Entrevista a la líder comunitaria Xiomara Jara, barrio Monte Sinaí, Guayaquil.
A pocas semanas de que explotara la crisis sanitaria que estremeció el país y el mundo con el clamor de cientos de guayaquileños rogando por ayuda al gobierno nacional y/o municipal para dar sepultura o atención médica a sus seres queridos, ¿cómo sigue la situación?
La situación con los muertos sigue igual o peor porque demora tanto el trámite para enterrarlos. La gente va a hacer los papeles y cuando vuelve al hospital ya no encuentra los cuerpos. Es terrible lo que pasa. En Monte Sinaí hay personas fallecidas que no pueden ser enterradas por las largas esperas de varios días.
Aquí estamos pasando cosas muy duras. No tenemos agua, a veces, nos entregan el agua con tanqueros pasando un día, a veces, dos y hasta tres días. Tampoco tenemos alimento suficiente. Aquí la gente trabaja el día a día vendiendo legumbres, tortillas, comida. Se subsiste día a día. Los carpinteros, los albañiles, todos estamos sufriendo mucho.
Xiomara, ¿cuál es su participación en la comunidad?
Soy líder comunitaria de mi sector, aquí donde vivo, El Triángulo de Sinaí en el barrio Monte Sinaí. Vivo aquí desde hace 16 años. También participo en el Observatorio ciudadano por el derecho a la vivienda y al hábitat social y comunitario.
Decía que la gente de su comunidad son trabajadores del sector informal, que viven al día. ¿Qué trabajos hacen?
Hay mucha gente que trabaja en la construcción -albañiles, carpinteros-; hay gente que trabaja informalmente vendiendo legumbres, cebollas, tortillas, quáker [avena cocinada] y otras comidas que ellos hacen. Ya son más de diez días que no trabajan. NO tienen cómo sobrevivir.
Y las autoridades dan una fundita de alimento, pero no a toda la población de Monte Sinaí, solo a los más vulnerables. Y vienen y dan 25 fundas por cada líder, y en cada sector viven más de 2.000 y hasta 3.000 familias [cada sector es una cooperativa; en el conjunto de cooperativas viven unas 30.000 familias]. Entonces ¡no nos alcanza! Vienen raciones medidas, muy pequeñas. Hay muchos adultos mayores discapacitados. Hay madres solteras… Por más que somos líderes, y queremos ayudar a nuestra comunidad, pero nos sentimos amarrados, ¡nos sentimos impotentes!
En el video que nos ha enviado, se escucha el reclamo de la gente desesperada diciendo: «¡AGUA, por favor, si alguien del municipio escucha!». Cuéntenos más sobre el problema de la falta de agua justamente en este momento cuando las autoridades sanitarias dicen que la primera barrera de defensa contra el coronavirus es lavarse las manos con jabón y lavar muy bien los alimentos.
Aquí no hay agua entubada. El agua está muy escasa. Cuando llega el [camión] tanquero con agua, hay gente que alcanza a llegar a tiempo y puede abastecerse, pero hay otros que no llegan a tiempo y se quedan sin agua. Solo hacen una sola pasada y el que no recogió tiene que esperar hasta el otro día o el siguiente.
Antes nosotros cogíamos el agua por la que pagábamos 75 centavos el tanque de 200 litros de agua. Después la alcaldesa dispuso que nos den el agua gratis. Pero el asunto era que había solo 70 tanqueros para todo Monte Sinaí, con 39 cooperativas. Ahora peor: muchos tanqueros se enfermaron con el COVID-19 y solo hay trabajando 30 tanqueros. ¡Es menos de la mitad! El asunto es que no tenemos agua.
