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Los presos siguen muriendo por la desatención en salud en La Picota-Bogotá y va en aumento

En Colombia sí existe la pena de muerte

Fuentes: Prensa Rural

En Colombia sí existe la pena de muerte. La grave crisis en materia de salud carcelaria que padecemos más de 150 mil reclusos en Colombia es apenas la punta del iceberg de esta dantesca calamidad humanitaria. El pasado 5 de mayo de 2016, el ministro de Justicia, Jorge Londoño, decretó la Emergencia Carcelaria, medida que […]

En Colombia sí existe la pena de muerte. La grave crisis en materia de salud carcelaria que padecemos más de 150 mil reclusos en Colombia es apenas la punta del iceberg de esta dantesca calamidad humanitaria. El pasado 5 de mayo de 2016, el ministro de Justicia, Jorge Londoño, decretó la Emergencia Carcelaria, medida que no ha servido, pues no se ven los resultados anunciados; pero sí suman más las muertes y deterioro de la salud de los reclusos.

Los presos siguen muriendo por la desatención en salud en La Picota-Bogotá y va en aumento. El 22 de junio murió por falta de atención médica, Alexánder Morates Pérez, y el 30 de junio falleció José Ancízar Trujillo Albarán, patio 8, ambos de ERON, además, desde hace un mes, hay una virosis de vómito, diarrea, fiebre, tos, dolor por todo el cuerpo y otros, epidemia que de manera parcial atendió sanidad inyectando a menos de 100 reclusos en todos los patios del penal donde los enfermos sobrepasan con creces este número, y con ello creen que ya solucionaron todo. ¿Cuántos muertos quieren sumar por negligencia médica?

No hay suficiente atención

En el solo patio 4 hay 64 reclusos con esta epidemia y en el patio 2 hay 112; allí hay 956 reos y el pabellón es solo para 252, enfermos y hacinados. El barrido hecho por un representante de derechos humanos, es de más de 700 presos con epidemia y patologías graves en salud. El panorama es desalentador, hasta la misma guardia está contagiada y son impotentes ante tal calamidad, pues ellos manifiestan, «yo mismo voy a sanidad y he corroborado, que ni pastas hay».

El decreto de emergencia firmado por el ministro Londoño indicó que la determinación busca adoptar medidas que sirvan de paliativo, que «tienen que ver con las brigadas de salud, el cambio de manuales, para que podamos dotar el área de sanidad y resolver lo urgente». Igualmente decía «no hay personal suficiente para atender de manera prioritaria a los internos con VIH (611), cáncer (89), diabetes insulinodependientes (1.112), EPOC (188) y psiquiátricos (2.884)».

Ellos tienen los datos, además de los sitios pero poco o nada se hace para solucionar ya esta problemática que mata seres humanos. En este penal, llevamos un mes y tres días sin suministro de medicamentos al área de farmacia de la cárcel y los responsables de esto son la Uspec, y la Fuduprevisora, entidades ya denunciadas por el ex ministro de Justicia Yesid Reyes, por corrupción y celebración indebida de contratos, pese a ello la situación no mejora.

Para colmo de males, pero para demostrar la brillantez del Ministro de Salud, quien firma el decreto 2519 para afiliar a todos los reclusos al sistema de salud que brinda el sistema carcelario, sacando a los reos de su seguro -régimen contributivo- donde se suministraban sus medicamentos y atención integral en salud. O sea no los atendemos pero tampoco les garantizamos atención en salud.

Desprecio por la vida

De acuerdo a lo anterior y sumando detalles a la indiferencia y la falta de voluntad para subsanar en buena medida los padecimientos de algunos reos; los familiares de estos, vienen a la cárcel Picota a traer los medicamentos para su ser querido, pero allí encuentran la tapa de la maldad y desprecio por la vida humana, los encargados de recibir estos medicamentos no los reciben, so pretexto de no tener autorización médica. ¿Para qué hacen esto si ni siquiera llevan al enfermo al área de sanidad?

Se hace urgente el suministro de los retrovirales para los pacientes de VIH, los insulinos y psiquiátricos.

Para lo urgente denunciamos de carácter humanitario al Ministro de Justicia para que active ya, una atención integral en salud a los enfermos de este penal, así como coordinar interinstitucionalmente con su homólogo de salud; y exigir a la UPEC, y Fiduprevisora no dilatar más el suministro de medicamentos y la contratación de personal médico de todo tipo para salir del laberinto de la muerte. Pena de muerte que no aparece en la sentencia condenatoria del juez, pero de hecho se padece.

Inmediato, coordinar con la secretaria distrital de Salud, que en el término de la distancia se nombre un equipo de profesionales y se trasladen a La Picota Bogotá y hagan todo el trabajo de campo y así diagnostiquen la epidemia, así como los tratamientos a seguir, y de contera evidenciar la crisis humanitaria vivida en esta cárcel que es la fotografía de lo que sucede a nivel nacional.

Cordialmente.

Prisioneros políticos patio 4, la Picota Bogotá, columna Domingo Biohó.

Fuente original: http://prensarural.org/spip/spip.php?article19753