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Entrevista a Vanessa Contreras, compañera de Asel Luzarraga, escritor vasco detenido en aplicación de la Ley Antiterrorista

«Estamos viviendo una verdadera pesadilla familiar»

Fuentes: Azkintuwe

Es la pareja del ciudadano vasco encarcelado en Temuko, acusado de infracción a la Ley de Control de Armas y Explosivos. Se conocieron por Internet y hace un año él arribó al País Mapuche para vivir juntos. Novelista premiado en su país, traductor de euskera y músico, Asel Luzarraga es sindicado hoy por el Ministerio […]

Es la pareja del ciudadano vasco encarcelado en Temuko, acusado de infracción a la Ley de Control de Armas y Explosivos. Se conocieron por Internet y hace un año él arribó al País Mapuche para vivir juntos. Novelista premiado en su país, traductor de euskera y músico, Asel Luzarraga es sindicado hoy por el Ministerio Público como un «peligro para la sociedad». Deberá permanecer encarcelado por tres meses. Toda una pesadilla para Vanessa Contreras y su familia.

Vanessa Contreras tiene 19 años. Y desde la tarde del 31 de diciembre de 2009, señala estar viviendo una pesadilla. Aquel día, en un operativo policial que incluyó agentes de la Unidad Antiterrorista de la policía chilena (GOPE), su novio, el ciudadano vasco Asel Luzarraga Zarrabeitia (38 años, escritor, traductor y músico), fue detenido en la ciudad de Padre Las Casas acusado de «terrorismo». Horas antes, una «bomba de ruido» de manufactura casera fue encontrada sin estallar en el frontis de la Secretaria de Justicia de la IX Región. El hallazgo detonó las alarmas policiales y, de manera sorprendente, en cuestión de minutos un fiscal del Ministerio Público ordenó la captura de Luzarraga, para ellos el principal y único sospechoso.

Tras el operativo y el supuesto hallazgo de «un extintor, restos de pólvora y mechas» en su domicilio, el fiscal Sergio Moya anunció cargos contra el escritor vasco por «atentado explosivo» e infracción a la Ley Antiterrorista 18.314. Nada de esto prosperaría tras la audiencia de formulación de cargos, desarrollada en el Tribunal de Garantía de Temuko el pasado miércoles 6 de enero. Y es que si bien la jueza Alejandra García formalizó a Luzarraga por el cargo de «tenencia ilegal de armas y explosivos», decretando su ingreso por tres meses a la cárcel de Temuko, desechó los cargos más graves de atentado con explosivo e infracción a la Ley Antiterrorista.

La resolución del tribunal debería ser, en teoría, una buena noticia para el escritor y su entorno. Sin embargo, no es precisamente optimismo y confianza en la justicia lo que Vanessa derrocha por estos días. Sin ir más lejos, el pasado sábado, una solicitud de revisión de medida cautelar formulada por la defensa de Luzarraga, el abogado Julio Landaeta, fue rechazada en forma unánime por la Corte de Apelaciones. Por lo pronto, el novelista vasco, a quien la joven conoció chateando en un foro de La Polla Records a fines del 2008, seguirá encarcelado hasta nuevo aviso. Entrevistamos a Vanessa en la ciudad de Temuko. Aquí su testimonio.

Vanessa, ¿qué recuerdas del día de la detención?

Ese día estábamos preparando con mi familia la cena de año nuevo. Yo estaba en casa de mis padres y Asel había quedado en su casa, muy cerca nuestro. Yo había estado haciendo compras y al llegar al barrio, a eso de las 16 horas, encontré la casa de mis padres rodeada de policías. No entendía nada, pensamos que tal vez había habido un accidente y cuando ingreso, encuentro a mi madre llorando, todos mis familiares en shock, ya que la policía estaba dando vueltas todo, registrando la casa y especialmente mi habitación. Exigí explicaciones pero nadie nos decía nada. Actuaron con mucha violencia y sin ningún respeto, incluso había niños en casa. Tras insistir comienzan a decirme cosas: me preguntan qué relación tengo con Asel Luzarraga, desde cuándo lo conozco, etc. Les digo que es mi pareja y me dicen algo de un «bombazo» y que había sido detenido.

¿Lo sucedido en casa de tus padres fue posterior al allanamiento y posterior detención de Asel en su domicilio?

