Un grupo de amigos estábamos charlado de nuestros respectivos trabajos. David, que es fránces, dijo que habían reestructurado su empresa y que lo habían despedido. Tiene cuarenta años y contaba que no creía que volviera a encontrar trabajo en lo suyo: era consultor informático. Le preguntaron si era debido de su edad, contestó que no, […]
Un grupo de amigos estábamos charlado de nuestros respectivos trabajos. David, que es fránces, dijo que habían reestructurado su empresa y que lo habían despedido. Tiene cuarenta años y contaba que no creía que volviera a encontrar trabajo en lo suyo: era consultor informático.
Le preguntaron si era debido de su edad, contestó que no, que lo que le ocurria es que estaba googlegizado, ninguno habíamos oído antes esa palabra, hizo una «traducción» al castellano de este término que ya se utiliza en otros países:el empresario o responsable de seleccionar el personal para una empresa, además de la preceptiva entrevista y el vistazo al currículum, hacen una búsqueda en google con el el nombre y apellidos del futurible trabajador. En su caso, cuando con su nombre se hacía una búsqueda aparecía relacionado con comités de solidaridad con Cuba, lo que le ha valido estar en el paro y optar por empleos muy por debajo de su cualificación personal.
Para quien todavía no lo haya probado, debería hacer esta búsqueda ingresando en google, o cualquier otro buscador, su nombre y apellidos entre comillas para hacer una búsqueda más precisa. El resultado suele ser sorprendente y me recuerda un chiste de Forges de hace unos años en el que un niño comentaba a otro que su abuelo no existía por que no estaba en Internet.
Por ejemplo, al estar indexados los boletines oficiales, aparecerán en los resultados de la búsqueda si te han puesto una multa y te la han notificado por edictos, si te han juzgado en rebeldía en un proceso de separación o divorcio, si eres funcionario tu cuerpo y la fecha de tu nombramiento, si has firmado algún manifiesto, tus comentarios en algún «post», seguramente aparecerás en el directorio de tu empresa, si has concurrido a algún tipo de elecciones (sindicales o políticas), si no has pagado a tiempo la tasa de la basura…. En ocasiones y por fallos de los administradores de sistemas las búsquedas de google han alcanzado tal profundidad que han dejado al descubierto datos referidos a cuentas bancarias o tarjetas de crédito.
Estar googlegizado significa que cualquiera puede construir un currículum del futuro trabajador, también estas búsquedas pueden servir para cualquier otro tipo de investigación personal. Todo esto con el peligro bastante probable que haya otra persona con tu mismo nombre y apellidos y el resultado sea bastante caótico y contradictorio.
El derecho a la intimidad es un derecho humano reconocido por la declaración universal de derechos humanos de la ONU y por todas las constituciones del mundo. Y es un derecho sobre todo importante para los trabajadores para que las actividades que desarrollemos en nuestro tiempo libre puedan ser realmente libres, de manera que si cuando sales del trabajo eres un activista en Internet, tu jefe no tiene por que enterarse, ni afectar a tu futuras posibilidades de trabajo.
Ejemplos de estar googlegizado se dan hasta en la misma compañía que gestiona google, ya que despidió a un trabajador por mantener su propio blog. O cuando Apple prohíbe a sus empleados desarrollar software libre en su tiempo de ocio.
Los trabajadores estamos indefensos frente a este tipo de abusos. La democracia y los derechos humanos deben tener un contenido real y efectivo. Si no nos queda más remedio que escondernos de nuestro jefe o alcalde, algo falla, pareciera que la libertad solo la tiene el empresario para contratar. Quizás google, microsoft o yahoo se han convertido ya en nuestro «gran hermano».