Una comisión de la Cámara de Diputados suspendió el jueves pasado un reajuste de 10,87% en la asignación mensual de 1.626 dólares para comprar gasolina que reciben los 120 diputados chilenos, tras el escándalo y la lluvia de críticas desatadas en la víspera al conocerse el alza. El presidente de la Cámara, Francisco Encina, se […]
Una comisión de la Cámara de Diputados suspendió el jueves pasado un reajuste de 10,87% en la asignación mensual de 1.626 dólares para comprar gasolina que reciben los 120 diputados chilenos, tras el escándalo y la lluvia de críticas desatadas en la víspera al conocerse el alza.
El presidente de la Cámara, Francisco Encina, se reunió en dos ocasiones con la Comisión de Régimen Interno integrada por los jefes y subjefes de los partidos representados en el parlamento, y logró un acuerdo para suspender el alza, que previamente había ratificado el reajuste.
Las críticas de todos los sectores se multiplicaron porque los chilenos sufren todas las semanas un reajuste, generalmente al alza, en el precio de los combustibles. Las pocas veces que se rebajan algunos pesos por litros, vuelven a subir y, a veces, hasta a triplicarse o quintuplicarse a la semana siguiente.
En Santiago, la gasolina de 95 octanos cuesta 710 pesos el litro, un dólar y 36 centavos.
Fue tal el escándalo que incluso se pronunció la presidenta Michelle Bachelet, de gira por el norte, quien aunque no opinó por tratarse de otro poder del Estado, dijo que «yo sólo puedo señalar…que la opción del gobierno fue responder a la situación económica con mayor austeridad».
Los chilenos enfrentan una fuerte inflación que en los últimos 12 meses sobrepasa el 9,5%, además de nuevos reajustes en las cuentas de electricidad, de un 8,1%, y en las carnes, entre otros artículos de primera necesidad.
Aunque la Presidenta anunció un subsidio eléctrico de 2,8 dólares para el 40% más pobre de la población, que además reciben otras ayudas estatales, la clase media carece de cualquier apoyo.
La situación microeconómica se aleja de los grandes numerosos, reflejados en unos 25.000 millones de dólares de reservas, de los cuales un gran parte están ganando intereses en el extranjero.
Antes de la suspensión del reajuste, unos 50 de los 120 diputados habían anunciado su decisión de rechazar el reajuste de 92.000 pesos, 177 dólares, entre ellos los 33 parlamentarios de la bancada opositora de la ultraderechista Unión Demócrata Independiente (UDI).
El diputado Udi Claudio Alvarado dijo que devolverán los dineros «pensando en que el momento y la oportunidad en que se tomó esta decisión no era el adecuado».
El Partido Socialista había llamado a sus diputados a reconsiderar la aceptación de los 92.000 pesos. Su vicepresidenta, Isabel Allende, dijo que a su colectividad «no le parece (el reajuste), porque creemos que, efectivamente, es una ventaja en proporción a lo que el resto de la ciudadanía se ve obligada a solventar por sus propios medios».
Los diputados, que tienen las peores calificaciones en materia de confiabilidad, según coincidentes sondeos públicos, sumaron al escándalo del reajuste otro de irresponsabilidad: un grupo de ellos jugaban fútbol en los patios del congreso en Valparaíso, 120 kilómetros al noroeste, mientras algunos de sus colegas discutían en la sala un asunto del área de la defensa.
© 2008, La Prensa Asociada.