Si, posterior. Más tarde, cuando conversé con Asel en el cuartel policial, me contó lo sucedido en su casa. Dice que estaba en Internet cuando sintió ruido en el exterior de su casa y observó muchos policías alrededor, comandos armados con ametralladoras y cascos. Él pensó que podría tratarse de un accidente en las cercanías, pero cuando tocaron su puerta y preguntaron por él, quedó paralizado. Los policías ingresaron a la casa, lo esposaron y comenzaron a registrar todo, dar vueltas los muebles, fotografiar sus cosas, especialmente en su pieza, donde comenzaron a fotografiar todo. A él lo tenían de espaldas, no podía ver nada de lo que hacían los policías en su pieza y en otras partes de la casa.

¿Ambos domicilios en Padre Las Casas?

Si, él se fue a vivir a Padre Las Casas para que estuviéramos más cerca. Él primero, cuando llegó a Chile, arrendaba cerca del Estadio, luego se cambió a vivir cerca de casa de mis padres, a dos cuadras. Allí vivíamos juntos.

¿En algún momento el fiscal le indicó la razón del operativo?

Hubo un momento en que el fiscal lo llevó a la habitación y le dice «que no se haga el huevon», que él sabía lo que habían encontrado. Asel pregunta qué cosa y el fiscal le dice «armas y explosivos», lo que mi novio no podía creer. Luego se lo llevaron y los policías se quedaron dentro de su casa. Más tarde, en el cuartel policial le indicaron que habían encontrado un extintor, pólvora, municiones y que lo acusarían de terrorismo y de cometer «atentados explosivos».

¿Cuál fue tu reacción y la de tu familia?

nos quedamos en blanco, perplejos, no sabíamos realmente qué hacer como familia. Por mi parte, solo quería verlo, saber cómo estaba y jamás siquiera puse en duda su inocencia. Esa misma tarde pude hablar con él un par de minutos, fui a verlo para abrazarlo y darle mi apoyo. Él me señaló que todo era un absurdo, que no tenía ninguna relación con los atentados, pero yo lo sabía de antemano. Yo no necesitaba explicación alguna de su parte.

¿Cómo estaba Asel minutos después del arresto?

Estaba tranquilo, como alguien que nada teme porque nada ha hecho. Me contó esa tarde que lo habían llevado al hospital a constatar lesiones y que le habían realizado una prueba de pólvora en las manos, cosa que lo tenía tranquilo porque me decía que no iban a encontrar absolutamente nada. El estaba tranquilo, más que nada trataba de tranquilizarme a mí y me repetía que todo se iba a aclarar pronto. Nos preocupamos entonces de contratar un abogado y chequeando los antecedentes del caso, tuvimos todos la esperanza que presentado ante el Tribunal, la jueza lo dejaría en libertad.

¿Qué los hacía sentir tan optimistas?

Cuando al abogado le entregan la carpeta con los antecedentes de las acusaciones, vimos que había demasiadas incongruencias de parte de la fiscalía. Estaban allí las fotografías de las cosas que supuestamente habían encontrado en casa de Asel y yo, que vivía allí, jamás las había visto. Por otro lado, se lo acusaba de participar de otros dos atentados con explosivos caseros en Temuko, en diferentes fechas del año 2009, pero resulta que en ambos casos, Asel no se encontraba en Chile, sino en Euskal Herria. Y eso era irrefutable, los registros en su pasaporte eran la prueba de ello.

¿Esto lo planteó su abogado en la audiencia de cargos?

Lo demostró y quedó en evidencia la falsedad de la acusación. Allí se derrumbó la tesis del «terrorista vasco experto en bombas» de la Fiscalía y comenzaron a centrarse entonces en las cosas supuestamente halladas en su casa. Así el caso cambió desde una acusación de «terrorismo» al delito menor de «tenencia ilegal de armas y explosivos», por el que pedían cinco meses de prisión preventiva. Finalmente se decretaron tres meses de investigación y cárcel para él. Se argumentó que era un «peligro para la sociedad», cosa absurda para quienes lo conocemos y se puso en duda las razones de su estada en Chile, ya que según la fiscalía Asel no tenía trabajo ni menos remuneraciones conocidas en el país, lo que era una falsedad.

