Las imágenes de niños y niñas vistiendo ropas o realizando actividades propias de personas adultas son hoy más cotidianas de lo deseado y pudieran estar ocultando formas de maltrato infantil, alertaron participantes en un intercambio del grupo psicoeducativo Acompasex, el pasado 20 de enero, acerca de la erotización infantil.
La moderadora del espacio, la especialista del Centro Nacional para la Educación Sexual (Cenesex) Ana María Cano López, definió la erotización infantil como la propensión de adelantar los comportamientos y actitudes sexuales a edades tempranas, por parte de los adultos, en el entorno de los menores.
«Ello explica que muchos niños y niñas no solo estén en contacto con imágenes hipersexualizadas, sino que se les vende la idea de que tienen que verse sexys», precisó la experta y añadió que, en la actualidad, la moda, la publicidad, las revistas, los videoclips y hasta los juguetes y programas infantiles construyen un imaginario social absolutamente erotizado.
Los foristas coincidieron en señalar al vestuario de niños, pero sobre todo de niñas, como una de las formas más comunes en las que se presenta el fenómeno; a lo que se unen la reproducción de actividades propias de edades más avanzadas, el fomento de expresiones y bailes que requieren movimientos con una fuerte carga erótica, o la incitación a tener parejas desde edades tempranas, mediante la pregunta por las novias o novios.
Esto último es más frecuente en los varones, acotaron, a quienes muchas veces les demandan que tengan más de una pareja o los impulsan a dar besos y a tocar a las niñas, naturalizando un comportamiento machista y violento.
Cano López advirtió que es normal que niños y niñas tengan conductas de imitación, como querer pintarse las uñas o los labios, o actuar como si fueran al trabajo. La diferencia está cuando se les expone a «comportamientos y costumbres con altas cargas de erotismo que no están preparados para comprender».
Carla PS comentó que muchas veces los adultos responsables de estas manifestaciones no son conscientes de lo que hacen y solo ven una conducta graciosa, «sin saber que están exponiendo a su criatura a muchos peligros».
En otros casos, añadió, la erotización infantil tiene un propósito consciente, pues existen adultos que utilizan esa imagen como método de ganancia, lo que sí es una forma de maltrato, remarcó.
El usuario Karel Bermúdez puso como ejemplos de las consecuencias negativas de estas acciones, el caso de niñas que participan en concursos de belleza y que se han convertido en blanco de depredadores sexuales.
«Pero no solo depredación, sino también la presión por cumplir con los cánones estéticos de belleza desde una temprana edad, lo cual afecta la autoestima y la construcción de la identidad más tarde», agregó Carla PS.
Debemos ser muy cuidadosos en relación con lo que enseñamos y transmitimos a nuestros hijos en las primeras edades de la vida, enfatizó la especialista del Cenesex.
«El cuerpo de las niñas está siempre sexualizado, pues las personas nacen con una sexualidad que se va manifestando a lo largo de la vida de acuerdo con las características de la edad. Sin embargo, el problema ocurre cuando se produce una erotización a destiempo en relación con la edad. Esta erotización se puede considerar un acto de violencia, ya que se vulnera el decurso natural de la construcción de la sexualidad», aclaró Cano López.
Se ha vuelto demasiado común quemar etapas, opinó Karel Bermúdez. «No dejan que los niños disfruten de su infancia, los someten a una presión excesiva», sentenció.
¿Qué hacer entonces?
«Lo primero es saber identificar que existen conductas o expresiones hipersexuales que no corresponden a la edad de la persona», respondió Carla PS a la pregunta, pero a su vez inquirió en cómo intervenir de manera efectiva.
Los niños y las niñas deben crecer a su ritmo y no ser violentarles con exposiciones a la sexualidad nocivas para su desarrollo, apuntó la moderadora. «Eso también hay que enseñarlo a los padres y ellos deben tomarlo en consideración para que sus hijos puedan crecer con bienestar», dijo.
Exhortó, además, a tener cuidado con las decisiones que toman los adultos cuando se trata de educar a la infancia y puso como ejemplo la elección de la música y el vestuario en determinadas actividades, como las fiestas de cumpleaños.
«Los niños no tienen por qué establecer relaciones de pareja en la enseñanza primaria», afirmó.
Carmen María Arenas llamó la atención sobre los programas de televisión que no son aptos para menores y se transmiten en horarios en que muchos los ven. Sucede, además, que quienes no los ven son víctimas de burlas luego en el grupo.
Los padres son la clave en este sentido, significó Cano López. Los niños y las niñas tienen programas dirigidos a ellos, sus espacios y horarios. Muchas familias no respetan esto y no es saludable para los infantes. «Los programas dirigidos a los adultos no hay por qué compartirlos con los niños, es importante marcar estos límites».
La influencia del entorno no se puede frenar, valoró Carla PS, pero los padres sí pueden mediatizar esa información que les llega a sus hijos y les pueden hacer las aclaraciones necesarias para que entiendan que, aun cuando no sigan las conductas grupales, no son menos o están en desventaja.
El ambiente escolar y la actitud de sus educadores también son esenciales, insistió la forista Carmen María Arenas, pues en ocasiones en esos espacios es donde se produce la erotización de la infancia.
Las personas adultas alrededor de los menores deben mantener una conducta coherente, sin doble moral o falta de consistencia entre el discurso y el accionar, complementó Carla PS, quien aludió a la existencia de especialistas que pueden ayudar ante cualquier duda de los padres.
«Promover modelos positivos desde casa ayudará a desarrollar en nuestros niños una buena autoestima», manifestó la especialista del Cenesex. «Cuidar la infancia y dejar que cada cosa ocurra a su debido tiempo es una tarea imperiosa y una necesidad», sostuvo.