados a participar en unas primarias legales administradas por el estado y la asistencia superó lo que esperaban los expertos. La derecha del golpismo tuvo un éxito que le permite esperar un triunfo en la presidencial del noviembre próximo. La nueva derecha reformista no participó […]
Los chilenos, con excepción de los partidarios del gobierno, fueron invitados a participar en unas primarias legales administradas por el estado y la asistencia superó lo que esperaban los expertos.
La derecha del golpismo tuvo un éxito que le permite esperar un triunfo en la presidencial del noviembre próximo.
La nueva derecha reformista no participó porque su sector democristiano decidió llevar candidato propio en oposición a sus aliados llamados de izquierda.
El mal resultado fue para una agrupación reciente también de línea reformista pero más exigente. Ellos esperaban una votación de los abstencionistas jóvenes que no se produjo, suponiendo que se reencantarían con su surgimiento y propuestas.
En Chile hay socialistas pero su peso electoral es nulo. Una parte de ellos se integró a ese nuevo frente logrando abrir en parte temas para un proceso socialista. Pero perdieron ante sus socios que impusieron en las urnas su candidata a la presidencia.
Su responsabilidad es no haber asumido los problemas sin solución del capitalismo mundial para crear una propuesta nueva, socialista, sostenible, solidaria, planificada, de futuro local y global.
Se sigue utilizando el lenguaje y los conceptos que en otra época comunicaban políticamente aunque ya no funcionan, se limita el discurso dentro de la realidad capitalista, se teme ir contra la adhesión de la mayoría al consumismo…
La época del capitalismo está en camino al colapso: cambio climático, agotamiento de recursos minerales y energéticos, escasez de agua, extinción de especies, envejecimiento de la población, mercados saturados de valores sin respaldo en la economía real, dólar de valor intrínseco cero, necesidad de crecimiento exponencial insostenible, exceso de productores para una masa de compradores empobrecidos, pasos en una pugna de bloques que llevan a una guerra mundial nuclear…
¿Qué se ofrece en este cuadro objetivo como forma de supervivencia y desarrollo humano? Nada.
Las consignas giran en torno a levantar lo que la gente quiere del poder, educación gratuita, mejores sueldos y pensiones, medicina… Todo financiado a través del juego de empresarios que se aceptan implícitamente como poderes que determinan el uso de los recursos naturales y la fuerza de trabajo. El manejo y propiedad de la economía.
La palabra socialismo, imperialismo, están perdidas a nivel mundial. Hay oligarcas rusos y chinos… militares vietnamitas en maniobras de guerra con el ejército estadounidense… excompañeros de Allende enriquecidos… Sin embargo eso no elimina la responsabilidad de los socialistas chilenos de iniciar un movimiento unitario para elaborar un programa base, ensayar formas orgánicas de partido, esperar en actividad para ser fuerza de poder en los años dramáticos del proceso de colapso de esta civilización.
Hay que atreverse a decir lo que se debe por sobre el rechazo o la indiferencia actual; a dar una batalla de ideas revolucionarias que tomará tiempo; a aceptar que no existe la posibilidad de poder cercano en el tiempo.
Caras nuevas del progresismo chileno no cambian la estructura del país oligárquico.
El socialismo que pudo ser una opción ética o intelectual hoy es una obligación del futuro… el proyecto de las oligarquías es un fascismo sustentable, explotador, clasista, genocida.
Por un Movimiento para una nueva civilización solidaria de socialismo sustentable.
No al progresismo de izquierda.
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