Javier Smaldone es un joven programador argentino. Vive, desde su nacimiento hace 34 años, en la ciudad argentina de Río Cuarto, donde se desempeña como programador y consultor informático, especializándose en la implementación de soluciones basadas en programas libres. Uno de sus principales pasatiempos es la difusión del modelo propuesto por el «software libre», en […]
Javier Smaldone es un joven programador argentino. Vive, desde su nacimiento hace 34 años, en la ciudad argentina de Río Cuarto, donde se desempeña como programador y consultor informático, especializándose en la implementación de soluciones basadas en programas libres. Uno de sus principales pasatiempos es la difusión del modelo propuesto por el «software libre», en contraposición con el modelo dominante y extendido, basado en la venta de licencias de uso y la restricción al acceso del código fuente de los programas.
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En un artículo titulado «¿Microsoft? No, gracias» hablaba usted de los mitos que envuelven la figura de Bill Gates. ¿Nos puede señalar brevemente algunas de las mitificaciones que rodean la figura del fundador de Microsoft?
Existe la creencia popular (reforzada por los medios masivos de comunicación) de que Bill Gates es uno de los principales actores en la evolución de la Informática. Nada más lejos de la verdad: si bien es cierto que la empresa Microsoft ha liderado desde su inicio el mercado de software para computadoras personales, sus aportes técnicos (y, en particular, los de Gates) han sido prácticamente nulos. De hecho, puede argumentarse que dicha empresa ha retrasado la evolución de la Informática en este nivel.
¿Bill Gates ha realizo aportaciones importantes como científico en el ámbito de la informática?
Absolutamente ninguna. La única contribución conocida de Bill Gates es el desarrollo, junto con Paul Allen, de un intérprete BASIC para microcomputadoras en 1975. Un programa de ese tipo es desarrollado por cualquier alumno de un curso universitario de compiladores.
Hablemos ahora de la empresa. ¿Quiénes la fundaron? ¿Con qué medios? ¿Con qué objetivos?
Microsoft fue fundada por Bill Gates y Paul Allen en el año 1976 como una empresa productora de Software. Su primer contrato fue obtenido con la empresa MITS, fabricante de microcomputadoras, para que esta última distribuyera un intérprete del lenguaje BASIC antes citado.
Usted ha escrito que el primer gran acierto de Microsoft, determinante de su éxito, fue la venta del MS-DOS a la empresa IBM. ¿Qué era el MS-DOS? ¿Microsoft fue creadora de ese sistema operativo? ¿Por qué lo adquirió IBM?
Efectivamente. El primer hito en la vida de Microsoft fue el contrato firmado con IBM para la distribución del sistema operativo MS-DOS, bajo el nombre PC-DOS, en el año 1981. Este producto, anteriormente llamado Q-DOS, fue adquirido por Microsoft a la empresa Seattle Computer Products por 50.000 dólares. Años después, esta última demandó a Microsoft (y obtuvo una indemnización de 1 millón de dólares) por haber ocultado su contrato con IBM en el momento de la adquisición.
El hecho clave es que IBM no compró el MS-DOS a Microsoft, sino que le ofreció un contrato de redistribución (permitiendo a esta última mantener los derechos sobre el mismo). El porqué de semejante decisión, para nada conveniente por parte de IBM y que fue determinante en el futuro de Microsoft, es un misterio. Hay quienes la explican por la relación laboral existente entre la madre de Gates y el CEO de IBM John Opel, que por aquellos tiempos eran directivos de la empresa United Way.
Windows ha sido el producto estrella de Microsoft hasta la fecha. ¿Qué novedades introdujo realmente este sistema operativo?
Windows, lanzado en 1985 pero que no fue estable hasta 1990, fue el primer entorno gráfico de amplia difusión en computadoras compatibles con la IBM-PC. Desde el punto de vista técnico, lejos estuvo de introducir alguna novedad, ya que existian otros entornos similares de mucha mayor calidad. Un claro ejemplo es el provisto por la empresa Apple desde fines de los ’70.
¿Y por qué cree usted que triunfó Windows frente al sistema ofrecido por Apple? ¿Por publicidad, por suerte, por astucia empresarial?
Quizás, pero evidentemente no por sus virtudes técnicas. Esta es una de las claves del modelo de distribución de software privativo: no prima la calidad sino la habilidad comercial del proveedor.
