He leido con gran atención, su artículo referente a la «Importar la Batalla de las Ideas a España» en la que si no he entendido mal, propone dos medidas que son (copio literalmente): «1- abandonar un Parlamento que el sistema nos ha impuesto capitalista-bipartista, y que utiliza a la actual representación de Izquierdas, como justificación […]
He leido con gran atención, su artículo referente a la «Importar la Batalla de las Ideas a España» en la que si no he entendido mal, propone dos medidas que son (copio literalmente):
«1- abandonar un Parlamento que el sistema nos ha impuesto capitalista-bipartista, y que utiliza a la actual representación de Izquierdas, como justificación e imagen de una inexistente pluralidad política, y 2- concentrarnos en la lucha de las ideas del socialismo, desde la calle y con el pueblo».
Amigo Tilín, ¿dónde estaba el día que el PCE se vendió por el «plato de lentejas» que le ofrecía el régimen, encarnado por el Borbón, para participar en «esto»?¿qué ha hecho la izquierda española para perder toda presencia en la calle, en las Asociaciones de vecinos, en las manifestaciones,… que ahora están en manos del PP? ¿Por qué se ha producido esta desmotivación y esta desmovilización?
A mí, amigo Tilín, republicano «a secas» como soy, me resulta paradójico ver la reivindicación actual de la República que hace IU (o sea el PCE, ya que el resto de partidos que formaban la coalición salió corriendo de allí (¿?)). ¿Ahora se dan cuenta de para qué servía su presencia? En fin, más vale tarde que nunca.
El gran reto de la izquierda en España, desde mi punto de vista, es presentarse como una alternativa creible y unida, sin cultos a la personalidad de nadie y sin pretensiones ni de figurar, ni de alcanzar poltronas con sueldo político. Y esto pasa, amigo Tilín, por ganar la batalla desde dentro de este sistema que el PCE y el PSOE entre otros, bendijeron en 1978, no por «echarse al monte» a ver que pescas, porque allí no hay nada que pescar (sólo resignación, desesperación y otro montón de años perdidos).
¿Tan difícil es hacer un programa de mínimos capaz de arropar a toda la izquierda democrática de España?
El objetivo, el «mínimo»en el que parece que está todo el mundo de acuerdo, para alcanzar en España una verdadera democracia, es conseguir la instauración de una República, sin adjetivos, sin imposiciones, por métodos pacíficos como siempre ha sido en nuestro país y desde dentro del actual sistema. ¿Difícil? sí, pero no imposible.
Hagamos una plataforma de partidos, organizaciones y asociaciones democráticas, sólo con este objetivo «mínimo», destaquemos lo que nos une en lugar de lo que nos separa. De esta manera convertiremos cada elección de Ayuntamiento, Autonomía o Gobierno Central en un plebiscito entre Monarquía y República. Seguro que en cuanto haya, en cualquier elección, mayoría republicana la corona saldrá corriendo, cosa habitual a lo largo de la historia de España. Entonces y sólo entonces podremos hablar de verdadera democracia y del papel que jugará la izquierda en nuestra sociedad.
Le pido disculpas Tilín, porque aunque no le conozco de nada, personalizo en usted mis frustraciones personales con el panorama actual de la izquierda española.
Atentamente,
* Juan Luis de Benito. Republicano «a secas»