¿Qué misterios histórico-culturales, qué valores perdurables, explican el singular homenaje en estos tiempos a Enriqueta Faber, un personaje nacido en Lausana, Suiza (1 de abril 1791), con peregrinaje en varios países, residente y con trayectoria normal y escandalosa en Cuba, y finalmente desterrada y fallecida en el ostracismo en 1845 en la ciudad de Nueva Orleans, estado de Luisiana, Estados Unidos.
Comoquiera que los dos polos del homenaje han sido Cuba y Suiza, vale preguntarse y responderse algunos datos geo-demográficos: ¿Qué distancia hay entre Suiza y Cuba? La distancia es de 8099 km.
Suiza situada en Europa tiene fronteras con Francia, Alemania, Austria, Liechtenstein e Italia, tenía en el 2024 una población de 8.962.258 habitantes; mientras que Cuba, situada en el Caribe, tenía una población estimada en 10.937.203 personas. El municipio de Baracoa contaba con una población aproximada de 78.056 habitantes.
La villa de Baracoa, Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, primera fundada por Diego Velázquez el 15 de Agosto de 1511, en 1680 se componía de alrededor 350 habitantes. A partir de esta fecha el crecimiento de la población sería el normal para la época. En 1518 la iglesia fue declarada Catedral al aprobarse la primera Diócesis para la isla de Cuba. También se construyó un pequeño castillejo para defender el caserío y una pequeña fundición para procesar las pocas pepitas de oro que arrastraban los ríos Miel y Toa.
Cuando Velázquez decidió el traslado del Gobierno y la Catedral para Santiago, el asentamiento quedó con solo menos de un centenar de vecinos y se sumiría en un profundo letargo, viviendo de la ganadería y el contrabando. En la visita pastoral realizada por el obispo Juan del Castillo en 1570 describía al rey que la iglesia de Baracoa era de “paja”.
Se ha descrito que en 1861 el pueblo era alargado y tenía cuatro calles paralelas de unos 1 250 metros con otras doce transversales que no sobrepasaban los 334 metros y estaba dividido en cinco barrios: de la Iglesia, Cocal, Cuartel Francés, Punta y Matachín, donde se repartían 550 edificaciones, de las que: sesenta y dos eran de mampostería, cuarenta y una de tablas y tejas, veintiuna de tablas y tejamaní, 298 de tablas y guano, y 125 de yaguas o embarrado con guano. En ellas vivían 1 442 blancos y 1 734 de color, de toda condición, sexo y edad. Contaba el pueblo con tres cuarteles, cárcel, mercado con carnicería, una ermita al lado del cementerio y valla de gallos.
Esta sucinta descripción pretende exponer el escenario previo y posterior a la presencia de Enriqueta Faber en Baracoa.
¿Quién era este personaje paradigmático que ha sido perpetuado esculturalmente y en otras manifestaciones audiovisuales, literarias e históricas en esta época?
Enriqueta Faber (Nombre verdadero: Henriette Favez Cavín), fue una médica suiza. Fue la primera mujer que ejerció la medicina en Cuba y América aunque vestida de hombre. Fue pionera en la posición de la mujer y sus posibilidades de derechos en el siglo XIX.
Enriqueta se casó con un militar a la edad de 15 años y tuvo un hijo que falleció a los 8 días. Después de la muerte de su marido en el campo de batalla, asumió el disfraz masculino. Vestida de hombre, decidió irse a París donde estudió cirugía y medicina en la Universidad de la Sorbona. Al recibir su título, se alistó en el ejército de Napoleón, participó en la campaña fallida en Rusia y más tarde fue hecha prisionera de guerra en España. Al terminar el conflicto, Faber partió hacia la isla francesa de Guadalupe, y de ahí pasó a Cuba.
El 19 de enero de 1819 llegó a Santiago de Cuba, a bordo del velero «La Helvecia» un hombre joven, de finos y delicados modales, natural de Suiza, de profesión médico cirujano, cuyas señas personales eran: «Estatura 4 pies y 10 pulgadas, de raza blanca, ojos azules, frente chica, cabellos y cejas rubios, de 25 años de edad y que profesaba la religión católica, apostólica y romana».
