A las organizaciones sociales de base, que han sostenido sobre sus hombros la reconstrucción del movimiento popular;a las organizaciones ciudadanas;a la izquierda chilena, sus organizaciones y militantes;a los cientos de miles que expresan su rechazo al sistema político imperante anulando, votando en blanco, absteniéndose o no inscribiéndose en los registros electorales del binominalismo;a los sectores […]
A las organizaciones sociales de base, que han sostenido sobre sus hombros la reconstrucción del movimiento popular;
a las organizaciones ciudadanas;
a la izquierda chilena, sus organizaciones y militantes;
a los cientos de miles que expresan su rechazo al sistema político imperante anulando, votando en blanco, absteniéndose o no inscribiéndose en los registros electorales del binominalismo;
a los sectores honestos y críticos de la Concertación, que han visto cómo la alianza gobernante abandona día a día los postulados de justicia social y democracia real, en beneficio de la elitización de la política y el gobierno de los pocos por sobre los muchos;
al Pueblo del que somos parte:
La política formal viene mostrando la absoluta incapacidad de las dos opciones imperantes para proponer a nuestro país un auténtico proyecto de igualdad, dignidad y participación popular. La amplia variedad de sectores comprometidos con la justicia social se enfrentan a la necesidad de proponer un camino a seguir en pos de dicho objetivo. La actual coyuntura política, que culminará con las elecciones presidenciales el próximo año, exige resolver dicha tarea de forma pronta y clara.
Los resultados de las últimas elecciones municipales, en que han quedado refrendadas la derrota de la derecha y el desgaste electoral de la Concertación, confirman ese desafío. El crecimiento sostenido de las opciones que dicen NO al modelo político, económico y cultural dominante -como el alza de las alternativas de izquierda e independientes, así como de las prácticas electorales que sí se sitúan desde fuera del modelo político, estén éstas expresadas en los votos nulos y blancos, en la abstención y no inscripción electoral-, exigen de nosotros la altura de miras y la capacidad necesarias para la construcción de una nueva alternativa al sistema imperante.
Las condiciones nos exigen generosidad en esta tarea. Debemos poner manos a la obra hoy, y no mañana, en la articulación política y social más amplia posible, y la lección que nos entregó hace poco el pueblo uruguayo debe ser rectora en este sentido: avanzar en la conformación de un gran FRENTE AMPLIO de la izquierda y el progresismo es la prioridad en estos momentos, una alternativa de claro signo antineoliberal y contra la exclusión política de las mayorías, pero destacada especialmente por su capacidad de propuesta.
Un Frente Amplio que construya las confianzas y fortalezas necesarias para levantar una CANDIDATURA PRESIDENCIAL UNICA el año 2005, capaz de romper los moldes estrechos de la exclusión política que han construido los poderosos en estos ya largos 14 años de democracia sin democracia. Una candidatura que abra nuevas posibilidades para los próximos años, permitiendo la incidencia política del mundo social organizado y los sectores discrepantes. Una amplia alianza que permita garantizar la expresión de todos sus componentes sin imposiciones.
Sólo con la articulación amplia y clara podremos avanzar hacia una oposición más efectiva al neoliberalismo. Sólo con una articulación amplia lograremos hacer presente en la política a las amplias mayorías excluidas por los grandes poderes. Es hora de sumar.
En ese empeño nos encontrarán, junto a todos los que hagan propio este nuevo desafío que se nos pone por delante.
Con la esperanza intacta,
Movimiento SurDA
Santiago, 8 de noviembre de 2004.