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Entre el partido de la paz y el partido de la guerra

Fuentes: cadtm.org

En el año en curso -2018- se decide el porvenir del país bajo las elecciones del congreso colombiano y las elecciones de presidente para el periodo 2018-2022, estas elecciones están marcadas bajo el contexto de la implementación de los acuerdos de La Habana entre el gobierno actual de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas […]

En el año en curso -2018- se decide el porvenir del país bajo las elecciones del congreso colombiano y las elecciones de presidente para el periodo 2018-2022, estas elecciones están marcadas bajo el contexto de la implementación de los acuerdos de La Habana entre el gobierno actual de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ahora partido político, Fuerza Alternativa Revolucionarias del Común.

En este contexto se evidencian las barreras a la implementación de los acuerdos, por parte de los poderes enquistados en el país y que propenden por la aniquilación definitiva del acuerdo postergando el oprobio al pueblo colombiano y sumergir a las clases subalternas a los mayores vejámenes, como la sobreexplotación de su fuerza de trabajo y la profundización de un modelo económico basado en el extractivismo como sobrexplotación de la naturaleza que como totalidad ejemplifica el estado más puro del sistema capitalista en su escalón Neoliberal.

Es así como abordaremos someramente en primer lugar, el proceso de implementación de los acuerdos de La Habana; en segundo lugar, la manutención de las violencias en el país; en tercer lugar, las elecciones de congreso y la primera vuelta presidencial; y, por último, las distintas manifestaciones del bloque del poder dominante ante el contexto internacional.

1. La implementación de los acuerdos de La Habana: Una pequeña transformación que incomoda a los poderes clásicos en Colombia.

Desde el inicio de los diálogos en el año 2012 hasta la actual etapa de implementación de los acuerdos de La Habana en el año 2017-2018 se ha evidenciado como este proceso neurálgico para el pueblo colombiano ha sido entorpecido por las distintas críticas dirigidas por el bloque del poder dominante en Colombia, encabezado por el Centro Democrático y liderado por Álvaro Uribe Vélez, que tiene como sustrato material de su actuar la posesión de tierras como fuente de poder político Estatal y paraestatal.

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