Amante de los genios del cine transgresor y de autor, Rainer Werner Fassbinder y Pier Paolo Pasolini, y admiradora de las actrices Hanna Shigulla y Silvana Mangano; la chilena Beatriz Maldonado es una directora de producciones independientes que a pura voluntad ha logrado mostrar sus obras en el país, Francia, Italia y Argentina. De este […]
Amante de los genios del cine transgresor y de autor, Rainer Werner Fassbinder y Pier Paolo Pasolini, y admiradora de las actrices Hanna Shigulla y Silvana Mangano; la chilena Beatriz Maldonado es una directora de producciones independientes que a pura voluntad ha logrado mostrar sus obras en el país, Francia, Italia y Argentina.
De este modo ve su trabajo.
-¿Por qué abordar temas que en Chile son invisibilizados y cuando no, puestos en ridículo?
«Creo que en Chile hay un gran público homosexual que necesita ver películas que lo incluya y en las cuales se sienta representado. Además, es importante mostrar un punto de vista más humano e íntimo del tema para intentar lograr que nuestra sociedad algo los incluya, sin tantos temores ni rechazos. Para eso es relevante que se hablen estas temáticas y no sean vistas como algo funesto, algo ajeno, algo extraño.»
-¿Podrías explayarte en los objetivos y contenidos de tus cortos?
«El contenido que incluyo son las minorías, homosexuales, prostitutas, lesbianas, pobreza y enfermedad. Y el objetivo de mis films es intentar sensibilizar la visión oscura y peyorativa que se tiene de estos temas, tratando de inmiscuirme en la profundidad de lo que estoy intentando contar, pues no hay que olvidar que finalmente somos una sola humanidad que debe convivir en estos días con los seres más distintos y tratar de aceptarlos para poder vivir mejor y educar a las nuevas generaciones.»
-¿Crees que empleas la forma adecuada para expresar lo que deseas?
«Sí. De pequeña me gustó escribir poemas y luego empecé a sacar fotografías e indudablemente, la fusión de ambas me hizo llegar al cine, que considero es una plataforma poderosa y adecuada para enviar mensajes que perduren en el tiempo y puedan ser vistos por muchas personas y en los lugares más recónditos del mundo. Aunque también me gusta mucho la literatura y estoy con muchas ganas de escribir una novela autobiográfica que hable de mi vida como cineasta independiente y mi deambular por varios países desde mi nacimiento. Me saldría mas barato que hacer una película.»
Sacar fuera toda esa furia
-Tus trabajos tienen un guión algo discursivo, ¿por qué no empleas más economía de la palabra, considerando que trabajas con imagen?
«Cada director tiene derecho a tener su ritmo propio y la verdad, a mí me gusta mucho el teatro por lo cual me agrada ver a los actores hablar e involucrarse y creer en lo que dicen. Soy amante del diálogo y los planos secuencia largos. Logran crear una atmósfera más íntima y verdadera. Cuando los actores son buenos, uno se emociona cuando esta filmando y eso es lo que me interesa transmitir. Pero no creas que todo es tan retórico, también tengo otras producciones en las que no se habla mucho y sólo se ven imágenes que intentan llegar al subconciente del espectador.»
-¿Cómo se puede escapar, si es que lo buscas, del mensaje «militante» evidente que hay en tus producciones? ¿Quieres «educar»?
«No sé si «educar» sea la palabra, pero sí concientizar al público que ve mi cine, enseñarle que hay personas y vidas distintas que también merecen respeto y aceptación, y creo que para eso también es bueno mostrarles ese mundo ajeno (a la mayoría) para que entiendan que los sentimientos existen en estas personas. El arte es libre y cada creador tiene un grito interior que desea dar a conocer y no importa si no todos lo entienden. Lo importante es exorcizarlo y sacar fuera toda esa furia contenida en nuestras cabezas.»
-¿Cómo observas a la juventud chilena flanqueada por los temas que abordas?
«Me parece que los jóvenes de hoy son muy liberales y sin tantos prejuicios como antes. Ellos inician su sexualidad a los 13 o 15 años. Además hay un desate homosexual, chicas de 16 y 17 años, van tomadas de la mano y no están preocupadas ni les interesa lo que el resto piense. Estamos en el año 2011 y ya nadie se asusta de la bisexualidad, el destape sexual y las locuras de la juventud. Es más, creo que en ellos hay un público potencialmente hambriento de ver estas temáticas. Y se trata de un público muy respetuoso y agradecido con los realizadores que nos atrevemos a contar esas historias.»
-¿Cómo estimas que la pantalla chica y grande nacional toca la condición homosexual?
«Si bien la pantalla chica siempre muestra al gay loco y divertido y a la lesbiana ruda y mujeriega, es simplemente un cliché. Hay muchos homosexuales (hombres y mujeres) a los cuales no se les nota su condición y no viven de forma tan exagerada como se ve reflejada en esos medios.
Aunque actualmente se incluyen más estos personajes que hace 10 años atrás, por lo cual considero bueno que poco a poco se puedan incorporar en las telenovelas, las series e incluso en los programas de farándula.