 ¿Entendemos que el realizaba trabajos de traducción del euskera?

Así es. Ese día el abogado no tenía papeles como probarlo, pero ahora recibimos una copia del contrato que Asel había firmado con una empresa de Bilbao, la empresa Hori-Hori, para la cual trabajaba por la mañana en traducciones del euskera al español y del español al euskera, básicamente de documentos legales y administrativos de instituciones vascas, incluido el gobierno autónomo. Esto lo hacía en su computador personal y por Internet de lunes a jueves, dedicándose el resto de los días a escribir una nueva novela.

¿Cómo tomó Asel el fallo? ¿Lo has podido visitar en la cárcel?

Él sigue tranquilo, lo visité el jueves pasado. En la cárcel está en un módulo junto a los presos políticos mapuches y ha sentido toda la solidaridad de ellos. Confía en que saldrá en libertad, nos ha pedido que denunciemos el caso y ha enfatizado que tras su arresto se esconde una injusticia no solo contra él, sino contra todos quienes simpatizan con la causa mapuche en Chile.

¿Qué te parece la caricatura que se ha hecho de su figura: «vasco, anarquista, punkie y subversivo»?

Es completamente ajena a lo que Asel es en realidad. Él tiene ideas anarquistas, pero eso no es delito en ninguna parte. El Asel que conocemos con mi familia es un hombre honesto, trabajador, un vasco orgulloso de su origen y amante de su lengua, el euskera. Una persona también bondadosa, amigo de todo el mundo, una persona alegre, con la risa a flor de labios siempre, alejado completamente de la violencia y las armas. Fue objetor de conciencia en su país por lo mismo. 

¿Tienen conocimiento desde cuándo la policía estaba investigando a Asel?

Según la carpeta de investigación, a Asel lo tenían bajo investigación desde diciembre del año pasado, cuando le hicieron un control de identidad frente a la cárcel de Temuko, en Balmaceda. Allí habíamos ese día 17 personas, la mayoría universitarios, pintando un mural relativo al pueblo mapuche. Hicimos incluso una olla con comida para repartir entre nosotros. En eso estábamos cuando llegaron los carabineros y nos anotaron los nombres, las direcciones, todo. En la carpeta el fiscal pone ese control de identidad como «dato clave» para sospechar de Asel luego del atentado. Yo me pregunto, si ese día habíamos 17 personas y todos fuimos controlados, ¿por qué el 31 de diciembre al único que van a detener es a Asel? Claramente hay una persecución.

¿Piensas que tiene que ver con su origen vasco?

No lo podría asegurar, pero todo apunta hacia allá. La fiscalía ha creado toda una fantasía y parte central es su origen vasco y su ideología anarquista. Por ejemplo, cuando el fiscal menciona los antecedentes recabados el día de la audiencia, señala solo dos países donde Asel ha estado en los últimos años: Cuba y Colombia. Solo esos mencionan, ningún otro, siendo que Asel en los últimos cinco años ha estado también en Francia, Portugal, Singapur y Argentina. Pero no, ellos mencionan solo Cuba y Colombia, para relacionarlo tal vez con el comunismo, con las guerrillas y quizás qué otras cosas. Y también no mencionaron que a Colombia viajó el 2008 como parte de la delegación del Club PEN de escritores vascos, a un Congreso Internacional de dicho club. Así lo prueban las fotografías e incluso la credencial que guarda de recuerdo de dicho Congreso.

¿Qué les han parecido las muestras de solidaridad en Euskal Herria? Ha habido pronunciamientos de PEN, LAB y destacados intelectuales

Ha sido gratificante. Ellos han reivindicado la figura del verdadero Asel: el escritor, el novelista, el traductor del euskera, el músico y el artista. Acá se ha caricaturizado su figura y no es el primer vasco que sufre persecución por parte de la justicia chilena. Hace poco unos jóvenes fueron expulsados de Chile, eran brigadistas de solidaridad vascos y fueron acusados de «entrenar» a comunidades mapuches en uso de armas. ¡Cómo si los mapuches no supieran defenderse por si solos!

Finalmente, ¿qué esperan como familia?

Que Asel sea puesto en libertad y que se termine esta verdadera pesadilla que estamos viviendo. Sólo eso.

Fuente: http://www.azkintuwe.org/jan111.htm