Con ocasión de la publicación de los resultados de la última encuesta de intención de voto para las elecciones presidenciales de mayo próximo realizada por tres de las principales empresas del oligopolio mediático colombiano (Revista Semana, Noticias Caracol y Blu Radio), se evidencia que el ex guerrillero de la organización insurgente «Movimiento 19 de Abril» […]
Con ocasión de la publicación de los resultados de la última encuesta de intención de voto para las elecciones presidenciales de mayo próximo realizada por tres de las principales empresas del oligopolio mediático colombiano (Revista Semana, Noticias Caracol y Blu Radio), se evidencia que el ex guerrillero de la organización insurgente «Movimiento 19 de Abril» (desmovilizada en 1991) se pone a la cabeza de los aspirantes a gobernar Colombia desde el próximo 7 de agosto.
Aunque aún faltan casi 4 meses para la contienda electoral y las mediciones señalan que aún hay camino por recorrer (Gustavo Petro 23.4%, Sergio Fajardo 21.6%, Germán Vargas Lleras 14.8%, Humberto de la Calle 10.6%, Marta Lucía Ramírez 7.8%*), los comentadores mediáticos dan la señal de alerta para sus patrones y el establecimiento político en su conjunto, horrorizados por la posibilidad de que un líder de izquierda rompa la hegemonía que unas pocas familias han conservado con mano de hierro y boca de fuego por más de un siglo en Colombia.
Tal parece que a los ricos y poderosos de Colombia, los dueños del país, quienes han gobernado desde siempre, no les está funcionando la táctica ya conocida de dividir con enorme artillería mediática a la opinión pública detrás de un sinnúmero de candidaturas distractoras todas igualmente financiadas por ellos, candidaturas que aparentan representar distintas ideas o sectores de la sociedad, sin otra intención verdadera que abonar el camino a quien la oligarquía designe para administrar el Estado. En esta oportunidad, y contra esta tendencia, Gustavo Petro demuestra la capacidad política de polarizar este panorama desnu dando a los mandaderos de la oligarquía, que rápidamente tendrán que resignar sus supuestas aspiraciones para cohesionar la campaña oligárquica contra Petro. Evidencia de ello es la reciente y vergonzosa defección de Clara López, ex-ministra del Trabajo del gobierno Santos y quién fungía como uno de los arietes de Santos para la división de la izquierda.
Petro es un personaje muy singular, pero su historia personal y política, además de sus ideas y proyectos, difieren claramente de las pandillas que hasta hoy nos han gobernado. Ante el océano de injusticia y miseria que es la historia de nuestro país, la presidencia de Petro significaría la posibilidad de abrir nuevos caminos, de avistar la tierra firme de la justicia social (que requiere mucho más que la llegada de Petro a la Casa de Nariño).
Ahora bien, los enemigos del pueblo (nacionales e imperiales) no han modificado su concepción de nuestra sociedad ni una coma, tampoco han modificado sus costumbres ni un ápice. Quienes nos han gobernado hasta hoy hacen parte de una oligarquía cavernaria, mafiosa y sanguinaria, de la cual hacen parte tanto Vargas Lleras y Marta Lucía Ramírez, como Sergio Fajardo y Humberto de la Calle (bien como agentes directos o bien como mandaderos).
En este sentido, algo muy probable y preocupante es que la oligarquía se haga aún más terrorista y – con la complicidad de los contendientes de Petro – decida también apuntarse un nuevo magnicidio en su prontuario, como respuesta a la creciente acogida popular del Ex-Alcalde de Bogotá quien bien podría disputarle exitosamente la Casa de Nariño a la alianza oligárquica de VARGAS LLERAS-FAJARDO-DE LA CALLE-RAMÍREZ-DUQUE-ORDOÑEZ (todos auspiciados por la triada PASTRANA-URIBE-SANTOS).
Para que sea #PETROPRESIDENTE es menester que él permanezca vivo, no hay sea que nos hagan la vuelta de 1948 nuevamente y asesinen a quién cristaliza el anhelo de justicia social de los colombianos.
Así pues, el futuro de las reivindicaciones populares en Colombia no se halla en la engañosa política de la conciliación y el diálogo social, sino más bien se halla en la polarización social y política que generen las fuerzas democráticas empujando la candidatura de Gustavo Petro contra el programa político de la oligarquía encarnado en Fajardo, Vargas Lleras, De la Calle y Ramírez.
Por estos días en Colombia, la PAZ CON JUSTICIA SOCIAL tiene un nombre y es GUSTAVO PETRO.
Vamos por una COLOMBIA HUMANA, #PETROPRESIDENTE!!
Publicación de resultados de la «Gran Encuesta» Presidencial:
* Revista SEMANA. ‘ Petro se trepa al primer lugar en intención de voto en la Gran Encuesta ‘. Publicado el 2 de febrero de 2018 en:
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.