En cuanto a Internet, ¿fue Microsoft una empresa pionera en este ámbito?
No lo fue. Microsoft proveyó funciones para el acceso a Internet en sus sistemas operativos en el año 1993, en tanto que Internet comenzó a desarrollarse en la década del 70.
¿Qué opinión le merece, desde un punto de vista técnico, el navegador Internet Explorer?
El historial de errores y problemas relacionados con Internet Explorer (que tampoco fue un desarrollo de Microsoft, sino que fue adquirido a otra empresa y rebautizado) es profuso. Sin embargo, debo aclarar que en los últimos años ha mejorado sensiblemente. Personalmente prefiero el navegador Mozilla Firefox, que es libre y se ejecuta en varias plataformas diferentes.
¿Por qué esta preferencia? ¿Por qué es código libre únicamente o por alguna razón más?
De los navegadores disponibles para el sistema operativo que utlizo, Debian GNU/Linux, es el que más me agrada. Además, siempre estoy dispuesto a sacrificar alguna funcionalidad por el hecho de utilizar programas libres; por eso lo prefiero a cualquier navegador privativo si bien todavía (cada vez menos) tengo problemas para acceder a algún sitio dependiente de Internet Explorer.
¿En qué consistió «The Microsoft Network»? ¿Por qué fracasó?
Fue un intento de Microsoft de crear una red paralela a Internet, controlada y administrada por Microsoft. Una idea tan descabellada estaba destinada al fracaso desde su nacimiento.
Los protocolos, estándares y normas de la Internet están documentadas mediante las llamadas RFCs (Request For Comments). ¿Cuántas hay hasta la fecha? ¿Cuántas han sido elaboradas por trabajadores de Microsoft?
A la fecha -junio de 2008- existen más de 5000 RFCs. En el momento en que escribí el artículo sobre Microsoft había 3454 y se me ocurrió la idea de buscar en cuántas de ellas aparecían como autores empleados de Microsoft. Encontré solamente 8, de las cuales 7 están referidas exclusivamente a productos de la empresa. Otro hecho curioso, y que muestra claramente la ausencia de Microsoft en la evolución de Internet, es que la primera data del año 1997.
También usted ha afirmado que Microsoft provocó, en muchos aspectos, un atraso tecnológico considerable.¿Por qué? ¿En qué ámbitos?
Desde lo técnico, el mayor atraso ha consistido en poner trabas a la evolución de la tecnología. Para esto ha recurrido a diversas tácticas, como la deformación intencional de protocolos de comunicaciones y formatos de almacenamiento, la eliminación de la competencia (junto con sus productos). El lector quizás recuerde el capítulo de la serie «Los Simpson» en el que Bill Gates «compra» el producto de Homero para luego destruirlo a martillazos. Es un muy buen resumen de las políticas de Microsoft en este sentido.
Quizás el daño más grave se haya ocurrido a nivel cultural por lo que llamo «el mundo cerrado de Microsoft». Si uno consulta la bibliografía producida por esta empresa, encontrará muy pocas referencias a textos o documentos de ciencias de la computación o relacionados con tecnologías fuera de su control. Esto lleva a que aquellos profesionales formados con los productos de Microsoft (y sus textos) desconozcan cuestiones fundamentales e históricas. Esto limita drásticamente su posibilidad de acceder a otras tecnologías.
Otro daño, del cual Microsoft no es el único culpable, es la instauración de un modelo de licenciamiento de software leonino. Es lamentable que la mayoría de usuarios de computadoras se vean envueltos diariamente en una maraña de licencias, códigos de activación, cracks, generadores de códigos de activación, etc. Lo más grave es que muchos asumen esta situación como natural.
¿Por qué no triunfaron en su momento versiones de Unix para sistemas 386 o el OS/2 de la empresa IBM?
No lo sé. Quizás por malas políticas comerciales y de distribución. Este es otro claro ejemplo de que en el mundo del software privativo él éxito de un programa no es determinado por sus virtudes técnicas.
También usted ha señalado que detrás de cada producto exitoso de Microsoft hay un par de historias oscuras en donde aparecen recurrentemente las palabras «juicio», «robo», «espionaje», «copia». ¿Qué ha querido apuntar con ello?
