Se lanzó oficialmente el ciclo electoral que inicia con las municipales y concluye con las parlamentarias y presidenciales del 2009. Parece jugarse mucho: si la Concertación pierde, se viene cocinando el caldo de un nuevo referente, más hacia la izquierda, como el que sueña el PC, ¿pretenderán darnos a probar de este caldo?. La derecha […]
Se lanzó oficialmente el ciclo electoral que inicia con las municipales y concluye con las parlamentarias y presidenciales del 2009. Parece jugarse mucho: si la Concertación pierde, se viene cocinando el caldo de un nuevo referente, más hacia la izquierda, como el que sueña el PC, ¿pretenderán darnos a probar de este caldo?. La derecha podría volver a ser gobierno, electoralmente después de 50 años con A. Alessandri, aunque todos sabemos que fueron gobierno con Pinochet y su dictadura, así que aún no hace 20 años que se fueron. Pero todos los pronósticos es que los resultados más o menos se mantendrán iguales, ¿cambia nada cambia?
Es probable que los resultados electorales se mantengan similares. Dicen que es por varias razones. Muchas de ellas ciertas. Como la derecha ya no sabe cómo explicarse derrota tras derrota, hace metafísica política: que Chile sería estructuralmente de centroizquierda. Y con esta frase se ahorran explicaciones y se autoexculpan: la extrema desigualdad, la represión, etc, que instauraron desde la dictadura, es responsabilidad de ellos, admitirlo, no está en sus planes. Dicen que es porque el padrón electoral es del «NO», y al permanecer, permanecen los resultados. Dice la derecha que se explica por el intervencionismo electoral de la Concertación. Será. Pero ahora se está conociendo el «intervencionismo» de la derecha con las «irregularidades» de las Municipalidades gobernadas por la derecha, que los medios de comunicación transmiten (La Nación, porque El Mercurio y La Tercera lo callan, en campaña permanente por la derecha). Y así nos enteramos que: alcaldes UDI y RN, obligan a funcionarios a honorarios a hacer puerta a puerta por las candidaturas de la derecha, que instauraron un sistema tecnológico para hacer seguimiento del comportamiento electoral con la empresa GMA de dirigentes UDI, que realizan acciones de matonaje contra candidatos de la Concertación y el PC, etc. Dicen que como Piñera es un empresario, tiene más de perder que de ganar, porque mantiene viva la imagen de lo que la derecha representa: la dictadura y la patronal. Y que de ganar, será por la debilidad de la Concertación.
Y encontraremos más explicaciones. Sin embargo, hay algo más. ¿Se acuerda del Transantiago? Bueno, además de objeto de campaña electoral de la derecha contra la Concertación y viceversa, sigue siendo un ataque a nuestras condiciones de vida, y además, el año próximo se empezará a subir el pasaje. ¿Se acuerda de la inflación? Todos los días nuestros salarios alcanzan menos. ¿Se acuerda de la Constitución y la ley electoral? ¡Había que cambiarlas, no es así? Bueno, quedó en el olvido, aunque siguen igualitas. ¿Y la represión policial? ¿y la falta de derechos sindicales? ¿Y la crisis de la educación , la vivienda y la salud? Por no mencionar la crisis financiera mundial, que está comenzando a aumentar en intensidad, extensión y profundidad. Sus efectos sobre Chile serán inevitables. Y no sólo dentro de muchos años cuando se jubile y vea la disminución de los fondos de pensiones. Ahora, cuando bajen los precios de la mayoría de las exportaciones chilenas, comenzando por el cobre. Ya vimos que algunas empresas cerraron sus puertas. Como siempre, los patrones nos pedirán que no pidamos aumentos salariales, que comprendamos que ellos no quieren, pero deben despedirnos (¡a los que hay que despedir es a ellos!). Dicen que esta crisis muestra el agotamiento y la crisis del neoliberalismo, que padecemos, en Chile, desde la dictadura de Pinochet. Es cierto. Pero hay algo más que es cierto. La masiva intervención estatal, que de neoliberal tiene poco y nada, tampoco sirve. ¿Por qué? Porque está hecha para salvar a los bancos y las empresas, mientras el costo lo pagamos los trabajadores y el pueblo pobre. Así que acá hay dos crisis, no una. Del neoliberalismo, sí. Pero también del estatismo al servicio de la clase patronal.
Es todo esto entonces lo que está en danza. ¿Y por qué cambia, nada cambia, y los resultados electorales se mantienen más o menos iguales? Porque nadie le pone el cascabel al gato. La derecha se guarda debajo de la manga la carta que quiere jugar: un ataque redoblado a las condiciones de trabajo y de vida del pueblo trabajador. La Concertación, pretende seguir presentándose falsamente como amigos del pueblo, pero de un pueblo dormido, porque no quiere tocar intereses, entonces todo es como si: como si hiciera un plan de protección social, pero no tanto, y todo sigue igual: las pensiones: un negocio, la educación: un negocio; la salud: un negocio. Y en los negocios, ganan los mercaderes, y perdemos nosotros. Así que si ni unos ni otros están dispuestos a tocar ningún interés, y que todo siga igual, electoralmente todo seguirá igual, en un limbo electoral.
Sólo que, la vida ya no está igual. La impunidad patronal es cada vez más intolerable. Hace falta tocar intereses. Ellos, por el momento, no lo van a hacer, y a la hora de decidirse, será contra los intereses y necesidades del pueblo trabajador. Hace falta construir un partido de trabajadores revolucionarios como el que construye Clase contra Clase.