La consolidación de los avances del proceso de negociación y la superación de las dificultades actuales, demandan una respuesta vigorosa por parte del más amplio conjunto de la sociedad. Las negociaciones que están en curso son la oportunidad histórica excepcional para que el país entre en la senda de la paz sostenible. Los pactos ya […]
La consolidación de los avances del proceso de negociación y la superación de las dificultades actuales, demandan una respuesta vigorosa por parte del más amplio conjunto de la sociedad.
Las negociaciones que están en curso son la oportunidad histórica excepcional para que el país entre en la senda de la paz sostenible. Los pactos ya logrados en cuatro puntos de la agenda indican que se avanza positivamente en dirección al Acuerdo final de terminación del conflicto y construcción de una paz estable y duradera.
Contrasta el avance en La Habana con el retroceso en la favorabilidad de la opinión en el país. Ello se debe en gran medida al hecho de que en los meses de abril, mayo y junio se perdió el alivio sentido durante los 5 meses de tregua unilateral de las FARC-EP y la suspensión de los bombardeos por parte del gobierno.
Es evidente que, en este momento crucial, el escalamiento de las acciones militares representa serias amenazas para las conversaciones en La Habana o las exploraciones con el ELN, para la confianza de la sociedad en la terminación del conflicto y para la seguridad, los derechos, la calidad de vida y la tranquilidad de las comunidades y de toda la ciudadanía.
Esa experiencia de disminución de la intensidad de las confrontaciones significó una enorme ganancia para las comunidades y para toda la sociedad, se tradujo en menos desplazados y muertos en medio del conflicto. Significó también un sensible incremento del apoyo ciudadano al proceso.
Por ello es urgente que se retome ese camino, se inicie el plan de desminado humanitario en Antioquia y Meta, se sostengan los compromisos de no reclutamiento de niños/as y adolescentes y no agresión a las mujeres y, sobre todo, se acelere el trabajo de la subcomisión técnica que está diseñando los pasos hacia el cese bilateral definitivo del fuego y las hostilidades.
Ante las dificultades crecientes es preciso responder políticamente fortaleciendo la más amplia Confluencia en defensa de los diálogos de La Habana entre el gobierno y las FARC-EP y del pronto paso a la etapa de negociación formal con el ELN asumiendo las características propias de este movimiento insurgente.
El anuncio sobre la Comisión de Esclarecimiento de la verdad, la Convivencia y no Repetición es un hecho trascendental que le da mejores posibilidades a los pactos sobre justicia transicional en su conjunto y a los que se refieren al fin del conflicto, la ratificación y verificación.
Estamos ante la oportunidad de la paz como nunca había ocurrido en décadas de intentos de ponerle fin al largo ciclo de violencia y confrontaciones armadas en Colombia y por ello es fundamental el pronunciamiento de muchos a favor de las conversaciones y en respaldo a las acciones colectivas y múltiples manifestaciones ciudadanas que exigen mantener la mesa sin pausa y detener la violencia y la guerra. Los movimientos sociales se han pronunciado en este sentido. La voluntad mayoritaria de paz que se expresó el 15 de junio de 2014, segunda vuelta presidencial, no puede frustrarse.
Por ello, para fortalecer los avances y superar las dificultades, CONVOCAMOS un Encuentro Nacional por la Paz, que se reunirá en Bogotá los días 22 y 23 de julio.
El Encuentro Nacional por la Paz se propone hacer un llamado a todos los colombianos y colombianas a rodear de apoyo el proceso de salida política del conflicto, a redoblar las iniciativas por la paz, a coordinar las muy diversas agendas de acción que están promoviéndose en todo el país, a aprovechar el debate electoral que ya se inicia en forma con la inscripción de candidaturas y programas para fortalecer la construcción de paz, a examinar la vía des desescalamiento y la exigencia de pactar el cese bilateral definitivo de fuego y hostilidades, a respetar los derechos humanos y las normas del Derecho Internacional Humanitario, a preparar la validación de los acuerdos.
Para avanzar hacia tales objetivos se realizará el Encuentro Nacional de Paz con el Programa que se adjunta.
Firman: Comité de Impulso al Consejo Nacional de Paz, Frente Amplio por la Paz con Justicia Social y democracia plena, Clamor Social por la Paz, Cumbre Agraria, étnica, Campesina y Popular, Organización Nacional Indígena de Colombia, Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos, Unión Sindical Obrera USO, Red de Iniciativas por la Paz y contra la Guerra REDEPAZ, Alta Consejería para las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, Movimiento Progresistas, Fundación Nuevo Arco Iris, Corporación Viva la Ciudadanía, INDEPAZ, Justapaz, UTL Ángela Robledo,
ASAMBLEA POR LA PAZ, DDHH Marcha Patriótica, Iglesia de Dios MYI, Paz y reconciliación, CAJAR, MENCOLDES – Pacto por la paz, PAS-pacto nacional paz, Redunipaz, Clamor social, Comité Permanente Defensa DDHH, Colombianos en el exterior, Asociación MINGA, Vamos por los derechos, Poder ciudadano. Frente Amplio, Comisión de Paz del Senado – secretaría, Comité Distrital de Impulso CDP, Planeta Paz, Reconciliación Colombia, Pensamiento y Acción Social
ONIC, Nuevo Arco Iris, LGBTI – Frente Amplio, Escuela de Paz, Iniciativas de Mujeres por la Paz,
UTL Alirio Uribe, ANDAS, Colectivo LGTI por la paz, UTL Inti Asprilla, Asociación Campesina delValle de Cimitarra, Iglesia Plesbiteriana