Lo dicho. La historia de Microsoft (desde la adquisición de Q-DOS y su negociación con IBM) está plagada de actitudes comerciales reprochables, siendo en algunos casos francamente ilegales. Prueba de esto son las numerosas condenas judiciales que ha sufrido en varios países, por ejemplo, la multa de la Unión Europea en el año 2004 por casi 500 millones de euros por prácticas anticompetitivas en abuso de su posición de monopolio.
Así, en general, ¿qué opinión le merece la calidad de los productos Microsoft?
En general, bastante pobre. En el pasado existieron puntos notables, productos de realmente buena calidad, pero amén de ser casos aislados, en los últimos años los problemas se han hecho cada vez más evidentes. El aumento del tiempo entre la publicación de nuevas versiones, la mala calidad de las versiones iniciales de nuevos productos (Windows XP y Windows Vista son ejemplos notables) y la creciente insatisfacción de sus usuarios, denotan claramente un desmejoramiento en la calidad de sus programas.
Desde su punto de vista, ¿por qué en ocasiones los programadores de Microsoft cometen errores tan básicos como el que usted señala al hablar de su primitiva hoja de cálculo? ¿Son torpes? ¿Sufren mucha presión?
No puedo decir que los programadores de Microsoft sean torpes (aunque muchos errores denotan una gran falta de cuidado, cuando menos). El problema, en mi opinión, es que la empresa no prioriza la calidad de sus productos. Muy por delante de esta, se encuentran cuestiones comerciales, de mercadeo y de competencia.
Hay una anécdota que roza lo gracioso, relatada por uno de los programadores que tuvo que implementar el menú de «apagar el sistema» de Windows Vista. En ella, este pobre programador cuenta las desventuras por las que tuvo que atravesar por nada menos que un año (cuando no debería haber llevado más de una semana), para terminar con una implementación que deja bastante que desear.
La llamada «Ley de Conway», de 1968, reza que «cualquier componente de software refleja la estructura organizacional que lo produjo». Este, me parece, es el caso de Microsoft.
Se suele afirmar que Microsoft practica la competencia desleal. ¿Por qué?
Microsoft ha sido denunciada y condenada en varios tribunales de distintos países del mundo por este tipo de prácticas, como es el caso ya comentado de la multa de la Unión Europea. En otros casos, ha logrado evitar la condena mediante acuerdos extra-judiciales.
Usted también ha señalado que una táctica bastante utilizada por Microsoft para lograr el dominio del mercado es la conocida con el nombre de «Embrace and Extend» (adherir y extender). ¿En qué consiste? ¿Podría darnos algunos ejemplos?
Dicha táctica consiste en adherir a un protocolo o formato estándar para luego extenderlo con agregados que van más allá de su especificación pública. De esta manera se logra que distintos componentes de un sistema interactúen de maneras no previstas originalmente.
Puede observarse esta práctica, por ejemplo, en la implementación del lenguaje Java (desarrollado originalmente por la empresa Sun, cuya especificación es pública). Microsoft modificó la especificación de Java de manera que las aplicaciones desarrolladas con sus herramientas, solo pudieran ejecutarse sobre el sistema operativo Windows. Esto significó una violación de la licencia de Java y devino en demandas legales de Sun.
El objetivo de esta artimaña es lograr que el usuario no pueda elegir libremente entre productos que implementen estándares públicos.
¿Cuáles han sido las finalidades básicas de los formatos en los que se almacena la información y que han sido utilizados históricamente por Microsoft?
Cuando el formato en el que se almacena la información no puede ser implementado por terceros (debido a trabas técnicas o legales), esta queda cautiva del autor del programa que la manipula.
Este es el caso, por ejemplo, del formato .DOC de Microsoft (utilizado por Microsoft Word). Dicho formato no está documentado públicamente, por lo cual nadie puede implementar un programa que lea la totalidad de la información correctamente. Esto significa, ni más ni menos, que la información que un usuario produzca usando Microsoft Word, solamente será accesible utilizando productos de Microsoft.
Afortunadamente, muchas personas se avocan a la realización de «ingeniería inversa» para intentar descifrar estos formatos. Se trata de una tarea muy ardua, que consiste en deducir las características del formato a través de la realización de reiteradas pruebas almacenando información con el programa que lo implementa. Cabe aclarar que este tipo de técnica está prohibida por ley en varios países del mundo.
