Ciudad Porfía es una importante concentración urbana de Villavicencio, la capital del departamento del Meta. Se trata de un barrio con casi 120 manzanas y cerca de 50 mil habitantes; el barrio fue fundado en 1986 como resultado de las movilizaciones populares lideradas por la Central Nacional Provivienda bajo la dirección de los comunistas, y de las acciones comunitarias. En este espacio urbano se ubican víctimas de la violencia paramilitar, desplazados y población migrante del área rural del departamento del Meta y de los llanos Orientales.
Durante 36 años la comunidad ha construido este populoso barrio que aun presenta muchas problemáticas en temas de movilidad, empleo, salud, educación, ambiente y seguridad sin que en el actual gobierno se vean salidas o alternativas adecuadas.
El servicio del agua potable para las comunidades es un asunto central de la sociedad civil de Porfía. Allí hay un Acueducto comunitario que se alimenta de reservorios ubicados en predios que pertenecen a la familia Carranza, herederos de Víctor Carranza, el Jefe de un tenebroso grupo paramilitar (los Carranceros) responsable de masacres, despojos, desapariciones y torturas en los territorios de Puerto Gaitán, Puerto López, Cubarral, Villavicencio y el Vichada.
Hoy se presenta una situación bastante grave con efectos muy negativos para las familias del barrio. El problema consiste en que Daniel Moreno, de una entidad conocida como Asogestores, adelanta acciones para privatizar el servicio del agua desatando alzas escandalosas en las tarifas y adelantando una bancarización a todas luces ilegal y criminal.
En el mes de noviembre el Concejo municipal de Villavicencio dispuso mediante un Acuerdo que el agua sería un derecho fundamental de la ciudadanía y que la misma prerrogativa se protegería con una política pública que se concertó con los Acueductos comunitarios.
Obviamente el garante de dicho derecho es el alcalde de Villavicencio, el señor Felipe Harman, de quien se espera una intervención rápida y oportuna para impedir que el agua, un recurso escaso y esencial en la vida cotidiana de la gente, se convierta en una mercancía de la cual saquen provecho y acumulaciones los mercachifles denunciados por las comunidades.
El agua de Villavicencio es un bien colectivo afectado por procesos depredadores que debe ser protegido y priorizado tanto por la sociedad civil como por el gobierno local.
En 120 meses está previsto que la capital del Meta pierda hasta un 60% de sus recursos hídricas lo que sugiere estar muy vigilante para impedir este tipo de salidas en falso como la que se presenta en Porfia y la destrucción de las fuentes hídricas ubicadas en el Páramo de Sumapaz, las mismas que Coca Cola, los Ingenios Azucareros del Valle y Ecopetrol pretenden despojar para proyectar un multimillonario negocio a lo largo del siglo XXI.
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