La paciencia tiene un límite y creo que ese límite está llegando en nuestro país. Los insultantes privilegios de que gozan los integrantes de las fuerzas armadas en relación al resto de la población no pueden seguir. Nos estamos enterando por la prensa que solo por concepto de la marraqueta que les dejó Pinochet, la […]
La paciencia tiene un límite y creo que ese límite está llegando en nuestro país. Los insultantes privilegios de que gozan los integrantes de las fuerzas armadas en relación al resto de la población no pueden seguir. Nos estamos enterando por la prensa que solo por concepto de la marraqueta que les dejó Pinochet, la llamada ley reservada del cobre, las fuerzas armadas recibirán este año la friolera de 750 millones de dólares, que en plata chilena equivalen a,
LEA BIEN : «CUATROCIENTOS VEINTE MIL MILLONES DE PESOS chilenos, ó $ 420.000.000.000…
Esta cifra espeluznante equivale a 2 veces el presupuesto de las instituciones del Ministerio de Agricultura, 1,5 veces el gasto estimado para financiar el programa de salud AUGE o al 50% del presupuesto de Obras Públicas y no hay que olvidar que el año pasado el «premio» fue de 336.000 millones de pesos. Lo más increíble es que el Ministerio de Defensa recibe por el Presupuesto Nacional, otros 950.000 millones de pesos, de manera que la suma total supera con creces el presupuesto del Ministerio de Obras Públicas y el de Educación. Solo el Presupuesto de Salud Pública es superior al de las Fuerzas Armadas.
¡¡¡Esto no puede seguir!!
¿Sabe Ud. cual es el presupuesto anual de Conaf, la institución que debiera velar por la conservación de los bosques y de la vida silvestre en Chile?:
$25.000 millones de pesos al año.
¿Sabe que hace ya diez años que el Gobierno de turno se comprometió a aportar 2.000 millones de pesos para mejorar los sueldos de hambre de los funcionarios de esta institución, y todavía eso no se concreta?
¿Sabe Ud. que hace ya trece años el Parlamento discute sobre una ley para la recuperación de los bosques nativos de nuestro país, la que para operar necesitaría un financiamiento de 15 a 20 millones de dólares anuales?
O sea, los militares se están llevando en un año, lo que Conaf gastará en 16 años.
Pero es que esto no es lo único que pasa en nuestro país respecto a los militares. Ellos gozan del privilegio de tener un sistema propio de pensiones que significa que cualquier suboficial reciba una pensión, pagada por el Estado de Chile, o sea por todos nosotros, mejor que la que recibirá miles de compatriotas, obligados por el régimen militar a incorporarse a una AFP. Ellos le hicieron el negocio a los grandes inversionistas , pero no comparten la suerte del pueblo. Además jubilan con 20 años de «trabajo», dicen que por el stress que les causa su función.
Tienen sistema propio de salud, no están incorporados a ninguna Isapre, de esas que han impuesto cotizaciones en UF que suben cada mes, mientras los que trabajamos por un sueldo o un salario recibimos escuálidos sueldos en pesos.
Las instituciones armadas, en virtud de un decreto de última hora del ex – dictador, se han constituido en el mayor latifundista de Chile. Los terrenos que antes se les entregaba transitoriamente para el cumplimiento de sus funciones, hoy les pertenecen en propiedad y pueden hacer con ellos los que les plazca. Y eso es lo que están haciendo. Hace poco escribí sobre la increíble situación relacionada con el Parque Nacional Corcovado, cuando el General Cheyre declaró que ellos habían decidido aportar la mayor parte del territorio, que les pertenecía en ese sector, para crear el Parque Nacional. ¿Quién conoce el catastro de la superficie total de terrenos que hoy día son propiedad del Ejercito o de otras ramas de la Defensa.?
Mediante procedimientos para nada transparentes, miles de metros cuadrados en Santiago y otras ciudades han sido «vendidos» a empresas inmobiliarias, cuyos propietarios se desconoce pero puede presumirse quienes son, las cuales están construyendo grandes complejos habitacionales. Las costas cercanas a Iquique y Antofagasta ya no están disponibles para que la gente común pueda acceder al mar durante el verano. Sendos letreros que informan «NO PASAR RECINTO MILITAR» lo impiden.
Lo mas criticable es que gran parte de estos dineros están siendo gastados……no invertidos, en compra de armamentos, mientras miles de nuestros compatriotas deben sobrevivir con el sueldo mínimo o menos y otros tantos viven endeudados para pagar los estudios de sus hijos o financiar la casa propia, o mientras miles de personas que fueron despedidas sin justificación después del golpe militar, o fueron torturadas, o fueron relegadas, …van de Ministerio en Ministerio tratando de obtener una pensión mínima y son tramitados sin compasión.
Nuestro país no necesita armamentos. Lo que necesita es inversión en proyectos productivos que aseguren trabajo a los miles de desocupados, con o sin formación profesional, para que tengan un mejor pasar en el futuro.
Gastan millones de pesos en pagar vacaciones a sus familias y en trasladar de un extremo al otro a los familiares para que vean a sus hijos cumplir con el servicio militar. ¿Acaso un pequeño campesino y su mujer no quisieran poder visitar por lo menos una vez al año al hijo que inicia o termina una carrera profesional lejos del hogar?
Los que vivimos en Santiago y trabajamos aquí en la Avenida Bulnes, vemos como cada año los altos oficiales renuevan lujosos automóviles, los que la mayor parte del tiempo están estacionados en la calle, cada uno con su chofer por supuesto.
Sobre esta situación, los «medios» no dicen nada, son cómplices de callar mientras gastan otros tantos millones de dólares en alimentar el triste circo que tenemos que aguantar día a día en los diarios, radios y canales de TV, salvo escasas y honrosas excepciones.
Dejo aquí estampada mi protesta y espero que esta información ayude a despertar la conciencia de mis conciudadanos.
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