Recientemente se ha dado un caso notable: por primera vez en la historia de la informática se ha aprobado en el comité ISO un estándar para el almacenamiento de información de ofimática (documentos de texto, planillas de cálculo, etc.), el formato «ODF». La respuesta de Microsoft el impulso de otro formato, llamado «OOXML». Este último fue aprobado por ISO en un proceso altamente irregular, que está siendo revisado actualmente por la denuncia de los comités de estandarización de varios países.
«Altamente irregular» dice usted. ¿Dónde estarían las irregularidades más importantes?
Luego de la votación en ISO, comités de varios países denunciaron que sus representantes votaron a favor de la estandarización, cuando su mandato era votar por la negativa. Finalmente, Brasil, India, Sudáfrica y Venezuela presentaron una apelación y el proceso se encuentra bajo revisión.
Por otra parte, ¿qué interés tiene Microsoft en impulsar ese nuevo formato que usted cita? ¿Qué tiene en contra del ODF?
La existencia de un formato estándar (actualmente no soportado por los productos de Microsoft), abriría el mercado de software de oficina de una forma sin precedentes. Cada usuario (persona, organización, empresa o gobierno) podría utilizar cualquier programa que lo implemente, e intercambiar información con otros sin importar su elección. Esto es contrario a los intereses de Microsoft, que prefiere tener a los usuarios cautivos de sus formatos (.doc, .xls, etc.) y obligados a utilizar sus programas. Ante la estandarización de ODF su reacción fue proponer el OOXML, que tiene algunos puntos oscuros (tanto técnicos como legales) que permitirían luego a Microsoft manipularlo a su antojo.
¿Cómo ejerce Microsoft su presión sobre los fabricantes de hardware para computadoras personales?
Siendo Microsoft el principal proveedor de software para computadoras personales, se encuentra en una situación en la cual los fabricantes de hardware dependen de él para la provisión en sus equipos de productos como Windows y Microsoft Office. La presión de Microsoft se ejerce de distintas formas: a través de los costos de las licencias de uso, del soporte técnico ofrecido al fabricante y de la certificación de controladores de dispositivos (drivers). Difícilmente un proveedor de hardware pueda darse el lujo de lanzar un producto sin el logo de «Microsoft Windows» en él, aunque afortunadamente esta situación está cambiando.
¿Podría darnos algún ejemplo de esos cambios?
Por ejemplo. Hasta hace poco tiempo era imposible comprar una computadora portátil (notebook) sin tener que adquirir una licencia de alguna versión de Windows (y quizás Office, Works o algún otro producto de Microsoft). Recientemente, fabricantes como Dell han comenzado a ofrecer algunos modelos de sus portátiles con GNU/Linux preinstalado.
¿Microsoft ha recurrido a técnicas «vaporware», esto es, ha anunciados productos que realmente no existían? Podría darnos algún ejemplo si es el caso.
Así como Microsoft ofreció a IBM un sistema operativo del que no disponía (y que luego adquirió por un precio irrisorio), a través de su historia siempre ha anunciado productos inexistentes. Luego, muchas veces ha logrado desarrollarlos (o comprarlos), pero muchas otras ha fallado estrepitosamente. Otras veces, se ha prometido la inclusión de funciones y características que a la postre existieron.
Un ejemplo reciente es el de Windows Vista. Vista fue anunciado en el año 2001, con la promesa de su publicación en el 2003 y la inclusión de varias características novedosas. Entre estas se contaba un nuevo sistema de archivos, WinFS, realmente innovador. Finalmente, Vista fue lanzado en el 2007 sin incluir WinFS, que a la fecha no ha sido terminado, ni muchas otras funciones prometidas.
¿Por qué cree usted que se adorna la figura de Bill Gates con los aromas de la filantropía? ¿Qué opinión le merecen las actividades de la Bill & Melinda Gates Foundation?
En muchos casos, las «donaciones» realizadas por Gates son totalmente funcionales a los objetivos de Microsoft: Al donar licencias el monto se calcula en base a su valor de mercado (y no al costo que representa para Microsoft, que es nulo) en tanto que esto no hace más que promover el uso de sus herramientas, aumentando la penetración de la empresa en el mercado y la dependencia de sus usuarios.
Usted es firme partidario del software libre. ¿Por qué? ¿Es una cuestión ética, ideológica, técnica?