Por su condición de extranjero y su profesión de médico, se trasladó a La Habana con el fin de resolver su situación en la Isla y poder ejercer la medicina.
En Marzo de 1819 se asentó en Baracoa, y meses después Faber contrajo matrimonio con una señorita llamada Juana de León Hernández. Efectivamente, se trata de un matrimonio entre dos mujeres. En los meses que siguen Enrique Faber viaja a La Habana, solicita residencia en Cuba y reconocimiento de sus títulos por parte del Protomedicato. Se le otorga una carta de domicilio (27 de marzo de 1820), Título de Cirujano Romancista (27 de abril de 1820) y Título de Fiscal de la Facultad de Cirugía en Baracoa (25 de mayo de 1820).
Mucha es la controversia que sobre el caso gira alrededor de la relación entre Faber y Juana de León. Lo cierto es que el 11 de agosto de 1819 efectuó su boda en la iglesia parroquial de Baracoa y quedó asentado en el libro de matrimonios de blancos Algunos alegan que Faber la engañó, y otros plantean que existió complicidad entre ellas. A pesar de tales especulaciones, en enero de 1823 Juana de León denuncia a Faber alegando que su marido no es hombre sino una mujer disfrazada de hombre. Los cargos eran sumamente graves: falsificación de documentos, perjurio, instigación a la violencia, práctica ilegal de medicina, violación, profanación del sacramento del matrimonio católico e impostura.
Como resultado, Faber es detenida por las autoridades y sometida a una indagatoria y a un reconocimiento por parte de los facultativos, quienes jurídicamente la declaran mujer. La acusada es procesada en la primera semana de febrero de 1823 y sentenciada en junio. Los jueces en el caso la condenan a diez años de reclusión por sacrilegio y engaño, ordenan la recuperación de los títulos y la carta de residencia, le confiscan los bienes y la obligan a pagar perjuicios a Juana de León. En la apelación, le reducen la condena a cuatro años y, al cumplir la sentencia, ordenan su destierro. Enriqueta Faber sólo sirve una fracción de su sentencia porque después de varios escándalos, los oficiales recomiendan su inmediato destierro a la Ciudad de Nueva Orleáns donde tenía parientes. Muchos otros incidentes de la vida de Enriqueta matizaron su existencia hasta su muerte.
Retomando el homenaje escultórico a Enriqueta este responde a un proyecto apoyado por la Embajada suiza en Cuba que incluye tres estatuas en bronce idénticas de los artistas José Villa Soberón (Premio Nacional de Artes Plásticas 2008) y del joven escultor Gabriel Raúl Cisneros, que es la imagen de Enriqueta (Henriette) caminando y con un maletín de médico al costado. La primera fue inaugurada en febrero de de 2023 en la Alameda de Paula de La Habana. La segunda fue emplazada provisionalmente en la ciudad de Guantánamo y definitivamente en Baracoa en agosto de 2025 en la avenida peatonal frente al ayuntamiento de la Asamblea Municipal del Poder Popular. La ceremonia nocturna contó con una multitud de baracoenses encabezados por las autoridades políticas y gubernamentales de la ciudad, así como las patrimoniales de la Oficina del Historiador. Las palabras inaugurales estuvieron a cargo del Lic. Elexis Fernández Rubio, Presidente de la Asociación de Historiadores de Baracoa.
La tercera estatua está destinada para ser ubicada en Suiza.
Desde el punto de vista histórico y socio-cultural han sido muchos los intentos del abordaje de aspectos diversos de esta personalidad a pesar del final destino de la desaparición de su tumba por el ciclón Katrina, que no ha podido borrar las diversas manifestaciones de recuerdos y homenajes como los recientes en la ciudad de Baracoa.
Wilkie Delgado Correa. Doctor en Ciencias Médicas. Doctor Honoris Causa. Profesor titular, consultante y emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Premio al Mérito Científico por la obra de toda la vida.
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