Cuarenta cancilleres de los cinco continentes,incluida la representante del gobierno terrorista y genocida de G.W. Bush, Condoleezza Rice comprometieron su participación en la Tercera Conferencia Ministerial de la Comunidad de las Democracias, que se realizará en Santiago de Chile entre el 28 y el 30 de abril. Chile que precisamente no es un «modelo de […]
Cuarenta cancilleres de los cinco continentes,incluida la representante del gobierno terrorista y genocida de G.W. Bush, Condoleezza Rice comprometieron su participación en la Tercera Conferencia Ministerial de la Comunidad de las Democracias, que se realizará en Santiago de Chile entre el 28 y el 30 de abril.
Chile que precisamente no es un «modelo de democracia» a seguir como ejemplo, sin escrúpulos de ningún tipo, ha decidido transformarse en anfitrión de este encuentro cumbre denominado «Cooperación para la Democracia». Como carta de presentación Chile llega a está cita con la Constitución heredada de la dictadura, con un sistema electoral que excluye a un 10% de los votantes y que no cuentan con representantes en el parlamento de este país, producto de la existencia de un sistema electoral antidemocrático. Al margén de esto, los gobiernos post dictadura, sin ningún tipo de voluntad política, han sido incapaces de devolverle al pueblo chileno su plena soberanía.
Al respecto, el país sudaméricano está violando de manera sistemática el artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que dice:
1.- Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.
2.- Toda persona tiene derecho de acceso, en condiciones de igualdad a las funciones públicas de su país.
3.- La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.
Como podemos apreciar en el Chile post dictadura, el 10% del electorado no tiene derecho a cargos de representación popular en el parlamento de la nación, y los dirigentes sociales y sindicales no pueden participar como candidatos en las elecciones de carácter popular, por obra y gracia del sistema electoral binominal de la dictadura. Y sobre el cual no hay ningún interés en modificarlo, puesto que éste le sirve muy bien a la Alianza por Chile (extrema derecha) y la Concertación. Lo esfuerzos que se hacen por terminar con el actual sistema electoral han caído en el más absoluto vació, lo demás es seguir creyendo en el «viejito pascuero», el derecho ha tener representante populares se hace con lucha y junto a los grandes problemas que siguen padeciendo la gran mayoría de los chilenos. Las propuestas e intenciones de buena voluntad, hasta ahora no han dado ningún resultado. La dictadura junto a la extrema derecha y con el apoyo de militantes de la Democracia Cristiana crearón el sistema electoral precisamente para eso, dejar a una parte importante del pueblo chileno sin representación parlamentaria. Contubernio que fue aceptado por los partidos de la Concertación.
Al respecto, hace algunos días atras, organismos como la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, más conocido como Flacso, dio a conocer un estudio denominado «Agenda Democrática», en donde sostiene que el actual sistema democrático sufre de una enfermedad terminal, que debiera ser resuelto con reformas reales y que no esten al servicio de grupos de poder.
El estuido indica que «uno de los principales problemas del sistema político en su conjunto, es su bajo nivel de representatividad, de lo cual responsabiliza al sistema electoral binominal. Chile está entre los tres países con peor proporcionalidad electoral de América latina».
El director de Flacso, Claudio Fuentes expresa que le preocupa la ctual crisis de representatividad parlamentaria, como da cuenta el hecho, de que los diputados representan sólo al 54% de la población en edad de votar. Alrededor de 600 mil chilenos carecen de representación parlamentaria y 2 millones cuatrocientos mil, no quieren votar por el desprestigio, degradación y corrupción a la que a llegado la elite política chilena en los años post dictadura. Es más, los jóvenes chilenos son los que sienten más profundamente desencantados de lo que es hacer política hoy día en Chile, más aún cuando los altos niveles de mediocridad y faranduleo político, han transformado esta actividad en una mercancía más.
Por otro lado, los miles de chilenos que residen fuera del país, en la «picante democracia chilena» no tienen derecho a voto, violando los derechos humanos de los ciudadanos que por diversas razones viven fuera de Chile y que tienen derecho a expresar su opción política, independientemente de cual sea ésta.
En este sentido, por ejemplo, el encargado de Asuntos Políticos de la embajada de España en Santiago, manifestaba su extrañeza y preocupación de que en Chile, un 10% del electorado no contara con representación parlamentaria.Así como también, en los circulos políticos de la Unión Europea se conoce muy bien, que Chile ha sido incapaz de elaborar una nueva Constitución representativa de los chilenos, una vez terminada la dictadura, lo que refleja una gran carencia y que en algún momento puede significar el estallido social tanto por el descontento económico existente y que solo beneficia a un 10% de los chilenos, como por la grandes flaquezas de representación de la Constitución pinochetista.
De allí que no es raro además, que hoy día en Chile, haya surgido un movimiento encabezado por la Central Unitaria de trabajadores para exigir el termino de la exclusión parlamentaria. También las organizaciones juveniles de la izquierda, como de diversas fuerzas progresistas y antineolibrales, preparan una marcha para el próximo 21 de mayo con el objeto de manifestar su protesta contra el actual sistema electoral antidemocrático.
Finalmente cabe destacar que de las dos pre candidatas de los partidos de la Concertación; Soledad Alvear y Michelle Bachelet en sus propuestas programaticas, nada claro dicen con respecto a la Constitución de la dictadura,el sistema electoral vigente y la recuperación de la soberanía nacional del pueblo chileno.Todo es continuación de las actuales políticas, además de demagogia y ambiguedades.
Por ello, Chile seguirá bajo la tutela de la Constitución de la dictadura,o libro negro de la democracia chilena que fuera elaborada por los expertos de la Doctrina de la Seguridad Nacional y que se impusiera a los chilenos en una consulta fraudulenta.
Por ello, el nuevo circo del encuentro cumbre de «Cooperación para la democracia» que se realizará en Santiago, no es nada más que un nuevo paseo turístico de representantes de 70 a 80 países, en un país que al calor de las políticas macroeconómicas neoliberales, ha sido transformado en uno de los nuevos burdeles o país sexista del mundo,como suele decir una alta funcionaria del SERNAM.