Un poco de cada una.
El software es, para la mayoría de las personas, una herramienta para procesar información. Para otras, los programadores como yo, también es información: información acerca de cómo hacer cosas. El movimiento del software libre impulsa la libre circulación de la información de utilidad práctica, que incluye al software. Esto nada dice acerca de la posibilidad de lucrar con dicha información, ya que es lícito que quien dedica su tiempo y esfuerzo a la elaboración de la misma pueda esperar un rédito económico a cambio.
Por otra parte, soy un convencido de que la libre distribución del software (el código fuente y el permiso del autor para su análisis, modificación y redistribución) permite el desarrollo de mejor software. Es decir, no me quedo en las cuestiones éticas o filosóficas, sino que uso software libre porque me permite maximizar mis habilidades como programador. Utilizo herramientas más robustas, que no obstaculizan mi trabajo (ni el de mis clientes o usuarios) y que, fundamentalmente, me permiten profundizar tanto como quiera en ellas para ampliar mi conocimiento y adaptarlas a mis necesidades.
Los partidarios del software libre, ¿comparten una determinada ideología? ¿Se definen políticamente?
Algunos usuarios de software libre se definen políticamente, en tanto que otros no. De los que lo hacen, algunos coinciden en su ideología, en tanto que otros se ubican en veredas opuestas. Algunas personas (como Richard Stallman) resaltan como principal valor del software libre su contenido ético. Otros (como Eric Raymond) anteponen las virtudes técnicas del modelo, dejando de lado las cuestiones políticas y filosóficas.
¿Y usted es un stallmiano o un raymondiano?
Tengo tanto coincidencias como discrepancias con ambos, pero me encuentro más cercano a las ideas de Stallman.
¿Se puede afirmar, con fundamento, que los productos del software libre son siempre mejores que los productos lanzados por empresas como Microsoft?
No necesariamente, pero sí posiblemente. Por un lado, existe la prueba empírica de gran cantidad de programas libres que evolucionaron desde proyectos minúsculos hasta convertirse en líderes en su área de aplicación. También existen análisis que muestran las ventajas del modelo de desarrollo del software libre desde un punto de vista «darwiniano», en el que el software se desarrolla según un proceso evolutivo guiado tanto por sus desarrolladores como por sus usuarios.
En el mundo del software libre los programas crecen, mutan o mueren según el interés de sus usuarios. Esto no ocurre en el modelo tradicional (privativo): en él prevalecen cuestiones comerciales antes que técnicas, primando los intereses de la empresa productora al de los usuarios.
Hay software libre bueno, mediocre y malo. También hay software privativo en las tres categorías. Sin embargo, el modelo propuesto por el software libre facilita el mejoramiento del software.
¿Y por qué si productos de Microsoft son tan defectuosos tienen tanto éxito?
Pensemos en una persona que toma contacto por primera vez con una computadora. ¿Qué sistema operativo utilizara? Muy probablemente alguna versión de Windows. ¿Por qué? Seguramente porque «venía instalado» (por el vendedor de hardware, o por un amigo que le instaló una copia ilegal). Luego podríamos preguntarnos ¿qué procesador de textos, planilla de cálculo y navegador web usará? Muy probablemente, los de Microsoft. ¿Tiene alguna influencia en esto la calidad técnica de dichos programas? Difícilmente.
Otras veces, el factor determinante para la utilización de determinado software es la necesidad de interactuar con otras personas. Alguien que necesita acceder a planillas de cálculo generadas con Microsoft Excel, seguramente usará este mismo programa. Una persona que desee acceder a un sistema a través de la web y se encuentra con la obligación de usar Internet Explorer, seguramente utilizará éste navegador. (En ambos casos, dará por sentado que tiene que usar Windows.)
Afortunadamente, aunque de forma lenta, esto está cambiando. Los fabricantes de hardware comienzan a incluir software libre en sus equipos, como una manera de rebajar costos de licencias o de aprovechar mejor las capacidades del hardware. Y no es inusual, por ejemplo, que un amigo recomiende al usuario novel la utilización de Firefox en vez de Internet Explorer para navegar por la web.
Los estados y las empresas también están comenzando a valorar la posibilidad de no depender de un proveedor de software en particular (ni trasladar dicha dependencia a sus usuarios).
