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Este genocidio es continuidad de los anteriores

Fuentes: El Espectador

En Colombia existen 102 pueblos indígenas, según la Corte Constitucional 8 de ellos viven en aislamiento voluntario, 31 en riesgo de extinción por escaso número de población y 39 en riesgo de exterminio físico y cultural [1]. La resistencia indígena comenzó el 12 de octubre de 1492 cuando los navíos de la corona española invadieron […]

En Colombia existen 102 pueblos indígenas, según la Corte Constitucional 8 de ellos viven en aislamiento voluntario, 31 en riesgo de extinción por escaso número de población y 39 en riesgo de exterminio físico y cultural [1].

La resistencia indígena comenzó el 12 de octubre de 1492 cuando los navíos de la corona española invadieron a América y dieron inicio al Genocidio más grande de la historia, en el que más de 70 millones de personas perdieron la vida, su identidad, su cultura y la libertad.

La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) registra 120 masacres contra población indígena; más de 160 líderes indígenas asesinados después de la firma del Acuerdo de Paz, 97 de estos durante el primer año del Gobierno de Duque, principalmente en Cauca, Valle del Cauca, Nariño, Chocó y en el Catatumbo [2].

La militarización y la violencia sistemática ejercida contra las etnias indígenas busca la apropiación de sus territorios, para establecer y desarrollar megaproyectos agroindustriales y extractivistas.

El Estado desconoce las Consultas Previas obligatorias con las comunidades para poder entregar los territorios ancestrales al gran capital. Despojo que el Centro Democrático busca legalizar en el Congreso de la República.

La lucha del movimiento indígena es por la defensa de la Vida, el Territorio, su Autonomía y su Cultura; la tierra además de ser medio de supervivencia física, es un espacio sagrado que proporciona sabiduría y contribuye a la reproducción cultural, espiritual y de las tradiciones.

Manuel Quintín Lame (1880-1973) el más grande líder de las luchas indígenas del último siglo, decía:

«Yo soy el indígena que fue educado en las selvas por medio de la ‘Voz del Silencio’, allá en la casa del tesoro de los humildes donde me eduqué para la defensa del indiecito ante las calumnias de mis enemigos blancos».

Ilegitiman la protesta social para poder reprimirla

El día 10 de octubre estudiantes de las universidades públicas y privadas realizaron una masiva movilización a nivel nacional; exigían el cumplimiento de los Acuerdos firmados con el Gobierno en 2018, reivindicaban el derecho a la protesta, rechazaban la represión del ESMAD y la corrupción al interior de las universidades públicas.

El movimiento estudiantil y las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos denunciaron que las actuaciones arbitrarias, desmedidas e ilegales por parte del ESMAD en Pamplona, Bucaramanga, Cali, Popayán, Medellín, Ibagué, Tunja y Bogotá dejaron un saldo de 25 personas heridas y 89 detenidas, entre ellas defensores de derechos humanos.

Reaparece el Genocidio político

El día 11 de octubre en horas de la madrugada fue atacada con disparos y una bomba incendiaria la sede del Comité Central del Partido Comunista Colombiano, lugar que es compartido con la Unión Patriótica (UP); la sede de las FARC también fue objeto de sabotaje. Los atacantes dejaron una hoja de papel con la palabra «Regresamos» y una calavera; los hechos se presentan en medio la campaña de las elecciones locales.

El mismo día la UP estaba conmemorando en Bogotá el 32 aniversario del asesinato del jurista Jaime Pardo Leal, quien fuera su candidato presidencial en 1986.

La Senadora Aida Avella asemeja la sistematicidad del asesinato de los líderes sociales con el Genocidio contra la UP de hace 3 décadas [3]:

«Tiene que haber una estructura nacional como también la había, todos los testimonios de los jefes paramilitares y de algunos que estuvieron financiando el Genocidio [contra la UP] nos demuestran que hubo muchos agentes del Estado vinculados al exterminio».

Richard Hernández Pitalúa , líder de la Unión Patriótica realizaba campaña al candidato a la Alcaldía de Lorica, Córdoba. Fue asesinado el 13 de octubre por sicarios en el corregimiento de Tierraltica.

Notas

[1] Los pueblos indígenas del norte del Cauca atraviesan una grave situación de derechos humanos. https://www.onic.org.co/comunicados-onic/3111-onic-alerta-y-denuncia-grave-situacion-de-derechos-humanos-que-atraviesan-los-pueblos-indigenas-del-norte-del-cauca

[2] Memorias y luchas de los pueblos indígenas en Colombia. https://memoria.onic.org.co/index.php

[3] El asesinato de líderes es la reproducción del genocidio: Aida Avella. El Espectador, 06-9-2018.