Nosotros NO tenemos agua de tubería, nosotros solo tenemos agua si la trae un tanquero. Por eso pedimos que si la alcaldía tiene tanqueros, ¿por qué no mandan a abastecer a Monte Sinaí? Porque somos hartísima gente, ¡somos más de 30.000 familias en Monte Sinaí! No somos 10 ni 20 familias, somos 30.000 familias. 30 tanqueros no pueden abastecernos. Aparte hay otras cooperativas aledañas a Monte Sinaí, como Ciudad de Dios, la Sergio Toral, la Carolina, que también se abastecen de agua en Monte Sinaí. ¡Esas cooperativas aledañas suman más de 5.000 familias! Entonces, con solo 30 tanqueros no se puede abastecer a todo Monte Sinaí. Antes, cada tanquero tenía su ruta para cubrir todo el barrio. Ahora, los pocos tanqueros que hay, solo avanzan unas pocas cuadras y a las 10 cuadras se acaba el agua. El resto se queda sin abastecerse.
¿Dónde recoge la gente el agua?
Hay que ir a la boca-toma (estación de reparto de agua adonde llega el tanquero), y traer el agua para la manzana y así otra vez ir y pelear para conseguir otro para abastecer el sector.
¿Cómo es la atención médica en Monte Sinaí?
Hay un hospital en Monte Sinaí, pero ese hospital está asignado solo para los casos de COVID-19. Para el resto de enfermedades, no tenemos hospital aquí y la gente tiene que ir a otro lado, a subcentros de salud a atenderse. Pero hay muchos que no pueden ir lejos, es muy complicado, entonces se quedan en su casa, toman paracetamol, agüitas de abuela [tisanas]… Así nos cuidamos.
¿Cómo es la situación en este momento con el dengue y otras enfermedades endémicas de la zona?
Aquí en Monte Sinaí, hemos tenido demasiados casos del dengue y de la chikungunya. Yo misma he sufrido el dengue. Me tumbó, me salieron ronchas por todo el cuerpo. A muchos del sector que yo coordino, a un 40% le cayó el dengue.
¿Hubo fumigaciones y/o desinfecciones para prevenir estas enfermedades transmitidas por mosquitos?
Hace algún tiempo hicieron una fumigación, pero no casa por casa, sino en algunos espacios. Y no se fumigó todo el barrio de Monte Sinaí, sino unos pocos sectores.
¿Qué contienen las fundas de alimentos que entrega el municipio?
En cada fundita hay medio litro de aceite, 2 libritas de arroz, una fundita de fideos, café, quáker [avena], cocoa, dos libras de azúcar… Solo alcanza para unos dos días. Uno tiene que ver cómo busca para el pollo, para el refrito (la carne)…
¿Hay algún comedor comunitario con presupuesto municipal o nacional en Monte Sinaí?
¿Comedor puestos por el municipio o el gobierno? No hay, eso no hay aquí. Nosotros como sea, nos la jugamos, como se dice, buscando por ahí, por nuestra cuenta, para comer.
Según el ministerio de Educación, las clases se harán por internet por el resto del año escolar. ¿Cómo funciona esto en Monte Sinaí?
Las clases las van a hacer por internet. ¡Y mucha gente en Monte Sinaí son pobres; no tienen lap-tops, no tienen tablets para hacer clases y deberes! Y hay mucha gente que no tiene cobertura de internet. Entonces, se va a hacer muy difícil estudiar por internet. Hay muchos niños que se quedarán sin estudiar.
¿Qué otra situación preocupante para la comunidad quisiera mencionar?
Tras de todos los problemas que tenemos, ahora van a hacer un nuevo cementerio aquí donde hay dos canales de agua, dos vertientes naturales. Es un área de espacios verdes, donde no se puede construir, según decreto del mismo municipio. Está en el centro de Monte Sinaí, rodeado por distintas cooperativas: Promesas de Dios, El Águila, Voluntad de Dios, El Triángulo, La Camila… Es un área verde, aprobada por el mismo municipio de Guayaquil, que ahora sale diciendo que van a hacer un cementerio, para lo cual a ninguno de nosotros nos han sociabilizado.