¿A qué Estados se refiere? ¿Microsoft acepta normalmente este cambio de perspectiva?
Distintas áreas gubernamentales de países como Brasil, Venezuela, Francia, Alemania, Holanda e incluso los EE.UU. utilizan software libre, con mayor o menor grado de exclusividad. La reacción de Microsoft cuando un Estado comienza a evaluar la posibilidad de independizarse del software privativo es iniciar campañas de «FUD» («Fear, uncertainty, and doubt», «Miedo, incertidumbre y duda»), generalmente acompañadas de «convenientes» donaciones y convenios.
¿Qué opinión le merece la figura de Richard Stallman? ¿No ejerce un papel demasiado principal en el movimiento?
Valoro el inmenso aporte de Richard Stallman tanto en lo técnico como en lo ideológico. Además, me resulta una persona muy agradable (a quien tuve la suerte de conocer personalmente en una de sus visitas a la Argentina) y me divierto terriblemente con sus conferencias (y sus ocurrencias). Es una persona con opiniones muy firmes y fuertes en varias cuestiones, y por lo tanto despierta odios y amores en igual medida.
No es beneficioso para ningún movimiento (ideológico, político, ni tampoco técnico) centrarse en la figura de una persona. Aunque muchos asocian el software libre con Richard Stallman, esto no es así: el movimiento del software libre está formado por millones de usuarios, programadores y documentadores (e incluso empresas) a lo largo de todo el mundo.
¿Qué es el movimiento del software libre? ¿Un movimiento científico-técnico con arista normativa? ¿Una parte más del movimiento alterglobalizador?
Es difícil para mí responder a esta pregunta. En el mundo del software libre participa una multitud de personas con ideologías e intereses disímiles. Algunos están vinculados por cuestiones técnicas y otros por cuestiones políticas.
La Free Software Foundation, liderada por Stallman, propone incluir las cuestiones políticas en la discusión sobre el software libre. La OpenSource Initiative, liderada por Eric Raymond (que no utiliza el término «software libre», usando en cambio «open source»), plantea la discusión en términos estrictamente técnicos. En el medio, muchas personas que no integran ni una de la otra, participan disfrutando e impulsando el software libre.
¿Y cuáles son las diferencias entre el open source y el free software?
Estrictamente hablando, ambos términos se refieren a condiciones que debe cumplir la licencia de un programa. Desde este punto de vista definen prácticamente lo mismo, por lo que podríamos decir que «software libre» (free software) y «código abierto» (open source) son sinónimos. La Free Software Foundation propone el uso del término «software libre» para resaltar lo que para ellos es la característica más importante: su libertad. La OpenSource Initiative propone la utilización de «código abierto» como una forma de presentarlo de manera más agradable a las empresas y el mundo comercial, desprovisto de implicancias políticas.
¿Usted cree realmente que Microsoft representa una seria amenaza para el desarrollo de la informática y, peor aún, para el libre desenvolvimiento en el mundo del futuro, cada vez más ligado a las tecnologías de la información? ¿No estamos exagerando? Dice usted: «debemos tomar consciencia de que no se trata solamente de una cuestión técnica, sino que hay mucho más en juego». ¿Qué es lo que está en juego?
El software es el medio de expresión de la era digital, como antes lo fueron el lápiz, el papel, la imprenta. Si alguien controla de alguna manera el acceso al software o lo que éste nos permite hacer, controlará nuestra capacidad de generar cultura y de relacionarnos. Esto es, ni más ni menos, lo que está en juego.
Y el peligro no se limita a Microsoft. Esta empresa ha liderado la llamada «industria informática» en los últimos años, pero aún si perdiera parte de su poder, su lugar podría ser ocupado por cualquier otra.
¿Quiere añadir algo más?
Lo que ocurre con el software no es más que una instancia de una tendencia mucho más general. Un sistema de patentes cada vez más abarcativo y extemporáneo, los «derechos de autor» sirviendo a un fin opuesto al de su concepción y la criminalización del intercambio de información entre personas, forman parte del intento de equiparar al conocimiento con los bienes materiales a fin de posibilitar su privatización.
Finalmente, quisiera agradecer a los editores de rebelion.org por interesarse en este tema tan crucial (y no siempre bien atendido por los medios de comunicación) y por permitirme hacer llegar estas ideas al lector.