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En Chile se recordó el estallido social de 2019 con similar represión policial

Fuentes: CLAE

Por primera vez, tras el confinamiento de la pandemia, los chilenos conmemoraron el estallido social de 2019, donde, tras cuatro semanas de protestas que llegaron a congregar a más de un millón de personas sólo en Santiago manifestándose contra el modelo económico-social, obligó al gobierno del neoliberal Sebastián Piñera a permitir que se intentara cambiar la constitución de la dictadura de Auguto Pinochet que rige al país desde 1980.

Hace tres años la represión fue por demás dura y violenta, pero obligó al gobierno a abrir un proceso constituyente. Aunque en el plebiscito de “entrada” de 2020 fue aprobada la reforma por casi un 80 por ciento de la población, en septiembre pasado, tras la elaboración de una nueva carta magna, y ya en el gobierno de Gabriel Broric, fue rechazada por el 62 por ciento de los chilenos.

Este año la misma policía de carabineros repitió la represión de tres años antes, pero ya no estaba en el gobierno Piñera sino el “progresista” Gabriel Boric, uno de los principales impulsores del Acuerdo por la Paz que permitiría el proceso constituyente, generando una salida política al conflicto —y permitiendo la continuidad del entonces presidente Sebastián Piñera— quien lideró un acto conmemorativo.

A tres años del inicio del “estallido social” ningún alto mando responsable de la estrategia desplegada para callar las protestas a toda costa ha sido imputado y tan solo se conocen 16 condenas en casos de violaciones de derechos humanos cometidas durante este periodo. 

Según datos recabados y entregados durante esta jornada por la Defensoría de la Niñez, durante el Estallido Social, más de 2 mil niños, niñas y adolescentes resultaron seriamente vulnerados en sus Derechos Humanos a raíz de la represión del Estado.

 “Son cerca de 700 personas que han salido a la calle no a conmemorar nada, no a luchar por ninguna causa, sino a cometer delitos que nosotros rechazamos”, enfatizó el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve. Este 18 de octubre se detuvo a un total de 50 personas, 30 de ellas en la capital, y se reportaron 18 focos de desórdenes y siete saqueos, como también dos ataques incendiarios: las quemas de una bodega en el sector de Pío Nono y de un automóvil en una estación de servicio de La Serena.

“Ya es tiempo de que salgamos de nuestra zona de confort para interpretar lo que allí pasó, las lecciones que debemos sacar de este proceso y actuemos. El estallido no fue una revolución anticapitalista o una ola de delincuencia, fue una expresión de dolores y fracturas de nuestra sociedad. Expresó y trajo consigo mucho dolor y ha dejado enormes secuelas”, señaló el mandatario en su alocución.

“No vamos a permitir que sea en vano, no podemos ser los mismos como sociedad después de esta experiencia, no podemos cometer los mismos errores ni quedarnos arrinconados en nuestras cómodas veredas”, dijo. “Nuestro gobierno no va a descansar hasta que, ilegítimamente, quienes se creen dueños de la calle, tengan la sanción que se merecen. La legítima protesta no puede ser sinónimo de violencia”.

Y la cerró reiterando que “Carabineros tiene todo nuestro respeto y respaldo para el resguardo del orden público y para el combate frontal a la delincuencia. En esto no hay doble estándar, no hay oposición, dicotomía entre el respeto a los Derechos Humanos y hacer valer el Estado de Derecho”.

Por su parte, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, comparó al gobierno de Boric con el de Piñera, en relación a la represión policial contra manifestantes del estallido social. “No son imágenes del estallido social del 2019, son de hoy 18 de octubre de 2022. A tres años, la represión sigue intacta. Impresentable e incomprensible”. ¿Cómo se explica ministra Carolina Tohá que usen las mismas prácticas de Piñera?, señaló.

“Boric, buen resentido con su pasado, se complace en mandar a ese ejército de criminales que son los carabineros (los pacos bastardos, como los llaman en la calle) a gasear y apalear a los estudiantes secundarios. O manda militarizar aún más al pueblo mapuche”, señala el analista Maximiliano Rodríguez.

 “Hubo muertos, hubo abusos sexuales”

Boric debió reconocer que “Como Estado debemos asumir que el control policial de esos meses sobrepasó los límites de lo aceptable. Hubo muertos, hubo abusos sexuales, hubo mutilaciones oculares, y eso no puede quedar impune y no se puede volver a repetir”. 

Aunque, sorpresivamente, aclaró inmediatamente que ““No solo es un acto de justicia a las víctimas, sino que es un acto de justicia con la institución policial, cuya labor no debe ser confundida con actuaciones que fueron gravísimas y condenables, porque no son representativas de la labor diaria que más de 70 mil carabineros realizan día a día”

Por más que el oficialismo intentó equilibrar las cosas, destacando la labor de carabineros, en la memoria chilena -y las redes sociales- se mantiene lo evidente: en el estallido social la policía fue sobrepasada. 

Los 33 muertos (al menos cuatro por agentes del estado y demasiados casos aún sin resolver), más de 2.700 heridos según el Instituto Nacional de Derechos Humanos y más de 300 víctimas de trauma ocular, videos de policías disparando, de  militares entrando a Santiago como en los peores años de la dictadura entre otras brutalidades, no justifican las palabras de Boric, quien se abstuvo de ponerse del lado de las víctimas.

En mayo pasado el Ministerio Público cifró en 2.178 casos de violación a los Derechos Huamnos de menores de 18 años de edad. De esta cifra, el 74% corresponde al delito de apremios ilegítimos, ilícito cometido ampliamente por efectivos de Carabineros durante el estallido.

Mientras, la derecha atacó de inmediato. El senador Javier Macaya se mostró muy ofendido por los dichos del presidente chileno y señaló a la televisión que No hay ninguna causa contra ningún Carabinero, o por lo menos, ninguna causa que haya condenado a algún Carabinero por abusos sexuales en el marco del estallido social”.

Los integrantes del ultraderechista Partido Republicano se negaron al minuto de silencio en el Congreso por las víctimas del estallido. “No se iba a hacer un minuto de silencio por aquellos que perdieron sus negocios, no se iba a hacer un minuto de silencio por los más de cuatro mil carabineros heridos, no se iba a hacer un minuto de silencio por las personas que fueron privadas de su paz en Plaza Baquedano”, dijo el diputado Johanes Kaiser. 

El premio nacional de Historia, Gabriel Salazar, señala que «El triunfo del Rechazo (de la nueva Constitución) no es sólo un triunfo de la derecha que rechazó el texto constitucional, es un rechazo de muchos sectores del pueblo chileno a todo lo que signifique sistema, clase política y las viejas prácticas en las que somos dirigidos desde arriba». Fue fue un rechazo al modelo político en general que se ha utilizado en Chile.

También fue una derrota del «noviembrismo», del pacto que permitió la Convención Constituyente del que Boric fue impulsor, porque lo que no funcionó fue el texto forjado bajo los límites impuestos por aquel acuerdo.

Lo que hizo el triunfo del Rechazo fue volver a poner las demandas en las calles, más allá de constituciones. Los motivos que impulsaron un sismo de las proporciones que fue el Estallido Social siguen ahí intactos, sin encontrar solución. El resultado electoral no sepulta en ningún caso las frustraciones y el malestar social. Pareciera que el gobierno de Boric repite la misma medicina que usaron sus antecesores: la represión.

Periodista chilena, asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Fuente: https://estrategia.la/2022/10/19/en-chile-se-recordo-el-estallido-social-de-2019-con-similar-represion-policial/