Por otro lado, en la pantalla grande chilena es distinto, porque se puede apreciar una forma más artística, profunda y humana de exhibir la temática, dependiendo de los realizadores. Conozco a algunos cineastas homosexuales que llegarán a ser grandes directores, pues si bien los fondos son pocos para este tipo de proyectos, ellos luchan por sacar adelante sus películas, aunque esto signifique trabajar con un presupuesto bajo, con actores desconocidos y con un equipo técnico reducido, pero apasionado por intentar llevar a cabo el proyecto. Esto hace muy valiosa su lucha, porque lo importante es poder lograr comunicar y transmitir el mensaje sin tener que cambiar el guión. Como es cine independiente, uno se puede dar el lujo de hacer lo que quiera y llegar a una obra terminada con un cine muy de autor, con una visión única y particular, y eso se agradece.
Para mí, estas películas tienen un contenido mucho más profundo e innovador que muchas de las películas chilenas en las cuales se gastan muchos millones de pesos y que finalmente no me logran emocionar, pues no tienen corazón, profundidad ni sentimientos.»
-¿Tus trabajos a quién están dirigidos?
«A todo tipo de espectador, desde los 6 hasta los 90 añitos. Pero claro, cuando abordas ámbitos que hablan o muestran homosexualidad ya la censura te impone una edad mínima de 14 o 18 años. Y si bien hasta ahora lo que he realizado involucra a jóvenes entre los 18 y los 30, me interesa que lo que hago de verdad sea visto por todo tipo de público. Aunque también el cine que no es acción y es más bien cine arte tiene un público con un criterio más formado y dispuesto a encontrarse con las más diversas temáticas y con hambre de esas historias ajenas. También insisto en que yo trato de hacer un cine universal que llegue a toda nuestra raza y que sea testimonio de lo que nos ha tocado vivir, dejar mi mensaje, mi ideología, mis tristezas y mis rabias.»
-¿Cuál ha sido la recepción de tus cortos?
«He tenido la suerte de ser una buena distribuidora independiente, pero internacional. Mi primer cortometraje, «Sentimientos», se exhibió la primera vez en Torino, Italia, el 2005. Tuve la suerte de ser invitada, y fue maravilloso. Era un festival que se llamaba de «Sodoma a Gomorra» y vi películas muy interesantes que jamás llegaron a Chile. Esas películas eran muy intensas, todas abordaban la homosexualidad, pero de manera muy cruda, realista y sin ningún tapujo. Hasta el día de hoy no he visto nada parecido. También conocí a mi ídolo John Waters, que era el invitado de honor, así que fue una experiencia inolvidable.
Después fui invitada con el mismo corto a participar en el «7º Festival de los Derechos Humanos» en Santiago del Estero y en «Diversa» de Buenos Aires, ambos en Argentina. Y el año pasado participé en Paris, en un festival gay llamado «Cheries-Cherie»; en el nacional de Rengo, y este año, en Diva, Valparaíso. Hace poco en Santiago, en el «Festival de Cine de Mujeres», gané la mención honrosa, por lo cual parece que ese dicho ‘nadie es profeta en su tierra’, va muy bien conmigo. Y yo soy movida, hago eventos, muestras, no me interesa que los trabajos queden olvidados en un cajón, soy la promotora Nº 1 de mi trabajo y además tengo la fortuna que toda mi familia me ayuda en la difusión, y también el equipo técnico y los actores.
Y siento que he tenido una buena acogida por parte del público, y sobre todo del espectador de regiones, ya que mis cortos han sido seleccionados por festivales que incluyen a Ovalle, Rengo y Valparaíso, los festivales mas alternativos, en los que hay menos prejuicios y más ganas de ver ‘lo otro’.»
-¿Y el financiamiento?
«Nunca me gano nada. Ya me aburrí de pedir auspicios y armar carpetas, pues creo que hasta ahora soy una incomprendida por los peces gordos.»
-¿Qué proyectos tienes en carpeta? ¿Qué limitaciones enfrentas? ¿Hasta dónde estás dispuesta a «ceder» ante la censura obvia que impone la dominación patriarcal, cínicamente heterosexualizada, y fundada en la división carnicera entre lo privado y lo público?
«Tengo calentito un nuevo guión que aborda la temática lésbica en una joven lesbiana y una bisexual. Es una historia de amor que abarca las emociones, los miedos y la dificultad de ser lesbiana en Chile, pero ambientada en los años 90′ .
La limitación clásica es el dinero, ya que apoyar este tipo de cine por el gobierno está bien lejano. Pero también hay fondos extranjeros en los cuales estoy interesada en enviar mi nueva carpeta. Y ya si nadie quiere darme auspicio, nuevamente tendré que luchar por hacerla aunque sea con un presupuesto bajo. Cuando haces un cine independiente tienes toda la libertad de trabajar lo que quieras, lo inimaginable sin restricciones, sin depender de la aprobación de un productor capitalista o con sólo intenciones de lucro.
Además lo mejor que me pasa a mí, es que las actrices a quienes les hablo del proyecto, y al equipo técnico de «Yuyito Films», están muy interesadas en colaborar, pues creen es una buena historia, que merece la pena llevar a la pantalla grande.»
Algunos trailers de Beatriz Maldonado se encuentran en:
http://www.youtube.com/watch?
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