Hoy [14 de abril] justamente llegaron ellos trayendo un acta, para recoger firmas de respaldo. Los que firmaron ni siquiera son de aquí. Nosotros no podemos ir porque nos tienen amenazados. No les podemos hacer frente. Hasta el jueves [9 de abril] fuimos con mis compañeras a manifestar «NO AL CEMENTERIO», pero ese día vino una banda y, cuando se fueron los policías, nos comenzaron a amedrentar, a amenazarnos. Ud. sabe que nosotros somos una gente humilde, pobre, que no podemos hacer peligrar ni la vida de nuestros hijos, ni de nuestros esposos ni de nosotras mismas. Así que no podemos hacer nada más. Nos sentimos impotentes porque nosotras como líderes comunitarias ya no podemos ventear para que no se construya el cementerio. Los que están a cargo -que no andan solos sino que andan hasta con bandas armadas- nos amenazaron de que si seguimos con esta lucha, nuestra familia puede pagar las consecuencias.
¿Cómo comenzó su activismo en la comunidad? ¿Nos podría contar algo de su vida?
Me empoderé de ser líder comunitaria cuando vino el fuerte desalojo aquí en Monte Sinaí, el 10 de mayo del 2013. Yo me uní a la lucha, a pelear por la comunidad. Desde ahí soy líder comunitaria. He luchado, he luchado. Aquí se luchó para que la vía principal se pavimente. Se luchó para tener campamentos educativos fiscales. Y de ahí se ha seguido luchando para la legalización de Monte Sinaí… Hicimos un Observatorio ciudadano por el derecho a la vivienda y al hábitat social y comunitario. Esa ha sido la lucha y seguimos luchando.
Como líder social que soy, y como madre y abuela (tengo 3 lindos nietos), tengo un hijo que es menor de edad, tiene 12 años; y tengo mi esposo. Para poderme sustentar, yo los sábados y domingos me dedico a vender en una esquina de aquí de mi comunidad. Vendo meriendas, comidas que yo hago -arroz con menestra, pollo, chuleta, salchipapa- y con eso me sustento. Y mi esposo que trabaja, cuando hay trabajo, instalando puertas de madera. Esa es la rutina que llevo como madre y esposa.
Me quedo muy agradecida de que quiera saber sobre mi vida personal; mucha gente no la conoce porque nunca me han preguntado. Creo que es muy importante para que así se den cuenta de que nosotros también somos de acá, nosotros también sentimos en carne propia lo que vive nuestra comunidad.
«Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador» consiste en una serie de entrevistas a residentes días posteriores a que su ciudad estuvo en la primera plana de los noticieros internacionales por los muertos sin sepultura y sus familiares clamando por ayuda a un Estado aparentemente inexistente. Trabajadores, artistas, estudiantes, docentes comparten sus vivencias desde la ciudad que es el centro económico y financiero del país y que paradójicamente también es la ciudad con mayor concentración de pobreza. Se estima que un 17% de los 2.700.000 habitantes de la urbe viven en condiciones de pobreza. Recostada sobre las aguas terrosas del río Guayas, con un clima muy cálido y húmedo que no hace mella en la actividad intensa y el carácter hospitalario y amable de sus habitantes, Guayaquil tiene la mayor densidad de población del país y el sistema de transporte público con más usuarios. Estos elementos junto a las profundas deficiencias del sistema de salud pública nacional cuyo presupuesto fue reducido un 36% en el último año y la desorganización del gobierno municipal son factores que ayudarían a explicar por qué la ciudad concentra el 70% de los casos de COVID-19 en Ecuador y la mayor cantidad de contagios per cápita en toda América Latina.
Libertad Gills coordinó la realización de todas las entrevistas de esta serie.
Enlace a las entrevistas anteriores de la serie Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador:
.https://rebelion.org/la-inaccion-y-las-mentiras-solo-generan-mas-caos/
.https://rebelion.org/la-situacion-en-guayaquil-es-como-estar-a-la-deriva/
. https://rebelion.org/hay-quejas-de-que-ya-no-se-aguanta-el-olor-que-emana-el-hospital-del-guasmo/
.https://rebelion.org/debehaberuncambioevidente/
. https://rebelion.org/guayaquil-es-una-ciudad-de-la-calle-muchos-negocios-son-de-venta-informal/